Abstract
Introducción.
Cladophialophora bantiana es un hongo filamentoso, denominado hongo dematiáceo por la presencia de melanina. Este hongo tiene importancia clínica por ser neurotrópico y causar feohifomicosis cerebral.
Material y métodos.
Se analizó la información científica disponible sobre el desarrollo de feohifomicosis cerebral provocada por Cladophialophora bantiana, seleccionando artículos de las bases de PubMed, Scopus y Google Scholar, que describen informes de caso sobre infección micótica de C. bantiana en adultos, considerando el análisis de la sintomatología, el historial clínico y los daños neuroanatómicos de los pacientes, además de considerar la mortalidad de la patología.
Resultados.
La India y Estados Unidos fueron los países con más informes de caso, 32 y 11 casos, respectivamente. Asimismo, en cuanto a las lesiones neuroanatómicas, en su mayoría, los pacientes sufrieron lesiones mixtas (29%) y del lóbulo frontal (22%). De acuerdo con el estado de los pacientes, la patología tiene una mortalidad del 62%.
Conclusiones.
Se concluye que la feohifomicosis cerebral tiene una alta mortalidad, no existe un tratamiento estandarizado y, en la mayoría de los casos, la infección fúngica del cerebro es mixta y afecta a varias partes del cerebro; además, si no se diagnostica y trata a tiempo, puede ocasionar la muerte de los pacientes.
Palabras clave: Absceso cerebral, Cladophialophora bantiana, Feohifomicosis cerebral, Hongos dematiáceos, Infecciones micóticas, Meningoencefalitis micótica
Abstract
Introduction.
Introduction. Cladophialophora bantiana is a filamentous fungus, known as a dematiaceous fungus because of the presence of melanin. This fungus is of clinical importance because it is neurotropic and causes cerebral phaeohyphomycosis.
Material and methods.
The available scientific information on the development of cerebral phaeohyphomycosis caused by Cladophialophora bantiana was analysed by selecting articles from the PubMed, Scopus and Google Scholar databases that describe case reports of fungal infection by C. bantiana in adults, taking into account the analysis of the patients’ symptomatology, clinical history and neuroanatomical damage, in addition to considering the mortality of the condition.
Results.
India and United States were the countries with most case reports, with 32 and 11 cases respectively. Moreover, in terms of neuroanatomical lesions, the majority of patients suffered mixed lesions (29%) and frontal lobe lesions (22%). In accordance with the patients’ condition, the pathology has a mortality rate of 62%.
Conclusions.
It is concluded that cerebral phaeohyphomycosis has a high mortality rate, there is no standardised treatment and, in most cases, the fungal infection of the brain is mixed and affects several different parts of it. Furthermore, if not diagnosed and treated in time, it can lead to the patients’ death.
Key words: Brain abscess, Cerebral phaeohyphomycosis, Cladophialophora bantiana, Dematiaceous fungi, Mycotic infections, Mycotic meningoencephalitis
Introducción
El presente estudio de revisión pretende analizar la información científica disponible de informes de caso sobre el desarrollo de feohifomicosis cerebral provocada por Cladophialophora bantiana.
Cladophialophora bantiana es un hongo filamentoso (moho) perteneciente al filo Ascomycota, orden Chaetothyriales, de la familia Herpotrichiellaceae. Este hongo ha sido conocido por varios nombres científicos desde su descubrimiento, que ahora se consideran sinónimos: Cladosporium bantianum, Cladosporium trichoides y Xylohypha bantiana [1,2]. Este moho se denomina hongo negro o dematiáceo por la presencia de melanina [3,4], su hábitat se limita al suelo y materia orgánica en estado de descomposición [5,6], y es saprófito y termotolerante (43 °C) [4,7], con una reproducción asexual por conidias unicelulares [4,8]. Su distribución es cosmopolita [4,8], especialmente en climas subtropicales, tropicales y neotropicales [8,9].
Además, C. bantiana tiene importancia clínica y es neurotrópico, es decir, posee afinidad por el tejido nervioso [4,6]. La infección por C. bantiana ocasiona feohifomicosis cerebral; se teoriza que la patología se desarrolla porque el moho produce en su pared celular melanina dihidroxinaftaleno, que le permite evadir al sistema inmunológico, con la eliminación de radicales libres producidos por el estrés oxidativo de las células fagocíticas; así, el hongo se mantiene ileso y se vuelve resistente a la fagocitosis, para luego irrumpir en el tejido cerebral [4,6,10-12]. El hongo optimiza su mecanismo de resistencia por medio de receptores específicos, que se unen a enzimas hidrolíticas que anulan la actividad de la membrana, volviendo susceptible a la célula hospedadora, además de considerar la hipótesis sobre los receptores de melanina en la barrera hematoencefálica, que le permite pasar al hongo al parénquima cerebral para infectarlo [10-12].
C. bantiana y otros hongos con importancia clínica son resistentes a la acción del sistema inmunológico porque han desarrollado enzimas como peptidasas-proteasas (catalizan enlaces peptídicos y proteínas), quitina sintetasa (permite la síntesis de quitina en la pared celular del hongo), volviéndolo más resistente, y hialuronidasas (catalizan al ácido hialurónico) [13]. Estos mecanismos provocan la infección temprana del sujeto expuesto. Se debe mencionar que la feohifomicosis cerebral se desarrolla y afecta a individuos inmunodeprimidos e inmunocompetentes [11,13,14].
La feohifomicosis cerebral se presenta con síntomas inespecíficos: dolores de cabeza crónicos y déficits neurológicos, como debilidad motora de las extremidades, hemiparesia, hemiplejía, parálisis facial, papiledema, afasia motora, hipoacusia, convulsiones, etc. [15,16]. Las características clínicas mencionadas pueden presentarse mucho antes del diagnóstico clínico de feohifomicosis cerebral [16]. Asimismo, esta micosis se asocia al desarrollo de encefalitis, meningitis subaguda o crónica, abscesos, mielopatía y accidente cerebrovascular [17]. La inoculación de la infección cerebral puede tener dos vías de origen: la primera puede ser una infección secundaria, que inicia en la piel y luego se esparce al cerebro; y la otra, por diseminación hematógena, en la que las conidiósporas se inhalan, ocasionando un cuadro clínico pulmonar, usualmente asintomático, que luego se disemina por neurotropismo al tejido cerebral, donde se forman abscesos encapsulados únicos o aglomerados [15-17].
Material y métodos
Metodología
Se realizó una revisión bibliográfica considerando los criterios de la declaración PRISMA (‘Preferred Reporting Items for Systematic Reviews and Meta-Analysis’) [18]. Asimismo, para evaluar la estructura de los artículos seleccionados se aplicaron las escalas CONSORT [19] y NOS [20].
La información se recopiló a partir de artículos científicos publicados entre 1981 y 2022, seleccionados de los buscadores y bases de datos científicos: Scopus, PubMed y Google Scholar. Para la búsqueda se utilizaron las palabras clave ‘Cladophialophora bantiana AND feohifomicosis cerebral’, ‘Cladosporium bantianum AND feohifomicosis cerebral’, ‘Cladosporium trichoides AND feohifomicosis cerebral’, ‘Xylohypha bantiana AND feohifomicosis cerebral’ y en inglés ‘Cladophialophora bantiana AND cerebral Phaeohyphomycosis’, ‘Cladosporium bantianum AND cerebral Phaeohyphomycosis’, ‘Cladosporium trichoides AND cerebral Phaeohyphomycosis’, ‘Xylohypha bantiana AND cerebral Phaeohyphomycosis’.
Criterios de inclusión
Se seleccionaron artículos que describían casos clínicos de feohifomicosis cerebral por C. bantiana y sinónimos en pacientes mayores de edad (>18).
Criterios de exclusión
Se excluyeron estudios escritos en otros idiomas que no fueran español o inglés, casos clínicos en menores de edad (<18), datos no publicados, estudios en animales y metaanálisis.
Análisis de búsqueda
Con la búsqueda empleando las palabras clave, se obtuvieron 84 resultados para Scopus, 197 para PubMed y 1254 para Google Scholar. De los 1.535 resultados de búsqueda, se seleccionaron 73 artículos que tenían el título y el resumen relacionados con el tema de estudio; luego se eliminaron 19 artículos duplicados y quedaron un total de 54 artículos para revisión completa, y después se rechazaron seis artículos que no cumplieron los criterios de inclusión. Para el análisis cualitativo, quedaron un total de 48 artículos (Fig. 1).
Figura 1.
Diagrama de flujo del proceso de selección de los artículos científicos sobre C. bantiana y feohifomicosis cerebral.
Resultados
Se analizaron 58 informes de caso procedentes de 48 artículos científicos [21-68] (Tabla), de los cuales los países con mayores informes de caso fueron India, con 32 casos, y Estados Unidos, con 11 casos (Fig. 2). El paciente con menor edad tenía 20 años y el de mayor edad tenía 81 años; además, en un informe de caso no estaba disponible la edad del paciente, únicamente se presentaba como de mediana edad, por lo que asumimos que la edad estaba en el rango de 40-59 años [69]; el promedio de edad de los pacientes, sin considerar al paciente de mediana edad, fue de 45 años. De los 58 informes de caso, 36 (62%) no notificaron la ocupación o profesión del paciente y en 22 (38%) se describió la profesión u ocupación del paciente, y se encontró que 17 pacientes poseían trabajos relacionados con el campo: nueve agricultores, dos mineros, dos ingenieros, un leñador, un trabajador del molino, un estudiante de Botánica y un trabajador de la construcción-ávido cazador; los cinco pacientes restantes poseían trabajos de comerciante, ama de casa, aprendiz de informática, trabajo en la fundición de hierro y trabajador en la metalurgia.
Tabla.
Resumen de informes de caso de feohifomicosis cerebral ocasionada por C. bantiana.
N.o | Informe- n.o de ref. | País | Edad, sexo | Profesión/ocupación | Historial clínico | Características clínicas | Téc. imag | Neuroanatomía afectada | Terapia | EP |
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1 | Sandhyamani et al, 1981 [21] | IND | 50, ♂ | ND | Ninguno | Cefalea, convulsiones focales izquierdas, debilidad del lado izquierdo, fiebre y deterioro de la conciencia | TC | Ganglios basales derechos | Cirugía | ND |
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2 | Banerjee et al, 1989 [22] | IND | 28, ♂ | Comerciante de arroz | Ninguno | Cefalea, convulsiones y visión borrosa | TC | Lóbulo frontal izquierdo | Anfotericina B y cirugía. | V |
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3 | Heney et al, 1989 [23] | IND | 24, ♂ | ND | Ninguno | Cefalea, vómitos, confusión, ataxia, dificultad para hablar, papiledema, rigidez de la nuca | TC | Hemisferios cerebelosos y vermis | Itraconazol, anfotericina B, 5-fluorocitosina y cirugía | ND |
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4 | Heney et al, 1989 [23] | IND | 31, ♂ | ND | Ninguno | Confusión, violencia, apirexial, emaciado, deshidratado, cuello rígido | TC | Hemisferio izquierdo | Cirugía | † |
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5 | Goel et al, 1992 [24] | IND | 36, ♂ | ND | Ninguno | Tensión intracraneal elevada y papiledema | TC | Lóbulo parietal derecho | Ketoconazol, anfotericina B y cirugía | † |
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6 | Nadkarni et al, 1993 [25] | IND | 32, ♂ | ND | Ninguno | Convulsiones, cefalea bilateral grave, hemiparesia derecha y afasia | TC | Región parietooccipital izquierda | Anfotericina B liposómica ycirugía | † |
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7 | Emmens et al, 1996 [26] | EE. UU. | 31, ♀ | ND | LMC, neumonía por CMV, bacteriemia por Acinetobacter | Debilidad del lado izquierdo, parálisis del tercer nervio craneal, hemiparesia y parálisis del sexto nervio craneal | RM | Pedúnculo cerebral derecho, protuberancia y tálamo derecho | Anfotericina B | † |
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8 | Buxi et al, 1996 [27] | IND | 58, ♂ | Ingeniero | Anorexia y RaR | Cefalea, malestar general, fiebre, picazón y letargo en respuesta | RM-TC | Lóbulo frontal derecho | Anfotericina B, fluconazol y cirugía | † |
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9 | Walz et al, 1997 [28] | BRA | 33, ♂ | Leñador | HTL | Cefalea holocraneal, náuseas, vómitos, convulsiones y hemiparesia izquierda | RM-TC | Lóbulo frontal derecho y cuarto ventrículo. | Anfotericina B y fluconazol | † |
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10 | Gupta et al, 1997 [29] | IND | 35, ♂ | ND | Aloinjerto renal | Convulsiones, cefalea, vómitos | TC | Lóbulo parietal derecho | Anfotericina B y cirugía | ND |
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11 | Sood et al, 2000 [30] | IND | 25, ♂ | Agricultor | Ninguno | Convulsiones tonicoclónicas faciobraquiales, pérdida del conocimiento parcial, dificultades en el habla, hemiparesia derecha y disfasia motora | TC | Lóbulo frontal izquierdo | Fluconazol y cirugía | V |
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12 | Keyser et al, 2002 [31] | ALE | 57, ♂ | ND | DMT1 y CIT | Náuseas, singultos y ataxia | RM | Hemisferio cerebeloso derecho | Anfotericina B liposómica, 5-fluorcitosina, luego cambiada por itraconazol | † |
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13 | Silveira et al, 2003 [32] | BRA | 61, ♂ | ND | PR | Hemiparesia derecha, debilidad, fiebre y confusión | TC | Región parietotemporal izquierda | Fluconazol, itraconazol y cirugía | † |
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14 | Raut et al, 2003 [33] | IND | 26, ♀ | ND | LES | Paresia facial del nervio motor derecho y hemiparesia derecha | TC | Región frontotemporal izquierda | Anfotericina B y cirugía | V |
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15 | Jayakeerthi et al, 2004 [34] | IND | 22, ♂ | Aprendiz de informática | Ninguno | Cefalea, ángulo de la boca desviado, dificultad para hablar, afasia motora superior derecha, parálisis facial y hemiplejia izquierda | TC | Región frontal posterior izquierda | Fluconazol, flucitosina, anfotericina B y cirugía | † |
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16 | Roche et al, 2005 [35] | IRL | 26, ♂ | ND | FP e IGMO | Cefalea, náuseas, diplopía intermitente, inestabilidad, tos, esputo purulento y hemoptisis | RM-TC | Región frontal izquierda, cuerpo calloso y parte derecha de los ganglios basales | Voriconazol, anfotericina B y flucitosina | † |
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17 | Deb et al, 2005 [36] | IND | 26, ♀ | Ama de casa | Ninguno | Cefalea intensa, vómitos, convulsiones tonicoclónicas, papiledema bilateral, paresia facial derecha y hemiparesia derecha | TC | Lóbulo frontal posterior izquierdo | Anfotericina B y cirugía. | V |
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18 | Pardo et al, 2006 [37] | ESP | 41, ♀ | ND | AFT1 | Vómitos, conciencia disminuida y estupor | TC | Región frontoparietal | Itraconazol, anfotericina B, voriconazol y cirugía | † |
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19 | Hanieh et al, 2006 [38] | AUS | 61, ♂ | ND | Leucemia | Confusión, cefalea, somnolencia, debilidad general, hiperreflexia en el lado izquierdo y reflejos plantares ascendentes bilaterales | TC | Región temporoparietal derecha | Anfotericina B liposómica, voriconazol y cirugía | † |
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20 | Velho et al, 2006 [39] | IND | 40, ♂ | ND | Ninguno | Cefalea, vómitos, hemiparesia izquierda y papiledema bilateral | TC-RM | Región frontoparietal derecha | Fluconazol y cirugía | V |
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21 | Garg et al, 2007 [40] | IND | 20, ♂ | Agricultor | Ninguno | Aumento de la tensión intracraneal y sensorio alterado | TC | Lóbulo frontal derecho | Anfotericina B y cirugía | † |
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22 | Garg et al, 2007 [40] | IND | 20, ♂ | Agricultor | Ninguno | Hemiparesia derecha | TC | Región posterior del lóbulo frontal izquierdo | Anfotericina B, 5-fluorcitocina y cirugía | V |
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23 | Garg et al, 2007 [40] | IND | 25, ♂ | Trabajador de molino | Ninguno | Aumento de la tensión intracraneal y hemiparesia derecha | TC | Lóbulo frontal derecho | 5-fluorcitocina, itraconazol y cirugía | V |
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24 | Garg et al, 2007 [40] | IND | 32, ♂ | Agricultor | Ninguno | Hemiparesia izquierda y comportamiento psicótico | TC | Región superior derecha de la cisura de Silvio | Cirugía (diagnóstico post mortem) | † |
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25 | Garg et al, 2007 [40] | IND | 37, ♂ | Agricultor | Ninguno | Hemiparesia derecha y sensorio alterado | TC | Lóbulo parietal izquierdo | Cirugía, (diagnóstico post mortem) | † |
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26 | Garg et al, 2007 [40] | IND | 42, ♂ | Agricultor | Ninguno | Hemiparesia izquierda, cefalea y fiebre | TC | Región parietooccipital derecha | No tratado, diagnóstico post mortem | † |
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27 | Garg et al, 2007 [40] | IND | 49, ♂ | Agricultor | Ninguno | Hemiparesia derecha y aumento de la presión intracraneal | TC | Región frontoparietal izquierda | Anfotericina B, fluconazol y cirugía | V |
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28 | George et al, 2008 [41] | IND | 20, ♂ | ND | Ninguno | Fiebre, cefalea, vómitos y papiledema bilateral | TC | Lóbulo frontal derecho | Anfotericina B, itraconazol, flucitosina y cirugía | † |
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29 | Borkar et al, 2008 [42] | IND | 55, ♂ | ND | Ninguno | Cefalea bifrontal, cambios en la personalidad, pérdida de memoria e inestabilidad al caminar | TC | Región periventricular- lóbulo frontal izquierdo | Anfotericina B liposómica, fluconazol y cirugía | † |
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30 | Lakshmi et al, 2008 [43] | IND | 23, ♂ | Estudiante de botánica | Ninguno | Cefalea, hemiparesia derecha, diplopía y parálisis facial | TC | Región capsuloganglionar izquierda | Anfotericina B y cirugía | V |
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31 | Huang et al, 2011 [44] | CHN | 38, ♂ | Agricultor | Diabetes y SM | Convulsión tónica faciobraquial, hemiparesia del lado derecho, vómitos, afasia y disforia | TC | Lóbulo frontal izquierdo | Anfotericina B y anfotericina B liposómica | † |
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32 | Revankar, 2011 [45] | EE. UU. | 79, ♀ | ND | Hipertensión, diverticulitis, EmP y TVP | Caída facial progresiva del lado izquierdo y debilidad del lado izquierdo | RM | Lóbulo frontal derecho | Anfotericina B liposómica, voriconazol, flucitosina y cirugía | † |
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33 | Frasquet et al, 2014 [46] | ESP | 71, ♂ | ND | ECr y FA | Vértigo, convulsión tonicoclónica generalizada con cianosis, debilidad del miembro derecho superior y disartria leve | RM | Lóbulo parietal izquierdo | Voriconazol, anfotericina B y cirugía | † |
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34 | Martínez et al, 2014 [47] | ESP | 81, ♂ | Ex trabajador de fundición de hierro | AaE | Dificultad para hablar y deflexión a la izquierda de la boca | TC | Lóbulo frontal izquierdo | Voriconazol, caspofungina, anfotericina B liposómica y cirugía | † |
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35 | Suri et al, 2014 [48] | IND | 65, ♂ | Agricultor | Ninguno | Sensorio alterado, hemiparesia del lado izquierdo y dificultad para hablar | TC | Lóbulo parietal derecho | Anfotericina B liposómica, voriconazol y cirugía | † |
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36 | Kantarcioglu et al, 2016 [49] | TUR | 28, ♂ | Minero de carbón | Ninguno | Fatiga progresiva, crisis epiléptica focal en la cara, epilepsia, hemiparesia derecha, cefalea, dificultad para hablar, afasia expresiva y hemiplejia del lado derecho | RM | Unión frontotemporal izquierda, a nivel de los ganglios basales y el ventrículo lateral izquierdo | Anfotericina B y voriconazol | † |
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37 | Ray et al, 2016 [50] | IND | 49, ♀ | ND | GS e IRT | Cefalea, debilidad, problemas en la atención sostenida, disfunción ejecutiva y apraxia al caminar | TC | Lóbulo frontal izquierdo | Posaconazol y cirugía | V |
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38 | Lahiri et al, 2017 [51] | IND | 55, ♂ | ND | Hipertensión, DMT2, HP, uveítis, EPOC y tuberculosis | Cefalea, visión borrosa, disminución del apetito, debilidad generalizada, dolor, enrojecimiento-lagrimeo ocular, secreción crónica del oído y pérdida de memoria | RM-TC | Unión tempoparietal izquierda y lóbulo occipital | Voriconazol y fluconazol | † |
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39 | Ahmad et al, 2017 [52] | EE. UU. | 44, ♂ | ND | Ninguno | Cefalea y hemianopsia izquierda | RM | Región derecha del cuerno occipital del ventrículo lateral | Voriconazol, anfotericina B y cirugía | † |
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40 | Ahmad et al, 2017 [52] | EE. UU. | 54, ♂ | ND | Ninguno | Pérdida de memoria y cefalea | RM | Lóbulo frontal derecho y ventrículo lateral derecho | Voriconazol y anfotericina B | V |
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41 | Gopalakrishnan et al, 2017 [53] | IND | 69, ♂ | ND | Ninguno | Debilidad del miembro inferior derecho | RM-TC | Región parietal posterior izquierda | Voriconazol y cirugía | † |
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42 | Gopalakrishnan et al, 2017 [53] | IND | 65, ♂ | ND | IRC | Disminución progresiva del sensorio, convulsiones tonicoclónicas generalizadas y hemiparesia izquierda | RM-TC | Región frontoparietal derecha | Voriconazol y cirugía | V |
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43 | Howlett et al, 2019 [54] | RU | 67, ♂ | ND | Hipertensión, asma y sarcoidosis quiescente | Crisis convulsiva tonicoclónica generalizada, cefalea, mareos, pérdida de peso y diplopía | RM-TC | Lóbulo frontal izquierdo y hemisferio cerebeloso izquierdo | Voriconazol, caspofungina y flucitosina | † |
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44 | Nieto-Ríos et al, 2019 [55] | COL | 54, ♂ | Ingeniero agropecuario | ERTC y NB | Fiebre intermitente, cefalea persistente, insomnio, temblor psicomotor y vértigo | TC | Hemisferio cerebeloso izquierdo | Anfotericina B liposómica y voriconazol | V |
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45 | Schweizer et al, 2019 [56] | CHE | 53, ♂ | ND | Migraña y asma | Hemianopsia bitemporal | RM-TC | Corteza occipital | Anfotericina B liposómica y voriconazol | V |
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46 | Khaliq et al, 2019 [57] | EE. UU. | 64, ♂ | Trabajador de la construcción y ávido cazador | Ninguno | Confusión, marcha tambaleante y tos con esputo negro | RM-TC | Lóbulo frontal izquierdo y parte del cuerpo calloso anterior | Anfotericina B, voriconazol y cirugía | † |
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47 | Rohilla et al, 2020 [58] | IND | 55, ♀ | ND | Ninguno | Fiebre, cefalea, debilidad y dolor de las extremidades inferiores, superiores derechas, pérdida del habla, incontinencia urinaria, desviación facial del lado izquierdo y reflejos tendinosos de la extremidad inferior derecha exagerados | RM-TC | Periferia del lóbulo parietal izquierdo | Anfotericina B, voriconazol y cirugía | † |
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48 | Rathod et al, 2020 [59] | IND | 21, ♂ | Trabajador de una empresa metalúrgica | Ninguno | Cefalea crónica, convulsiones tonicoclónicas generalizadas, debilidad de las extremidades inferiores, superior izquierdo, diplopía y vómitos | RM-TC | Región izquierda del lóbulo frontal y ventrículo lateral izquierdo | Voriconazol y cirugía | V |
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49 | Hernandez y Lawal, 2021 [60] | EE. UU. | 69, ♂ | ND | ERT e IFP | Malestar generalizado, tos, confusión y fiebre persistente | RM | Región periventricular parietal izquierda | Voriconazol, isavuconazol y anfotericina B liposómica | † |
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50 | Cortés et al, 2021 [61] | EE. UU. | 68, ♀ | ND | EM, AR, hipertensión, DMT2, hiperlipidemia, AP, TVP y EmP | Alteración del estado mental agudo, afasia global, afasia receptiva-expresiva y hemiplejia del lado derecho | RM | Lóbulo temporal izquierdo | Voriconazol y cirugía | ND |
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51 | Ali et al, 2021 [62] | PAK | 23, ♂ | ND | Meningitis e hidrocefalia | Fiebre, vómitos y disminución del habla | RM | Cerebelo | Anfotericina B y cirugía | † |
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52 | Ali et al, 2021 [62] | PAK | 27, ♂ | ND | Ninguno | Fiebre, erupción corporal, vómitos, debilidad de los miembros inferiores y cefalea | RM | Múltiples lesiones en el cerebro y los hemisferios cerebelosos | Voriconazol, anfotericina B y cirugía | † |
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53 | Samaddar et al, 2021 [63] | IND | 50, ♂ | ND | Ninguno | Cefalea, debilidad de las extremidades inferiores, sensorio alterado, afasia, fiebre y vómitos | RM-TC | Ganglios basales derecho, cuerpo calloso y lóbulo frontal izquierdo | Voriconazol, anfotericina B liposómica y cirugía | † |
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54 | Gupta et al, 2022 [64] | IND | 62, ♂ | ND | Hipertensión, diabetes y ERC | Fiebre, vómitos, anuria, anasarca y debilidad de la parte superior e inferior izquierda | RM-TC | Lóbulo parietal derecho | Voriconazol, anfotericina B, itraconazol, posaconazol, caspofungina, anidulafungina y micafungina | † |
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55 | Tsang et al, 2022 [65] | EE. UU. | 58, ♂ | ND | DMT1, hipertensión, IHZ y ERT | Molestias en la frente y vértigo. | RM-TC | Lóbulo occipital izquierdo y lóbulo temporal izquierdo | Anfotericina B liposómica, flucitocina, voriconazol y cirugía | V |
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56 | Mody et al, 2022 [66] | EE. UU. | 24, ♂ | Soldador, luego minero | Ninguno | Cefalea, dolor de los senos paranasales, fiebre subjetiva, congestión nasal, náuseas, vómito, visión borrosa y sudoración nocturna | RM-TC | Región parietotemporal | Anfotericina B liposómica, 5-flucitosina, posaconazol y cirugía | V |
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57 | Kilbourn et al, 2022 [67] | EE. UU. | 81, ♀ | ND | CcR, hipertensión y NP | Cefalea, confusión y afasia expresiva | RM | Lóbulo temporal izquierdo | Voriconazol y cirugía | V |
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58 | Arrigui et al, 2022 [68] | EE. UU. | ME, ♂ | ND | HA, CEP y CH, DCr | Cefalea, convulsiones complejas, dificultad para hablar, incapacidad de seguir órdenes complejas y problemas en los reflejos de presión palmar bilaterales | RM | Hemisferio cerebral izquierdo | Flucitosina, voriconazol, anfotericina B liposómica luego reemplazada por caspofungina y cirugía | † |
♂: varón; ♀: mujer; †: fallecido/a; AaE: alveolitis alérgica extrínseca; AFT1: amiloidosis familiar de tipo 1; ALE: Alemania; AP: arteriopatía periférica; AR: artritis reumatoide; AUS: Australia; BRA: Brasil; CcR: carcinoma de células renales; CEP: colangitis esclerosante primaria; CH: carcinoma hepatocelular; CHE: Suiza; CHN: China; CIT: cardiopatía isquémica terminal; CMV: citomegalovirus; COL: Colombia; DMT1: diabetes mellitus de tipo 1; DMT2: diabetes mellitus de tipo 2; DCr: ductopenia crónica; ECr: enfermedad de Crohn; EE. UU.: Estados Unidos; EM: esclerosis múltiple; EmP: embolia pulmonar; EP: estado del paciente; EPOC: enfermedad pulmonar obstructiva crónica; ERC: enfermedad renal crónica; ERCT: enfermedad renal crónica terminal; ERT: enfermedad renal terminal; ESP: España; FA: fibrilación auricular; FP: fibrosis pulmonar; GS: glomerulonefritis semilunar; HA: hepatitis autoinmune; hiperli.: hiperlipidemia; HP: hiperplasia prostática; HTL: hidrocefalia tetraventricular leve; IFP: infección fúngica pulmonar; IGMO: infiltración granulomatosa de la médula ósea; IHZ: infección por herpes zóster; IND: India; IRC: insuficiencia renal crónica; IRL: Irlanda; IRT: insuficiencia renal terminal; LES: lupus eritematoso sistémico; LMC: leucemia mielógena crónica; ME: mediana edad; NB: nefrolitiasis bilateral; ND: no determinado; NP: nódulos pulmonares; PAK: Pakistán; PR: poliquistosis renal; RaR: rinitis alérgica recurrente; RM: resonancia magnética; RU: Reino Unido; SM: síndrome mielodisplásico; TC: tomografía computarizada; Téc-imag: técnica de imagen; TUR: Turquía; TVP: trombosis venosa profunda; V: vivo/a.
Figura 2.
Número de casos por país de feohifomicosis cerebral ocasionada por C. bantiana.
Del total de pacientes, hubo 49 varones (84%) y nueve mujeres (16%). Tenían comorbilidad previa 27 pacientes (siete mujeres y 20 varones), de los cuales 18 fallecieron, en dos no se determinó su estatus y siete sobrevivieron. En cambio, 31 no tenían comorbilidad previa (dos mujeres y 29 varones); de ellos, 18 fallecieron, en dos no se determinó su estatus y 11 sobrevivieron. De los 58 pacientes, 36 fallecieron (62%: 32 varones y cuatro mujeres), 18 sobrevivieron (31%: 14 varones y cuatro mujeres) y en cuatro no se determinó su estatus (7%: tres varones y una mujer) (Fig. 3).
Figura 3.
Porcentajes de mortalidad, sobrevivientes y no determinados de los informes de caso.
Con respecto a las características clínicas de los 58 informes de caso, se debe mencionar que cada paciente tuvo varios síntomas y signos que se repetían entre cada informe de caso analizado. La cefalea fue la característica clínica más recurrente, en 29 casos (50%); después, la hemiparesia, presente en 18 informes (31%); las náuseas y vómitos, en 15 (26%); las convulsiones, en 13 (22%); y la fiebre, en 12 (21%). El resto de las características clínicas se manifestaron en menos casos: deterioro de conciencia, visión borrosa, tensión/presión intracraneal, papiledema, parálisis, disfasias, ataxias, afasias, etc.
De acuerdo con los casos analizados, en todos se presentó la infección fúngica con el desarrollo de abscesos cerebrales con la formación del patrón de realce en anillo que afectó a regiones determinadas o a varias partes neuroanatómicas de los pacientes. De todos los casos, los más representativos fueron: en 17 casos (29%) se encontró la existencia de lesiones mixtas, es decir, varias partes neuroanatómicas presentaban lesiones; en 13 (22%), las lesiones se presentaron en el lóbulo frontal; y en ocho (14%), las lesiones estuvieron presentes en el lóbulo parietal (Fig. 4).
Figura 4.
Número de pacientes por lesiones neuroanatómicas ocasionadas por feohifomicosis cerebral.
La terapia utilizada para combatir la micosis cerebral consistió en cirugía y tratamiento farmacológico antifúngico. Sólo un informe de caso describió que el paciente no fue tratado con ningún método, y el diagnóstico fue post mortem. De los 58 informes, se determinó que en 44 a los pacientes se les realizó una intervención quirúrgica, dos de ellas post mortem. Con respecto al tratamiento farmacológico, se debe indicar que en la mayoría de los casos se utilizó una combinación de medicamentos, y los fármacos más usados fueron la anfotericina B y el voriconazol, ambos utilizados en 27 pacientes; la anfotericina B liposómica, en 15 pacientes; la flucitosina, en 12 pacientes; el fluconazol, en nueve pacientes; y el itraconazol, en siete pacientes.
Discusión
De acuerdo con los resultados, el país que posee la mayor cantidad de informes de caso sobre el desarrollo de feohifomicosis cerebral ocasionada por C. bantiana es la India, y otros estudios determinaron lo mismo [59,70]. Asimismo, en el estudio se pudo discernir que los trabajos de campo pueden ocasionar mayor susceptibilidad de contraer la infección fúngica por medio de la interacción con plantas, suelo u otras superficies donde estén las esporas de C. bantiana, y este hongo se desarrolla en climas tropicales, subtropicales y neotropicales [8,9], lo que está apoyado por otros estudios que también describen que trabajos de campo, como ser agricultor o minero, son más susceptibles a la infección fúngica [59,70,71]. En los informes en los que no se refirió la profesión u ocupación, se evidencia la falta de indagación al paciente acerca de algún contacto cercano en su medio que permita determinar dónde pudo haber contraído la infección; sin embargo, en los informes en los que sí se describió la profesión u ocupación, los pacientes notificaron haber tenido contacto con el hongo en su propia casa o habitación, en el lugar de trabajo o en el medio en que desarrollaban actividades de tiempo libre, lo que indica la importancia sobre el tema de los lugares o condiciones donde probablemente se contrajo la infección fúngica.
La importancia de los historiales clínicos en los pacientes que desarrollan la infección micótica es que, si los pacientes tienen previa comorbilidad, pueden ser más susceptibles de agravar el cuadro clínico y provocar la muerte [70]. Hay que recordar que la infección fúngica por C. bantiana puede infectar tanto a pacientes inmunodeprimidos como a pacientes inmunocompetentes, y en ambos casos puede ocasionar la muerte si no existe el adecuado y oportuno tratamiento [11,13,14]. En el presente estudio se determinó que el 67% de los pacientes con previa comorbilidad y el 58% de los pacientes sin previa comorbilidad fallecieron; en total, falleció un 62% de los pacientes, lo que indica la existencia de una alta mortalidad y que coincide con estudios en los que también la mortalidad es alta, entre un 65-70% [10] y un 60-70% [48].
Por un lado, en el presente estudio se considera que la previa comorbilidad influye en la alta mortalidad; asimismo, se determina que la condición de inmunocompetencia tampoco es decisiva en la supervivencia del paciente, ya que también los pacientes sin previa comorbilidad tuvieron un alto porcentaje de mortalidad, sin embargo, sí puede ser un coadyuvante, que, junto con un diagnóstico precoz y el tratamiento pertinente, puede incidir en una mayor probabilidad de sobrevivir. También es necesario mencionar que las muertes en los informes de caso analizados se asociaron al cuadro clínico empeorado por la feohifomicosis cerebral desarrollada.
Las características clínicas dependen mucho del tiempo que haya avanzado la infección micótica; asimismo, se debe reflexionar si el paciente probablemente pudo haber estado en contacto con el hongo, ya que se sabe que la patología relacionada con C. bantiana no provoca síntomas o signos específicos, sino muy genéricos. Según la bibliografía, la característica más recurrente es la cefalea en un 59%, y el resto de los síntomas más genéricos, en un 54%, se asocian a déficits neurológicos [16]. En otro estudio también la cefalea fue el síntoma más común, con un 56%, y en segundo lugar la hemiparesia, con un 54% [14]. En el presente estudio, la cefalea igualmente representó el síntoma más recurrente, con un 50%, y la hemiparesia, con un 31%, lo cual indica que un paciente con cefalea recurrente, desarrollo de hemiparesia o síntomas relacionados, más la sospecha de haber interactuado en ambientes donde se desarrolla C. bantiana, posee una gran probabilidad de tener la infección micótica; así, se delimita la importancia de los antecedentes del paciente, en cuanto a sus viajes o trabajo, lo cual puede ayudar al médico a gestionar mejor la intervención clínica y el tratamiento oportuno.
El neurotropismo de C. bantiana está relacionado con los intrones de la subunidad 18S rADN del hongo, que al parecer influyen en la interacción con los receptores de melanina de la barrera hematoencefálica del paciente [72]. Al evadir la barrera hematoencefálica, el hongo provoca la infección del tejido cerebral, provocando las lesiones, que se analizan mediante técnicas de imagenología, con fines clínicos e investigativos.
En el presente estudio, la mayoría de los informes de caso utilizaron la tomografía computarizada para contemplar la presencia de las lesiones cerebrales, y en pocos casos optaron por combinarla con la resonancia magnética. En el estudio realizado, como primer lugar está la afectación mixta, es decir, lesiones mixtas (29%), debido a la mayor diseminación hematológica en el cerebro, que provoca la infección de varias regiones neuroanatómicas [26]. Asimismo, la bibliografía menciona que los abscesos cerebrales suelen desarrollarse comúnmente más en el lóbulo frontal [7] y la región frontoparietal [26,73]. En el presente estudio, el lóbulo frontal fue la segunda región neuroanatómica afectada, con el 22%, además de que con ello se pueden explicar la sintomatología clínica neurológica y los problemas graves que puede ocasionar la patología.
Como se sabe, el lóbulo frontal posee regiones encargadas de las funciones ejecutivas, especialmente de los procesos cognitivos asociados a otras regiones neuroanatómicas, por ejemplo: regiones talámicas, regiones somatosensoriales, etc. [74,75], es decir, un daño al lóbulo frontal ocasiona una cascada de problemas cognitivos que atentan con la autonomía y estabilidad del paciente. También se puede inferir que, si hay lesiones mixtas, el problema es aún mayor, porque, al verse afectadas varias partes del encéfalo, los problemas neurológicos serán más complejos, y la percepción sensorial y demás procesos cognitivos complejos se van a ver disminuidos y afectados, ocasionando posibles cuadros clínicos psicológicos, psiquiátricos, neuropsiquiátricos y neuropsicológicos, que atentan contra la integridad y supervivencia del paciente [76]. Además, aspectos biológicos, psicológicos y sociales modulan la gravedad y la manifestación psicofisiológica de la patología [77].
Por otro lado, los métodos de tratamiento que se llevaron a cabo en estos pacientes fueron principalmente a través del tratamiento quirúrgico, para drenar los abscesos cerebrales, la realización de análisis bioquímicos pertinentes, y posteriormente terapia farmacológica a través de antifúngicos, principalmente anfotericina B y anfotericina B liposómica, que es menos nefrotóxica. Ambos antibióticos son fungicidas de la familia de macrólidos poliénicos [78]. Asimismo, se utilizó en la mayoría de los casos en combinación con antifúngicos triazólicos [79] como el voriconazol, y en algunos casos también se utilizaron en combinación con otros antifúngicos triazólicos como itraconazol, posaconazol y fluconazol, y en pocos casos se usaron medicamentos como 5-fluorocitosina, caspofungina, flucitosina, ketoconazol, anidulafungina y micafungina.
De acuerdo con la revisión de la bibliografía y los resultados de antifungigrama de la mayoría de los pacientes, se encontró que C. bantiana es sensible al voriconazol, el posaconazol, el itraconazol, la flucitosina y la anfotericina B en terapia a largo plazo, complementado con la terapia quirúrgica, la misma terapia que se aplicó a los pacientes que sobrevivieron a esta enfermedad, a pesar de que la patología tiene una alta tasa de mortalidad [10,48]; sin embargo, también se plantea que la alta mortalidad se debe principalmente a la falta de un diagnóstico precoz e intervención quirúrgica oportuna [80], y asimismo, a la problemática de que no existe un tratamiento estandarizado.
Limitaciones del estudio
El estudio estuvo limitado por considerar informes en humanos mayores de edad, omitiendo los casos en animales y menores de edad. Además, el estudio tuvo limitaciones en cuanto al acceso de artículos de pago, los cuales no se consideraron.
Aportes del estudio
Actualmente no existe una revisión sobre la temática planteada; además, se actualizó la revisión con informes de los últimos años, incluyendo estudios de 2022. También la importancia de este estudio recae en la actualización de datos con respecto al aporte en áreas como la epidemiología, la clínica, la semiología, la farmacología y la neuroanatomía.
Conclusiones
Gracias a la revisión, se pudo analizar la información pertinente sobre la patología provocada por C. bantiana, la cual debe seguir siendo estudiada para su mejor comprensión y desarrollo de mejores técnicas de diagnóstico y tratamientos que en algún momento puedan aumentar la probabilidad de pacientes recuperados.
Las actividades de campo relacionadas con viajes, empleo o recreación, en zonas climáticas donde se desarrolla el hongo, tienen una mayor probabilidad de tener contacto con C. bantiana (y otros hongos dematiáceos) y contraer la infección, que luego puede extenderse a una infección cerebral, desarrollando feohifomicosis cerebral.
También se pudo concluir que la mortalidad relacionada con el desarrollo de feohifomicosis cerebral ocasionada por C. bantiana es alta. No existe un tratamiento estandarizado para la feohifomicosis cerebral. El síntoma más recurrente de la patología es la cefalea y luego la hemiparesia; las lesiones neuroanatómicas en la mayoría de los pacientes son de tipo mixto, sin dejar de lado que asimismo afecta en gran parte al lóbulo frontal. Los historiales clínicos, el diagnóstico precoz y el tratamiento oportuno pueden influir en la supervivencia del paciente; sin embargo, se debe comprender que la inmunocompetencia no es una condición totalitaria que va a favorecer siempre al paciente, ya que en este tipo de micosis existen muchos pacientes inmunocompetentes que no han podido sobrevivir.
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