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editorial
. 2018 Oct 10;42:e140. [Article in Spanish] doi: 10.26633/RPSP.2018.140
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Salud mental como componente de la salud universal*

Editor: Carissa F Etienne1
PMCID: PMC6385626  PMID: 31093168

La Organización Mundial de la Salud define a la salud como "un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”. La salud mental es, según esta definición, un componente fundamental de la salud. Una buena salud mental permite a las personas hacer frente al estrés normal de la vida, trabajar productivamente y realizar su potencial contribuyendo a sus comunidades.

En la Región de las Américas, los trastornos mentales, neurológicos y por uso de sustancias están entre los principales contribuyentes a la morbilidad, la discapacidad, las lesiones y la mortalidad prematura, y aumentan el riesgo de presentar otros problemas de salud; en 2013 entre 18,7% y 24,2% de la población de la Región ha tenido una enfermedad mental (1). Aunque la salud mental es un componente esencial de la salud, existen brechas críticas de tratamiento (es decir, personas con enfermedad mental grave que no reciben tratamiento) que llegan hasta el 73,5% en los adultos y el 82,2% en los niños y adolescentes.

En el 2014, la Organización Panamericana de la Salud y sus Estados Miembros adoptaron el Plan de acción sobre salud mental para guiar las intervenciones de salud mental a realizar en la Región de las Américas entre el 2015 y el 2020 (2). El Plan identifica cuatro líneas estratégicas: 1) Formular e implementar políticas, planes y leyes en el campo de la salud mental para lograr una gobernanza apropiada y eficaz; 2) Mejorar la capacidad de respuesta de los sistemas y servicios de salud mental, a fin de proporcionar una atención integral y de calidad en el ámbito comunitario; 3) Elaborar e implementar programas de promoción y prevención en el ámbito de los sistemas y servicios de salud mental, con particular atención al ciclo de vida; y 4) Fortalecer los sistemas de información, la evidencia científica y las investigaciones.

La investigación es un componente básico para un adecuado proceso de elaboración de políticas, planificación y evaluación en materia de salud mental. La obtención de nuevos conocimientos a través de la investigación hace posible que toda política o decisión se base en datos contrastados y en prácticas óptimas. Por otro lado, la existencia de datos pertinentes y actualizados permite seguir de cerca las medidas aplicadas y determinar los servicios que pueden mejorarse. Actualmente la mayor parte de la investigación en salud mental discurre en países de altos ingresos y bajo el control de estos, un desequilibrio que es preciso corregir para que los países de ingresos bajos o medianos se doten de estrategias costo-efectivas y culturalmente apropiadas para atender a sus necesidades y prioridades en materia de salud mental.

El presente número sobre salud mental de la Revista Panamericana de Salud Pública pretende dar a conocer algunas de las iniciativas de investigación en la Región, en sus diversos contextos y culturas. Los artículos de este número están relacionados con la implementación del Plan de acción sobre salud mental e incluyen investigación culturalmente validada en relación con la carga de morbilidad y la evaluación de los progresos realizados en las políticas y la organización de servicios en materia de salud mental. Ocho de ellos son artículos de investigación original; algunos hacen un análisis exhaustivo sobre el impacto de la gobernanza en el desarrollo de los modelos de atención en Chile y Ecuador. Otros artículos documentan los avances y obstáculos de la reforma psiquiátrica en Brasil, así como la descentralización de servicios en Jamaica y El Salvador. Se describe además el interesante proceso de implementación de los hogares protegidos en Perú y el uso de la consultoría en atención primaria como una herramienta para disminuir la hospitalización en Chile. Por último, se revisa exhaustivamente la brecha de tratamiento en la Región, que tiene repercusiones en varios resultados, como el suicidio, fenómeno que es analizado en Ecuador y Colombia.

La excelente muestra de iniciativas de investigación que contiene este número muestra la enorme capacidad de la Región. Sin embargo, aún existen tareas pendientes. Es necesario mejorar la calidad y cantidad de los trabajos de investigación regional, fomentar una mayor cooperación entre instituciones, realizar investigaciones en diferentes contextos culturales y desarrollar métodos de caracterización de las disparidades en salud mental entre subpoblaciones en contextos de vulnerabilidad o poco representadas en los países.

Los artículos contenidos en este número muestran que, si bien la salud mental es un área relevante para la Región, aún existe un largo camino por recorrer para lograr que sea considerada como una prioridad por los gobiernos. Buscamos que en las Américas se valore, promueva y proteja la salud mental, se prevengan los trastornos mentales y por uso de sustancias, y que las personas con dichos trastornos puedan ejercer sus derechos humanos y accedan a una atención de salud y social oportuna y de alta calidad. Este número aporta evidencia científica que esperamos estimule a los actores regionales a buscar soluciones en sus contextos locales y a apoyar el desarrollo de la investigación.

Footnotes

Forma de citar (artículo original) Etienne CF. Mental health as a component of universal health. Rev Panam Salud Publica. 2018;42:e140. https://doi.org/10.26633/RPSP.2018.140

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Traducción oficial al español efectuada por la Organización Panamericana de la Salud. En caso de discrepancia prevalecerá la versión original (en inglés).

REFERENCIAS

  • 1.Organización Panamericana de la Salud . Salud en las Américas+, Edición 2017. Resumen: Panorama regional y perfiles de país. Washington, D.C.: OPS; 2017. [Google Scholar]
  • 2.Organización Panamericana de la Salud . Plan de acción sobre salud mental 2015-2020. 53 Consejo Directivo, 66 Sesión del Comité Regional de la OMS para las Américas. Washington, DC: OPS; 2014. [Acceso el 21 de agosto de 2018]. Disponible en: https://www.paho.org/hq/dmdocuments/2015/plan-of-action-on-MH-2014.pdf. [Google Scholar]
Rev Panam Salud Publica. 2018 Oct 10;42:e140. [Article in English]

Mental health as a component of universal health

Editor: Carissa F Etienne1

The World Health Organization defines health as “a state of complete physical, mental and social well-being and not merely the absence of disease or infirmity.” Mental health, by this definition, is an essential building block of health. Good mental health enables people to cope with the normal stresses of life, work productively, and fulfill their potential by contributing to their communities.

In the Region of the Americas, mental, neurological, and substance use disorders are among the principal contributors to morbidity, disability, injuries, and premature mortality, and they increase the risk of other health problems. During 2013, between 18.7% and 24.2% of the Region's population had a mental disorder (1). Although mental health is an essential component of overall health, there exist critical treatment gaps: that is, significant proportions of people with serious mental illness do not receive treatment, up to 73.5% among adults and 82.2% among children and adolescents.

In 2014, the Pan American Health Organization and its Member States adopted the Plan of Action on Mental Health to guide mental health interventions in the Region of the Americas between 2015 and 2020 (2). The Plan identifies four strategic lines: 1) Develop and implement policies, plans, and laws in the field of mental health in order to achieve appropriate and effective governance; 2) Improve the response capacity of mental health systems and services in order to provide comprehensive, quality care in community-based settings; 3) Prepare and implement programs for promotion and prevention in the area of mental health systems and services, with particular attention to the life course; and 4) Strengthen information systems, scientific evidence, and research.

Research provides an indispensable basis for appropriate policy making, planning, and evaluation in the field of mental health. The acquisition of new knowledge through research can help to ensure that every policy or decision is based on hard data and best practices. Furthermore, the availability of relevant, up-to-date data allows us to closely monitor the measures implemented and identify services that can be improved. Currently, most mental health research is carried out in high-income countries and under their control, an imbalance that should be remedied so that low- and middle-income countries can develop cost-effective, culturally appropriate strategies for addressing their needs and priorities in relation to mental health.

This issue of the Pan American Journal of Public Health, focusing on mental health, highlights research initiatives taking place in diverse contexts and cultures across the Region. The articles in this issue relate to the implementation of the Plan of Action on Mental Health and include culturally validated research that assesses the burden of disease and evaluates progress in strengthening policies and the organization of services in the field of mental health. Eight of the articles present original research. They include in-depth analyses of the impact of governance on the development of models of care in Chile and Ecuador. Other articles document progress and obstacles with respect to psychiatric reform in Brazil and decentralization of services in Jamaica and El Salvador. Also described are an interesting experiment with “protected homes” in Peru, as well as the use of primary care consultation liaison to reduce the rate of hospitalization in Chile. Finally, there is a thorough review of the treatment gap in the Region and its various consequences, including suicide, a phenomenon that is analyzed in Ecuador and Colombia.

The array of excellent research initiatives described in this issue demonstrates the enormous capacity of the Region. However, important tasks remain pending. We need to improve the quality and quantity of regional research projects, promote greater cooperation among institutions, conduct research in different cultural contexts, and develop a better understanding of the mental health disparities affecting population groups that are in situations of vulnerability or are minorities in their countries.

The articles in this issue make clear that while mental health is of great importance to the Region, we still have a long way to go to ensure that it is treated as a priority by the governments. Our vision is one of a Region in which mental health is valued, promoted, and protected, mental and substance-related disorders are prevented, and persons with these disorders are able to exercise their human rights and to access both health and social care that is timely and high-quality. We hope that the scientific evidence presented in this issue will encourage regional actors to seek solutions in their local contexts and to support the further development of research.

Footnotes

Suggested citation Etienne CF. Mental health as a component of universal health. Rev Panam Salud Publica. 2018;42:e140. https://doi.org/10.26633/RPSP.2018.140


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