Por razones estrictamente cronológicas muchos de los actuales médicos de familia no tienen presente que fue en enero de 1984 cuando vio la luz el primer número de la revista AtenciÓn Primaria. Eran momentos en los que tanto la atención primaria como la medicina de familia españolas iniciaban un camino pleno de incertidumbres y dificultades. La revista, como instrumento de comunicación científica, pretendia sumarse, contribuir, a estos procesos de cambio. Para que los más jóvenes puedan contextualizar mejor el inicio fundacional de AtenciÓn Primaria, señalaremos solamente un dato a nuestro juicio significativo: en febrero de ese mismo año de 1984 se publicó en el Boletín Oficial del Estado Español el Decreto de Zonas Básicas de Salud, la primera disposición legal en la que se exponían las características principales de la futura atención primaria. Realmente estábamos en la fase de gestación, previa al nacimiento, de nuestro marco asistencial, docente e investigador actual.
Eran momentos difíciles, pero también extraordinariamente atractivos tanto desde una perspectiva científica y profesional como política y organizativa, en los que proliferaban proyectos y se ponían en marcha muchas de las iniciativas que han servido para definir nuestro modelo actual de atención primaria.
Un colectivo profesional joven y entusiasta, los médicos de familia recién formados en las primeras promociones MIR de la especialidad fue el núcleo en el que se apoyaron todos los procesos de desarrollo de la atención primaria y la medicina de familia, desde la fundación en 1983 de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) a la elaboración de un nuevo programa de formación de la especialidad.
Éste es el marco en el que nace la revista AtenciÓn Primaria, a partir de la iniciativa de dos coordinadores de unidades docentes (Dres. J.F. Cano Pérez y A. Martín Zurro) y gracias al apoyo sin fisuras del director del grupo editorial Doyma (Sr. J.A. Dotú). Al cabo de unos pocos años, semFYC otorgó a la revista el carácter de publicación oficial de la sociedad.
En otros editoriales anteriores publicados por el Comité de AtenciÓn Primaria ya se han glosado algunos de los acontecimientos más relevantes de la trayectoria de la publicación, como su inclusión hace casi 20 años en el Index Medicus o, la más reciente, en el Science Citation Index, que le proporcionará con efectos de enero 2007 un factor de impacto cuyo valor inicial conoceremos durante el primer semestre del año próximo.
En este editorial conmemorativo del 25 aniversario de la revista, queremos centrar nuestras reflexiones sobre todo en el futuro de la investigación en atención primaria, el carburante imprescindible del motor de una publicación que pretende actuar como instrumento central de su difusión en los colectivos profesionales interesados.
La investigación española en general y la realizada en el seno de la atención primaria en particular aún se encuentran en los «furgones de cola» respecto a la de otros países de nuestro entorno y con grados de desarrollo similares. Esta afirmación, de certeza aceptada en todos los ámbitos, no pretende negar los esfuerzos que, sobre todo en los últimos años, se vienen realizando en términos de mayor priorización política y de financiación y de los profesionales de atención primaria que realizan estudios de calidad con validez interna, a los que les falta capacidad de extrapolación en acciones directas aplicadas a la clínica. A pesar de ello, el futuro de la investigación en atención primaria en España sigue siendo preocupante. El porcentaje de financiación destinada a este ámbito está muy por debajo de lo que sería deseable. No se trata de seguir reclamando «discriminaciones positivas» para la atención primaria, sino de que las instituciones con responsabilidades en este campo, encabezadas por el Instituto de Salud Carlos III, prioricen adecuadamente la investigación en este ámbito. La integración de la primaria en los institutos de investigación (ISI) es positiva si estos centros incluyen entre sus objetivos programas de investigación de primaria.
Sin embargo, los principales esfuerzos e iniciativas para conseguir mejorar la situación actual no hay que buscarlos fuera; es preciso que los responsables de las instituciones profesionales, asistenciales, docentes e investigadoras y de las sociedades científicas de atención primaria y medicina de familia asuman que uno de los ejes principales para garantizar su progreso es el de la investigación y desarrollo, y que cada uno en su campo deben priorizar este ámbito e incrementar la cantidad y la calidad de los recursos que le dedican. Los profesionales de atención primaria deben visualizar también que uno de los caminos principales de su propio progreso es el investigador, y que para ello han de poseer unas calificaciones académicas imprescindibles (suficiencia investigadora, doctorado). Estamos ante una situación de pez que se muerde la cola: si no progresamos académicamente, tendremos más dificultades para acceder a financiación para investigación. Si no generamos curriculum investigador, no podremos progresar académicamente, en el ámbito universitario. Hay que romper este círculo vicioso y para ello es preciso que las instituciones ayuden con recursos y generen marcos laborales que faciliten que aquellos profesionales más motivados para el esfuerzo que supone la investigación de calidad puedan dedicarse a este campo.
El futuro de la investigación en nuestra atención primaria pasa también por la generación de proyectos colaborativos multicéntricos e incluso intersectoriales, rompiendo con la tendencia aislacionista de cada centro o equipo de salud. No se trata solamente, aunque también, de la necesidad de generar mayor masa crítica investigadora (más «n»), sino de potenciar las interacciones investigadoras y docentes de distintos centros y zonas como origen de nuevas perspectivas para futuros proyectos.
El Instituto de Investigación Jordi Gol (IDIAP J Gol) como centro dedicado a la investigación en atención primaria en el que participan las instituciones públicas, la universidad y las sociedades científicas es un ejemplo.
También es preciso reflexionar con perspectiva de futuro acerca de los ámbitos temáticos que se abordan en la actividad investigadora. La investigación aplicada, clínica y de organización de servicios y con perspectiva epidemiológica ha sido la que siempre se ha considerado más propia de la atención primaria, pero ello no implica que, bien de forma independiente o en alianza con otros sectores de investigación traslacional, no podamos plantearnos desarrollar nuevos proyectos con componentes más complejos o básicos.
Las reflexiones anteriores no son nuevas, reflejan algunas de las preocupaciones que están en el seno de nuestros colectivos profesionales y merecen ser recordadas periódicamente. La celebración de este 25 aniversario de la revista AtenciÓn Primaria nos ha parecido una ocasión pertinente para hacerlo.