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. 2022 Feb 16;74(4):107–116. [Article in Spanish] doi: 10.33588/rn.7404.2021322
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Ensayo aleatorio de terapia de reminiscencia individual para adultos mayores con deterioro cognitivo: un análisis de respuesta de tres meses

Susana I Justo-Henriques 1,2,, Janessa O Carvalho 3, Enrique Pérez-Sáez 4, Hugo Neves 1, Vitor Parola 1, João L Alves-Apóstolo 1
PMCID: PMC11502178  PMID: 35148419

Abstract

Introducción.

La terapia de reminiscencia individual (iTR) ha demostrado mejorar la cognición, el estado de ánimo y la calidad de vida (CdV) de personas con trastornos neurocognitivos (TNC).

Objetivo.

Se exploraron los predictores de la respuesta positiva a la iTR utilizando el análisis de respuesta, una estrategia analítica de los factores que contribuyen a una respuesta a la intervención.

Pacientes y métodos.

Reanálisis de un ensayo controlado aleatorizado de 251 adultos mayores portugueses con TNC. Los participantes recibieron dos sesiones de iTR durante 13 semanas (26 sesiones) o el tratamiento habitual. Las variables analizadas fueron la cognición global (Minimental State Examination), la memoria (test de alteración de la memoria), el funcionamiento ejecutivo –batería de evaluación frontal (FAB)–, los síntomas depresivos –escala de depresión geriátrica-15 (GDS-15)– y la CdV –escala de calidad de vida en la enfermedad de Alzheimer (QOL-AD)–.

Resultados.

Hubo más respondedores en el grupo de intervención que en el de control en los cinco criterios, con diferencias significativas para cognición (p = 0,001; φ = 0,202; número necesario para tratar = 5) y memoria (p = 0,004; φ = 0,184; número necesario para tratar = 6). En la línea de base, los respondedores tenían: puntuaciones más altas de QOL-AD (30,23 frente a 25,57; p < 0,001; d = –0,774) para la cognición; puntuaciones FAB más bajas (1,41 frente a –2,12; p < 0,001; d = 0,928) para el funcionamiento ejecutivo; y mayores puntuaciones en la GDS-15 para los síntomas depresivos (7,57 frente a 4,91; p < 0,001; d = –0,845) y para la CdV (6,81 frente a 5,33; p = 0,013; d = –0,443).

Conclusiones.

La iTR mostró altas tasas de respuesta para la cognición y la memoria. Los que tienen peor función ejecutiva, estado de ánimo y CdV se beneficiaron más de la intervención para esas respectivas variables. La iTR tiene efectos beneficiosos en los TNC, con el estado de ánimo y la CdV como factores influyentes.

Palabras clave: Calidad de vida, Demencia, Depresión, Función ejecutiva, Memoria, Trastornos neurocognitivos

Introducción

Se estima que los trastornos neurocognitivos (TNC) afectan a unos 50 millones de personas en todo el mundo y se espera que aumenten a 150 millones en 2050 [1]. Los TNC en los adultos mayores pueden tener diversas etiologías neurodegenerativas, como la enfermedad de Alzheimer, la demencia vascular, la demencia frontotemporal y la demencia con cuerpos de Lewy, entre otras [2]. El TNC mayor se define por la evidencia de un deterioro cognitivo significativo en comparación con un nivel previo de rendimiento individual en uno o más dominios cognitivos, con interferencia en la capacidad de realizar actividades de la vida diaria [2].

Las opciones de tratamiento para la mayoría de los TNC son limitadas. Por ejemplo, en la enfermedad de Alzheimer, las opciones farmacológicas habituales tienen una eficacia limitada [3-5], son costosas y pueden presentar efectos secundarios indeseables. La eficacia limitada de los tratamientos farmacológicos actuales ha generado un interés por las intervenciones no farmacológicas que no pretenden modificar los mecanismos fisiopatológicos subyacentes, sino tratar los síntomas e, idealmente, mejorar la calidad de vida (CdV) de las personas que viven con un TNC [6].

La estimulación cognitiva es una intervención típicamente diseñada para adultos mayores con TNC que busca proporcionar un entorno enriquecedor y atractivo para mejorar el funcionamiento cognitivo y social y la CdV [7,8]. La estimulación cognitiva es una terapia recomendada por el Instituto Nacional para la Salud y la Excelencia Clínica para los pacientes con TNC [9].

La terapia de reminiscencia, una intervención basada en la estimulación cognitiva, implica la discusión de actividades, eventos y experiencias pasadas con el participante. Utiliza la discusión de eventos pasados y pistas del pasado, como fotografías, objetos o música, que buscan promover el recuerdo en los pacientes con TNC [10]. Dado que la terapia de reminiscencia se centra en los recuerdos y habilidades conservados, y puede ser individualizada, es una estrategia menos angustiosa y atractiva que promueve la comunicación y permite a los participantes conectar con su pasado y recuperar su sentido de identidad personal [11,12]. Sus efectos han sido relativamente positivos en muestras con varios tipos de demencia. Woods et al mostraron efectos positivos de la terapia de reminiscencia en el funcionamiento cognitivo de personas con deterioro cognitivo [10]. González et al encontraron mejoras en los síntomas depresivos, la autoaceptación y las relaciones interpersonales [13]. La terapia de reminiscencia en adultos mayores con enfermedad de Alzheimer reveló mejoras en el funcionamiento cognitivo, la depresión y la CdV [14]. Los artículos de revisión han apoyado las mejoras en la CdV, el estado de ánimo y la cognición en la terapia de reminiscencia [15,16]. Entre los factores que pueden predecir o influir en la respuesta a una intervención cognitiva se encuentran el sexo femenino y el hecho de tener menos síntomas depresivos y un peor funcionamiento cognitivo [17].

Un reciente ensayo clínico aleatorizado que utilizó un protocolo de terapia de reminiscencia individual (iTR) detallado en otro lugar [18] encontró efectos positivos significativos en test de cribado cognitivo, la memoria y la CdV en una muestra mixta de personas con TNC de nacionalidad portuguesa después de 13 semanas en comparación con los que no recibieron la iTR [19]. Del mismo modo, este protocolo ha mostrado efectos positivos en la memoria, el funcionamiento ejecutivo y la CdV en una muestra de pacientes con enfermedad de Alzheimer y demencia vascular, aunque los efectos no se extendieron a la reducción de los síntomas depresivos en esta muestra [20]. Utilizando la misma iTR, el presente estudio pretende explorar y comprender las características de los que respondieron y los que no respondieron positivamente a esta intervención.

El análisis de respondedores es una estrategia analítica para investigar la proporción y los datos demográficos de los participantes que demostraron una mejora en una intervención específica o un resultado medido, explorando los resultados que difieren entre los respondedores y los no respondedores. Esta técnica se ha utilizado para comparar e identificar a los respondedores al tratamiento en una terapia cognitiva y conductual en adultos mayores, en la que las puntuaciones iniciales más altas de la vida diaria y el mejor funcionamiento conductual y psicológico se asociaron con una mayor respuesta al tratamiento [21]. Utilizamos el análisis de respondedores en nuestra muestra de intervención de ensayo aleatorio mixto de TNC para comprender mejor los factores que predicen la respuesta y caracterizan a los respondedores frente a los no respondedores en nuestro protocolo de estimulación cognitiva basado en la iTR antes mencionado.

Pacientes y métodos

Presentamos un reanálisis de un estudio previamente publicado sobre un ensayo clínico de iTR para personas con TNC (clinicaltrials.gov ID: NCT04047238), un ensayo controlado multicéntrico, ciego simple, aleatorizado, paralelo con dos brazos (iTR frente a tratamiento habitual, proporción 1:1). Los participantes del grupo de intervención (GI) recibieron dos sesiones semanales de terapia de reminiscencia de 50 minutos durante 13 semanas, además del tratamiento habitual. Los participantes del grupo de control (GC) sólo recibieron su tratamiento habitual. Los participantes fueron informados de que la participación en el estudio era voluntaria y fueron evaluados al inicio (T0) y después de la intervención de la terapia de reminiscencia (T1).

Se hizo una invitación pública a las instituciones de asistencia social de Portugal para que participaran, con 24 instituciones que aceptaron colaborar. Las instituciones, a su vez, invitaron a sus usuarios a participar, con lo que 271 participantes completaron la evaluación de elegibilidad. Se seleccionó a un total de 251 participantes para el ensayo clínico aleatorizado: 131 participantes en el GI y 120 participantes en el GC (proporción 1:1), lo que fue suficiente para los fines de este estudio. Ningún participante interrumpió su participación en el transcurso del estudio.

Los criterios de inclusión fueron: diagnóstico de una TNC según los criterios del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, quinta edición; completar y firmar el formulario de consentimiento informado; tener capacidad de comunicación y comprensión; tener la posibilidad de recabar información sobre la historia de vida del participante a través de sus familiares o cuidadores habituales, utilizando el cuestionario sociofamiliar diseñado para tal fin; tener 65 años o más; ser hablante nativo de portugués; y asistir regularmente a una institución que preste servicios de atención y apoyo social a los adultos mayores.

Los criterios de exclusión fueron: padecer una enfermedad aguda o grave que impidiera la participación en las sesiones de intervención; limitaciones sensoriales y físicas graves que impidieran la participación; desconexión grave del entorno y capacidad de atención mínima; presencia de síntomas neuropsiquiátricos graves (por ejemplo, hiperactividad, psicosis, síntomas depresivos y de ansiedad graves), apatía o delirio incontrolado que impidieran la participación en las sesiones; historia de vida traumática o marcada por eventos adversos que desaconsejaran la participación en las sesiones de terapia de reminiscencia; e historia de reacciones adversas durante las sesiones de terapia de reminiscencia o actividades similares.

Se inscribieron los participantes que cumplían los criterios de inclusión, se completaron las evaluaciones de referencia y se asignaron aleatoriamente al GC o al de GI. Al ser un estudio multicéntrico, cada institución tenía dos grupos: el GI y un GC, con una proporción de 1:1. Se llevó a cabo un proceso de aleatorización en bloques permutados no estratificados (con un tamaño de bloque variable) utilizando el software DatInf© RandList por uno de los investigadores principales del estudio, ciego a las puntuaciones de referencia y a los datos demográficos de los participantes. Los participantes de cada institución oscilaban entre 4 y 20. Los participantes, los terapeutas y el personal de la institución no conocían la asignación al grupo hasta que comenzó la intervención. Los evaluadores permanecieron ciegos durante todo el estudio. Los investigadores responsables de la comunicación con las instituciones realizaron la inscripción.

El protocolo de la estimulación cognitiva basado en la iTR se detalla específicamente en el protocolo de intervención [18]. Cada sesión tenía una duración de 50 minutos: los primeros siete minutos eran de bienvenida y de orientación, utilizando un tablero de orientación, y se pedía al participante que rellenara el cuadro con los elementos relacionados con los elementos temporales, el cuándo y el dónde (por ejemplo, el día de la semana, el mes, el día del mes, el año, la estación, la época del año, el tiempo); los siguientes 40 minutos se dedicaban a la actividad principal de terapia de reminiscencia basada en las actividades y los objetivos establecidos para cada sesión, utilizando principalmente tarjetas de imágenes e historias del Libro del pasado y el presente [22] y algún material complementario (por ejemplo, hojas de trabajo, archivos de audio, presentaciones digitales); los últimos tres minutos incluían la revisión de las dificultades, intereses y beneficios de la sesión, y un recordatorio de la siguiente sesión. El libro de actividades incluía actividades y tarjetas con imágenes, divididas en nueve temas de terapia de reminiscencia (por ejemplo, medios de transporte, electrodomésticos, vivienda, medios de comunicación, profesiones, ropa, actores y presentadores de televisión, política, referencias regionales y locales). Las tarjetas de las referencias regionales/locales fueron personalizadas por el terapeuta de la institución en función de la región en la que se encontraba. Otros materiales incluían música, adivinanzas y hojas de trabajo temáticas [18]. No hubo daños ni efectos no deseados en ninguno de los grupos.

Todas las sesiones de iTR se llevaron a cabo en cada institución y las realizaron 26 terapeutas (psicólogos, terapeutas ocupacionales o gerontólogos) que recibieron una formación de seis horas sobre el protocolo y los principios de la terapia por parte de dos de los investigadores principales, facilitando la administración estandarizada. La intervención duró 13 semanas, desde septiembre de 2019 hasta diciembre de 2019.

Los participantes del GC no recibieron la intervención de iTR, sino que recibieron su tratamiento y programación típicos, que variaban según la institución, pero que incluían actividades de interacción social, estimulación de las habilidades personales y cualquier medicación específica para la demencia prescrita.

El protocolo fue administrado a todos los participantes (grupos de intervención y de control) por evaluadores capacitados que no conocían la asignación de los participantes. Los datos se recopilaron en la línea de base (T0) y 15 semanas después de la línea de base (evaluación final, T1). Las medidas de resultado fueron las que se describen a continuación.

El Minimental State Examination (MMSE) (alfa de Cronbach = 0,89) se utilizó para evaluar la función cognitiva global. Las puntuaciones van de 0 a 30, y las más altas indican un mejor funcionamiento cognitivo [23-25].

El test de alteración de la memoria (T@M) (alfa de Cronbach = 0,93) se utilizó para evaluar la función mnésica. Se trata de un instrumento fácil y rápido que evalúa cinco dominios de la memoria: orientación temporal, codificación, memoria semántica, recuerdo libre y recuerdo señalado. Las puntuaciones totales van de 0 a 50 y las puntuaciones más altas indican una mejor memoria [26,27].

La batería de evaluación frontal (FAB) (alfa de Cronbach = 0,83) se utilizó para evaluar la función ejecutiva mediante sus subpruebas: conceptualización, flexibilidad mental, programación motora, sensibilidad a la interferencia, control inhibitorio y autonomía ambiental. Las puntuaciones van de 0 a 18 y las más altas indican un mejor funcionamiento ejecutivo [28,29].

La escala de depresión geriátrica-15 (GDS-15) (alfa de Cronbach = 0,83) se utilizó para evaluar el estado de ánimo. Se considera una herramienta fiable para detectar síntomas depresivos en adultos mayores, en un formato dicotómico (respuestas sí/no). Las puntuaciones van de 0 a 15 y las más altas indican síntomas depresivos más graves [30-32].

La escala de calidad de vida en la enfermedad de Alzheimer (QOL-AD) (alfa de Cronbach = 0,87) evaluó la CdV. Esta escala de 13 ítems evalúa la CdV en personas diagnosticadas con demencia, recogiendo información del paciente sobre salud percibida, estado de ánimo, estado físico, relaciones interpersonales, aficiones, capacidad de tomar decisiones y vida en general. Las puntuaciones van de 13 a 52 y las más altas indican una mejor CdV [33,34].

Dado que se puede esperar un deterioro de tres puntos del MMSE por año en pacientes con demencia no tratados [35,36], se formaron tres grupos que reflejaban diferentes niveles de cambio en el MMSE: respondedores (mejora o no deterioro en tres meses), deterioradores esperados (deterioro ≤ 1 punto del MMSE en tres meses) y deterioradores pronunciados (deterioro > 1 punto del MMSE en tres meses). Además, se evaluaron cinco criterios de respuesta: a) cognición (puntuación del MMSE); b) función ejecutiva (puntuación de la FAB); c) memoria (puntuación del T@M); d) síntomas depresivos (puntuación de la GDS-15), y e) CdV (puntuación de la QOL-AD). Para los cinco criterios, la respuesta se definió como una mejora o la ausencia de deterioro según las directrices del Instituto Nacional para la Salud y la Excelencia Clínica [37].

Se realizaron pruebas de χ2 para las variables categóricas y pruebas t para las variables continuas para determinar si los grupos eran homogéneos antes del tratamiento. Se calcularon las diferencias de grupo en cuanto al número de respondedores en el GI y en el GC mediante la prueba exacta de χ2/Fisher. Se calculó un análisis de ganancia neta para el MMSE, definido como (% respondedoresGI – % respondedoresGC – [% deterioradoresGI – % deterioradoresGC]). El número necesario para tratar para todos los criterios de respuesta se calculó según la siguiente fórmula: número necesario para tratar = 1/reducción del riesgo absoluto.

Debido al tamaño de la muestra por grupo, y de acuerdo con el teorema del límite central, se utilizaron pruebas paramétricas cuando fue necesario [38]. Las diferencias entre respondedores y no respondedores en el GI se calcularon mediante pruebas t para las variables continuas y la prueba exacta de χ2/Fisher para las variables categóricas. Se realizaron análisis de regresión logística binaria con las variables que diferían significativamente entre los respondedores y los no respondedores como predictores y la respuesta frente a la no respuesta como variable de resultado para todos los criterios de respuesta. Se utilizó el método Forward LR para desarrollar el modelo logit.

Se utilizó un valor de p de 0,05 para las pruebas de hipótesis. El análisis de los datos se realizó mediante IBM SPSS Statistics for Windows, versión 27.0 (Armonk, NY: IBM Corp). Se obtuvo el consentimiento informado por escrito de todos los sujetos o de sus representantes legalmente autorizados antes de la intervención. Los autores atestiguan que todos los procedimientos de este estudio cumplieron con las normas éticas de los comités nacionales e institucionales pertinentes sobre experimentación humana y con la Declaración de Helsinki de 1975, revisada en 2008. La Unidad de Investigación en Ciencias de la Salud: Enfermería de Coímbra aprobó todos los procedimientos en los que participaron sujetos/pacientes humanos, con el número de aprobación 599/06-2019.

Resultados

No se encontraron diferencias significativas entre el GI y el GC en cuanto a la edad, el sexo, el nivel educativo, el estado civil y el tipo de institución de asistencia social a la que acudían (Tabla I). En general, la mayoría de los individuos eran mujeres, mayores de 80 años y con un nivel educativo de entre tres y cuatro años. El diagnóstico clínico más presente en la muestra fue de probable enfermedad de Alzheimer, y la mayoría vivía en un centro de atención de larga duración. No hubo diferencias significativas entre el GI y el GC al inicio del estudio en cuanto a la cognición, la función ejecutiva, la memoria, los síntomas depresivos y la CdV.

Tabla I.

Caracterización sociodemográfica de la muestra.

GC (n = 120) n (%) GI (n = 131) n (%) (χ2) p
Sexo Masculino 36 (30) 33 (25,2) (0,727) 0,394

Femenino 84 (70) 98 (74,8)

Subtipo etiológico Enfermedad de Alzheimer 41 (34,2) 45 (34,4) (2,667) 0,615

Demencia vascular 33 (27,5) 29 (22,1)

Degeneración frontotemporal 12 (10) 20 (15,3)

Enfermedad de Parkinson 13 (10,8) 11 (8,4)

No especificado 21 (17,5) 26 (19,8)

Nivel educativo Sin educación 24 (20) 22 (16,8) (0,844) 0,974

1-2 años 12 (10) 11 (8,4)

3-4 años 61 (50,8) 73 (55,7)

5-6 años 9 (7,5) 10 (7,6)

7-11 años 7 (5,8) 7 (5,3)

>11 años 7 (5,8) 8 (6,1)

Tipo de institución Centro residencial 83 (69,2) 88 (67,2) (0,114) 0,735

Centro de día/servicios de apoyo a domicilio 37 (30,8) 43 (32,8)

Media (DE) Media (DE) (t) p

Edad 82,94 (7,19) 82,58 (7,18) (0,398) 0,362

MMSE 21,41 (3,51) 21,27 (3,73) (0,292) 0,771

FAB 8,42 (3,09) 8,11 (3,5) (0,722) 0,471

T@M 23,04 (9,18) 24,25 (9,72) (–1,012) 0,313

GDS-15 6,28 (3,41) 6,15 (3,41) (0,284) 0,777

QOL-AD 29,93 (5,9) 29,24 (6,3) (0,891) 0,374

DE: desviación estándar; FAB: batería de evaluación frontal; GC: grupo de control; GDS-15: escala de depresión geriátrica-15; GI: grupo de intervención; MMSE: Minimental State Examination; QOL-AD: escala de calidad de vida en la enfermedad de Alzheimer; T@M: test de alteración de memoria.

El cambio medio en el MMSE con respecto a la línea de base para el GI fue una mejora (+1,34 puntos del MMSE), mientras que para el GC, la puntuación media del MMSE disminuyó ligeramente (–0,08) (Tabla II). Esta diferencia fue significativa (t = –3,782; p < 0,001; d = –0,478). La comparación del GI con el GC respecto al cambio cognitivo esperado (Tabla III) evidencia un porcentaje de respondedores significativamente mayor en el GI (p = 0,001; φ = 0,202), y el porcentaje de deterioradores pronunciados es significativamente menor en el mismo grupo (p = 0,003; φ = –0,191). Los porcentajes de deterioradores esperados fueron muy similares entre ambos grupos (p = 0,311; φ = –0,064). En general, el análisis de ganancia neta [(% respondedoresGI – % respondedoresGC) – (% deterioradoresGI – % deterioradoresGC)] evidenció una ventaja del 32,9% para el GI.

Table II.

Cambio medio y diferencias entre el GI y el GC para todos los criterios de respuesta.

GC (n = 120) Media (DE) GI (n = 131) Media (DE) (t) p d [IC 95%]
MMSE –0,08 (3,38) 1,34 (2,53) (–3,782) <0,001 –0,478 [–0,729;–0,226]

FAB –0,26 (2,79) 0,31 (2,28) (–1,762) 0,079 –0,223 [–0,471;0,026]

T@M 0,78 (6,59) 3,02 (6,28) (–2,751) 0,006 –0,348 [–0,598;–0,098]

GDS-15 0,08 (2,87) –0,26 (2,67) (0,981) 0,328 0,124 [–0,124;0,372]

QOL-AD –0,88 (4,46) 1,06 (4,87) (–3,287) 0,001 –0,415 [–0,665;–0,165]

DE: desviación estándar; FAB: batería de evaluación frontal; GC: grupo de control; GDS-15: escala de depresión geriátrica-15; GI: grupo de intervención; IC 95%: intervalo de confianza al 95%; MMSE: Minimental State Examination; QOL-AD: escala de calidad de vida en la enfermedad de Alzheimer; T@M: test de alteración de memoria.

Tabla III.

Números de respondedores, deterioradores esperados y deterioradores pronunciados con respecto al MMSE.

GC (n = 120) GI (n = 131) Delta del porcentaje de encuestados p (prueba de χ2, prueba exacta de Fisher) ϕ
Respondedores (mejora o ningún deterioro) 72 (60) 103 (78,6) 18,6 0,001 0,202

Deterioradores previstos (deterioro ≤ 1 punto del MMSE) 19 (15,8) 15 (11,5) 4,3 0,311 –0,064

Deterioradores pronunciados (deterioro >1 punto del MMSE) 29 (24,2) 13 (9,9) 14,3 0,003 –0,191

GC: grupo de control; GI: grupo de intervención; MMSE: Minimental State Examination.

El porcentaje de respondedores fue mayor en el GI para todos los criterios de respuesta. Sin embargo, aparte de la cognición (p = 0,001; φ = 0,202) y la memoria (p = 0,004; φ = 0,184), ningún otro criterio de respuesta evidenció una diferencia significativa (Tabla IV). Las diferencias en los respondedores entre el GI y el GC oscilaron entre el 7 y el 18,6% (dependiendo del criterio), con un número necesario para tratar que osciló entre 5 (cognición) y 14 (función ejecutiva y síntomas depresivos).

Tabla IV.

Respuesta a la intervención iTR.

GC (n = 120) GI (n = 131) Delta del porcentaje de encuestados p (prueba de χ2, prueba exacta de Fisher) ϕ NNT
Cognición (MMSE) 72 (60) 103 (78,6) 18,6 0,001 0,202 5,4 (5)

Función ejecutiva (FAB) 74 (61,7) 90 (68,7) 7 0,242 0,074 14,3 (14)

Memoria (T@M) 70 (58,3) 99 (75,6) 17,3 0,004 0,184 5,8 (6)

Síntomas depresivos (GDS-15) 47 (39,2) 61 (46,6) 7,4 0,237 0,075 13,5 (14)

Calidad de vida (QOL-AD) 55 (45,8) 73 (55,7) 9,9 0,117 0,099 10,1 (10)

FAB: batería de evaluación frontal; GC: grupo de control; GDS-15: escala de depresión geriátrica-15; GI: grupo de intervención; iTR: terapia de reminiscencia individual; MMSE: Minimental State Examination; NNT: número necesario para tratar; QOL-AD: escala de calidad de vida en la enfermedad de Alzheimer; T@M: test de alteración de memoria.

Con la excepción del criterio de memoria, todos los criterios de respuesta tenían al menos una diferencia estadísticamente significativa entre los que respondían y los que no respondían en el GI (p < 0,05) (Tabla V). Según el criterio de cognición, los respondedores tenían puntuaciones de QOL-AD más altas (30,23 frente a 25,57 puntos) y, según el criterio de función ejecutiva, los respondedores eran mujeres con más frecuencia de lo esperado y tenían puntuaciones de la FAB más bajas al inicio (7,18 frente a 10,17 puntos). Según el criterio de los síntomas depresivos, los respondedores tenían puntuaciones más altas en la GDS-15 al inicio (7,57 frente a 4,91 puntos). En el contexto de la CdV, los respondedores tenían puntuaciones más altas en la GDS-15 al inicio (6,81 frente a 5,33 puntos) y puntuaciones más bajas en la QOL-AD al inicio (27,75 frente a 31,1 puntos).

Tabla V.

Comparación de respondedores y no respondedores en el GI para los criterios de respuesta ‘cognición’, ‘función ejecutiva’, ‘memoria’, ‘síntomas depresivos’ y ‘calidad de vida’.

Variables en la línea de base p para las diferencias de grupo entre los que responden y los que no responden

Cognición (MMSE) Función ejecutiva (FAB) Memoria (T@M) Síntomas depresivos (GDS-15) Calidad de vida (QOL-AD)
Sexoa 0,642 0,043 0,66 0,798 0,573

Edadb 0,631 0,318 0,454 0,338 0,375

Subtipo etiológicoa 0,529 0,2 0,177 0,792 0,993

Nivel educativoa 0,095 0,067 0,927 0,239 0,884

Tipo de institucióna 0,713 0,559 0,129 0,993 0,138

Cognición (MMSE)b 0,851 0,071 0,379 0,536 0,159

Función ejecutiva (FAB)b 0,619 <0,001 0,59 0,921 0,867

Memoria (T@M)b 0,585 0,118 0,678 0,807 0,274

Síntomas depresivos (GDS-15)b 0,072 0,094 0,491 <0,001 0,013

Calidad de vida (QOL-AD)b <0,001 0,619 0,488 0,262 0,002
a

χ2, prueba exacta de Fisher;

b

Prueba t de Student.

FAB: batería de evaluación frontal; GDS-15: escala de depresión geriátrica-15; GI: grupo de intervención; MMSE: Minimental State Examination; QOL-AD: escala de calidad de vida en la enfermedad de Alzheimer; T@M: test de alteración de memoria.

Como no se encontraron diferencias significativas entre los que respondían y los que no respondían al criterio de memoria, sólo se realizaron regresiones logísticas binarias para los criterios de cognición, función ejecutiva, síntomas depresivos y CdV. Para cada criterio, una variable se ajustó a los modelos de regresión logística. La bondad del ajuste se analizó mediante la prueba de Hosmer-Lemeshow y todos los datos se ajustaron a los modelos de regresión logística binaria probados (p > 0,05). Según el criterio de cognición, sólo la puntuación de la QOL-AD al inicio del estudio entró en el modelo, lo que explica el 9,8% de la varianza, con una tasa de clasificación correcta del 77,9%. Un aumento de un punto en la puntuación de la QOL-AD al inicio del estudio representaba un aumento del 15,5% de posibilidades de pertenecer al grupo de respondedores. Basándose en el criterio de la función ejecutiva, sólo la puntuación de la FAB en la línea de base entró en el modelo, lo que explica el 15,3% de la varianza, con una tasa de clasificación correcta del 69,5%. Un aumento de un punto en la puntuación FAB en la línea de base representó un aumento del 31,92% de posibilidades de pertenecer al grupo de no respondedores. En cuanto al criterio de síntomas depresivos, sólo la GDS-15 al inicio del estudio entró en el modelo, lo que explica el 14,9% de la varianza, con una tasa de clasificación correcta del 67,2%. Un aumento de un punto en la puntuación de la GDS-15 al inicio del estudio representó un aumento del 29,7% de posibilidades de pertenecer al grupo de respondedores. Finalmente, para el criterio de la CdV, sólo la QOL-AD al inicio del estudio entró en el modelo, lo que explica el 7% de la varianza, con una tasa de clasificación correcta del 65,6%. Un aumento de un punto en la puntuación de la QOL-AD al inicio del estudio representaba un aumento del 9,5% de posibilidades de pertenecer al grupo de no respondedores.

Discusión

Los resultados de nuestro análisis de respondedores de un reciente ensayo clínico aleatorizado sobre iTR para pacientes con TNC muestran más respondedores en el GI en comparación con el GC en los cinco criterios de respuesta (cognición, función ejecutiva, memoria, síntomas depresivos y CdV), con diferencias significativas para la cognición y la memoria. En cuanto a la comparación entre los que respondieron y los que no respondieron, en cuanto a la cognición, los que respondieron tenían puntuaciones iniciales más altas en la QOL-AD; los que respondieron a los criterios de función ejecutiva, síntomas depresivos y CdV tenían peores puntuaciones iniciales en esas variables. Los que respondieron al criterio de CdV tenían peores puntuaciones iniciales en la GDS-15. Los análisis de regresión logística para predecir la respuesta a la intervención de iTR fueron significativos para la mayoría de estas variables; sin embargo, su potencial para hacer predicciones válidas es bajo, porque la tasa de clasificación correcta fue inferior al 70% en todos los casos, excepto para la cognición.

En consonancia con hallazgos anteriores [19,20], el rendimiento de nuestro grupo de intervención de iTR fue superior al del grupo de control (tratamiento habitual), ya que el porcentaje de respondedores fue mayor en el GI en todos los criterios de respuesta, en consonancia con otros estudios de terapia de reminiscencia positivos [15,16]. El porcentaje de respondedores sólo difirió significativamente para el MMSE y el T@M, lo que concuerda con los resultados de la misma intervención en adultos mayores con demencia [20] y trastornos psicóticos [39].

En cuanto a la cognición global, el GI mostró un porcentaje significativamente mayor de respondedores y un porcentaje menor de deterioradores pronunciados. Por lo tanto, la intervención de iTR puede mejorar la cognición global y retrasar el deterioro en los pacientes con TNC. Los autores creen que el potencial de esta iTR se debe a su diseño, inspirado en programas basados en la evidencia, con el beneficio del formato individual que se asocia con mejores resultados [19,20,40,41]. La tasa de respuesta del 78,6% para los criterios de cognición encontrada en este estudio es superior a la tasa de respuesta del 58% comunicada por otros ensayos de terapias no farmacológicas [21] o del tratamiento con inhibidores de la colinesterasa [42]. Así pues, la iTR parece ser más eficaz que otras terapias. Sin embargo, a la hora de interpretar el efecto de la intervención, el GC incluía un 60% de respondedores, lo que podría ser indicativo de factores como los efectos de aprendizaje para la evaluación del punto final o los efectos del tratamiento habitual.

El porcentaje de respuestas para la memoria también favoreció al GI. La mejora de ambos grupos puede deberse a efectos de aprendizaje, aunque el GI mostró una mayor respuesta a la intervención. Estudios anteriores sugieren que el efecto significativo para el T@M se debió a las mejoras en la orientación temporal y la memoria semántica [20], lo que es de esperar, ya que las sesiones de iTR incluyeron la discusión de la orientación temporal y espacial, y utilizaron materiales de reminiscencia que pueden haber estimulado la memoria semántica.

En cuanto a la cognición, ninguna variable difería entre los que respondían y los que no lo hacían, excepto la QOL-AD, con puntuaciones iniciales más altas para los que respondían. En cuanto a la función ejecutiva, es más probable que las personas que respondieron sean mujeres y tengan puntuaciones iniciales más bajas en la FAB. En cuanto a los síntomas depresivos, los que respondieron tenían peores puntuaciones en la GDS-15 al inicio del estudio. Por último, en cuanto a la CdV, los respondedores tenían peores puntuaciones en la QOL-AD y en la GDS-15 al inicio del estudio.

La regresión logística binaria reveló que para la función ejecutiva, los síntomas depresivos y la CdV, los que tenían peores puntuaciones al inicio se beneficiaron más de la intervención de iTR. Estos resultados podrían reflejar efectos techo, lo que, junto con las bajas tasas de clasificación correcta, limita su potencial para hacer predicciones. Los análisis previos de respuesta para una terapia no farmacológica [21] arrojaron resultados similares. Las personas con una mayor CdV tuvieron la mayor mejora en la cognición. Este resultado es difícil de interpretar, ya que los autoinformes de CdV de las personas con TNC no suelen estar relacionados con la función cognitiva [43], aunque pueden reflejar, al menos parcialmente, los medios personales y el entusiasmo por generalizar la intervención.

Para todos los criterios no hubo diferencias entre los que respondieron y los que no respondieron en el GI en cuanto al nivel educativo y la puntuación inicial del MMSE, lo que sugiere que la intervención de la iTR fue adecuada para todos los niveles de educación y deterioro cognitivo. Dado el nivel educativo relativamente bajo de los adultos mayores portugueses (la tasa de analfabetismo era del 19,5% en el Instituto Nacional de Estadística) [44], la evidencia de los efectos positivos de la iTR para las personas con niveles educativos bajos es especialmente relevante. Además, la iTR parece adecuada para todas las TNC incluidas en nuestra muestra, ya que el diagnóstico clínico no muestra diferencias entre los que responden y los que no responden.

Una revisión reciente señaló mejores resultados de la terapia de reminiscencia para la CdV en pacientes institucionalizados [10], pero, en nuestro estudio, la institución no difiere entre los que responden y los que no responden para los criterios de CdV (o cualquier otro), con las categorías (centro de día/apoyo domiciliario frente a atención a largo plazo) representando a los pacientes que viven en la comunidad y los institucionalizados. Sin embargo, una menor CdV en la línea de base, como suele ser el caso de las personas institucionalizadas con TNC [45], se asoció con una mejora de la CdV. Los síntomas depresivos parecen ser un factor importante, con más síntomas depresivos en la línea de base para los respondedores, según los criterios de síntomas depresivos y de CdV. Dada la alta prevalencia de los síntomas depresivos entre las personas con TNC y la contribución de los síntomas depresivos a la CdV autoevaluada [43], estos resultados destacan la importancia de tratar los síntomas depresivos para mejorar el bienestar y la CdV de las personas con TNC.

Las limitaciones del presente estudio incluyen que el análisis de respuesta presentado no estaba incluido en el protocolo del ensayo prerregistrado (clinicaltrials.gov ID: NCT04047238). Además, tuvimos un acceso limitado a ciertos predictores de la respuesta, como las medidas de gravedad (por ejemplo, Clinical Dementia Rating) o el deterioro funcional, los medicamentos y otros tratamientos recibidos. La heterogeneidad diagnóstica de la muestra y la falta de confirmación de biomarcadores también limitan la interpretación de los resultados. Por último, el tiempo limitado de la intervención y la falta de seguimiento pueden haber reducido la capacidad de detectar los efectos de la intervención o los predictores asociados.

Conclusiones

En general, la intervención de iTR mostró altas tasas de respuesta para la cognición y la memoria, comparables con otros tratamientos farmacológicos y no farmacológicos. Las personas con mejor CdV mejoraron en el funcionamiento cognitivo. Las personas con peor función ejecutiva, baja CdV y más síntomas depresivos parecen ser las que más se benefician de la intervención para esos resultados respectivos. La intervención de iTR parece adecuada para todos los niveles de TNC, educación y deterioro cognitivo incluidos en este estudio. Comprender los factores que contribuyen a las respuestas a las intervenciones cognitivas puede ayudar a los profesionales a enfocar los tratamientos hacia estas áreas para preparar mejor a los pacientes para someterse a las intervenciones, así como para evitar frustraciones y desafíos innecesarios a los que pueden ser menos propensos a responder al tratamiento. Como opción añadida entre las terapias no farmacológicas efectivas, la iTR tiene beneficios clínicos, como ser más económica, poder enseñarse e implementarse fácilmente, y no causar efectos secundarios indeseados.

Agradecimientos:

Los centros de investigación, los evaluadores y los terapeutas que participaron fueron: Aparsin (Marta Abreu, Natália Carralo); Assoc. Alzheimer Portugal (Bárbara Coutinho, Filipa Gomes, Joana Florêncio); Assoc. de Solidariedade Social de S. Tiago de Rebordões (Ana Rita Fernandes, Maria João Azevedo); Cediara (Ana Elisa Castro, Ana Rita Teixeira); Centro Social de Tolosa (Ana Salomé Jesus, Paulo Parracho); Centro Social Paroquial de Dornelas (Ana Cristina Santos, Cindy Santos); Centro Social Paroquial de Recarei (Ana Isa Sousa, Ana Soraia Mendes); Centro Social Vale do Homem (Alberta Duarte, Sandra Cerqueira); Centro Zulmira Pereira Simões (Angelina Senra, Débora Fernandes); Delicate Age (Ana Luísa Vicente, Rita Marranita); Irmãs Hospitaleiras (Cátia Gameiro, Marta Dábrio, Sofia Rosado); Lar D. Pedro V (Carmen Gonçalves, Salomé Vasconcelos); Pesqueiramiga (Elsa Matias, Sara Pires); Primavida (Inês Rebelo, Sónia Carvalho); Replicar Socialform (Joana Ribeiro, Rui Maia); Misericórdia de Alcobaça (Ivone António, Tânia Miguel); Misericórdia de Almada (Ana Cristina Coelho, Sónia Andrade); Misericórdia de Castelo Branco (Sofia Fernandes, Vítor Reis); Misericórdia de Coruche (Ana Ferreira, Rita Filipe); Misericórdia de Melgaço (Alexandrina Rodrigues, Diana Domingues); Misericórdia de Ovar (Daniela Martins, Márcia Barbosa); Misericórdia de Vila Velha de Ródão (Marta Pinto, Patrícia Cesário); Misericórdia de Vila Verde (Branca Pimentel, Patrícia Ferreira); Misericórdia de Vouzela (Daniela Tojal, Rui Dionísio); Misericórdia do Alvorge (Maria Solange Santos, Sílvia Lopes). Apoyo técnico y científico: Alzheimer Portugal, CREA - Centro de Referencia Estatal de Atención a Personas con Enfermedad de Alzheimer y otras Demencias del Imserso en Salamanca. Comité de ética: Unidade Investigação em Ciências da Saúde: Enfermagem (UICISA: E) da Escola Superior de Enfermagem de Coimbra.

Rev Neurol. 2022 Feb 16;74(4):107–116. [Article in English]

Randomized trial of individual reminiscence therapy for older adults with cognitive impairment: a 3-month responder analysis

Susana I Justo-Henriques 1,2,, Janessa O Carvalho 3, Enrique Pérez-Sáez 4, Hugo Neves 1, Vitor Parola 1, João L Alves-Apóstolo 1

Abstract

Introduction.

Non-pharmacological intervention options, including individual reminiscence therapy (iRT), have been effective in improving cognitive functioning, mood, and quality of life (QoL) in persons with neurocognitive disorders (NCD).

Objectives.

A 13-week randomized trial intervention utilizing iRT was conducted on older adults with NCD. We explored predictors of participants with positive and non-positive intervention responses using responder analysis, an analytic strategy that focuses on contributors to intervention response.

Patients and methods.

Re-analysis of a published single-blind, multicentre, randomised controlled trial on 251 older adult residents with NCD from residential facilities across Portugal. Participants received 13 weeks of biweekly iRT (26 sessions) or treatment/programming as usual. Outcomes included global cognition (Minimental State Examination), memory (MAT), executive functioning (FAB), depressive symptoms (GDS-15), and QoL (QoL-AD).

Results.

There were more responders in the intervention than the control group on all five criteria, with significant differences for cognition (p = 0.001; φ = 0.202; NNT = 5) and memory (p = 0.004; φ = 0.184; NNT = 6). At baseline, intervention responders vs non-responders had: higher QoL-AD scores (30.23 vs 25.57; p < 0.001; d = –0.774) for cognition; lower FAB scores (1.41 vs –2.12; p < 0.001; d = 0.928) for executive functioning; higher GDS-15 scores for the depressive symptoms (7.57 vs 4.91; p < 0.001; d = –0.845), and for QoL (6.81 vs 5.33; p = 0.013; d = –0.443).

Conclusions.

The iRT intervention showed high response rates for cognition and memory. Those with worse executive dysfunction, mood, and QoL, benefitted most from the intervention for those respective outcomes. Therefore, the presented iRT has beneficial effects for people with NCD, with mood and QoL as important influential factors.

Key words: Dementia, Depressive symptoms, Executive function, Memory, Neurocognitive disorders, QoL

Introduction

Neurocognitive disorders (NCD) are estimated to affect 50 million people worldwide, with an expected increase to 150 million by 2050 [1]. NCD in older adults are often neurodegenerative and can present with various etiologies, including Alzheimer’s disease (AD), vascular dementia, frontotemporal dementia, and dementia with Lewy bodies, among others [2]. Major NCD is defined by evidence of significant cognitive impairment compared to a prior level of individual performance in one or more cognitive domains, with interference in the ability to perform daily life activities [2].

Treatment options for most NCDs are limited. For example, in AD, common pharmacologic options have limited efficacy [3-5], are costly, and can present with undesirable side-effects. The limited efficacy of current pharmacological treatments has generated interest in non-pharmacological interventions that do not aim to modify the underlying pathophysiological mechanisms, but rather to treat the symptoms and, ideally, improve the quality of life (QoL) of people living with NCD [6].

Cognitive stimulation (CS) is typically designed for older adults with NCD, an intervention that seeks to provide an enriching and engaging environment to improve cognitive and social functioning and QoL [7,8]. CS is a recommended therapy by the National Institute for Health and Clinical Excellence (NICE) for NCD patients [9].

Reminiscence therapy (RT), a CS-based intervention, involves discussing past activities, events, and experiences, with the participant. RT uses discussion of past events and cues from the past such as photographs, objects, or music, that seeks to promote recollection in NCD patients [10]. Since RT focuses on preserved memories and abilities, and can be individualized, it is a less distressing and engaging strategy that promotes communication and enables participants to connect with their past and regain their sense of personal identity [11,12]. RTs effects have been relatively positive in mixed dementia samples. Woods et al showed positive effects of RT on cognitive functioning in cognitively impaired persons [10]. Gonzalez et al found improvements in depressive symptoms, self-acceptance, and interpersonal relationships [13]. RT in older adults with AD revealed improvements in cognitive functioning, depression, and QoL [14]. Review articles have supported improvements in QoL, mood, and cognition in RT [15,16]. Factors that may predict or influence response to a cognitive intervention include female gender and having lower depressive symptoms and cognitive functioning [17].

A recent randomized clinical trial (RCT) using an individual RT (iRT) CS protocol detailed elsewhere [18] found significant positive effects on cognitive screening, memory, and QoL in a Portuguese mixed NCD sample after 13 weeks compared to those who did not receive the iRT [19]. Similarly, this protocol has shown positive effects on memory, executive functioning, and QoL in a sample of AD and vascular dementia patients, though the effects did not extend to reducing depressive symptoms in this sample [20]. Using the same iRT, the current study seeks to explore and understand the characteristics of those who did and did not respond positively to this intervention.

Responder analysis is an analytic strategy to investigate the proportion and demographics of participants who demonstrated improvement on a specific intervention or measured outcome by exploring outcomes that differ between responders and non-responders. This technique has been conducted on comparing and identifying treatment responders in a cognitive and behavioural based therapy in older adults; higher baseline daily living scores and behavioural and psychological functioning was associated with greater treatment response [21]. We used responder analysis in our mixed NCD randomized trial intervention sample to better understand the factors that predict response and characterize responders vs non-responders in our aforementioned iRT CS protocol.

Patients and methods

We present a re-analysis of a published trial about a clinical trial of RT for people with NCD (clinicaltrials.gov ID: NCT04047238), a multicentre, single-blind, randomised, parallel two-arm (RT vs. treatment as usual, 1:1 ratio), controlled trial. Participants in the intervention group received two 50-min weekly iRT sessions for 13 weeks in addition to their treatment as usual. Participants in the control group only received their usual treatment. Participants were aware that participation in the study was voluntary and were assessed at baseline (T0) and after the RT intervention (T1).

A public invitation was made to social care institutions in Portugal to participate, with 24 institutions agreeing to collaborate. The institutions, in turn, invited their users to participate, resulting in 271 participants completing the eligibility assessment. A total of 251 participants were selected for the RCT: 131 participants in the intervention group and 120 participants in the control group (1:1 ratio), which was sufficiently powered for the purposes of this study. No participant discontinued participation through the course of the study.

Inclusion criteria were: a diagnosis of a NCD according to DSM-5 criteria; completed and signed informed consent form; being able to communicate and understand; possibility of gathering information about the participant’s life history through family members or usual caregivers, using the socio-family questionnaire designed for that purpose; 65 years of age or older; being a native Portuguese speaker; regularly attending an institution that provides social care and support services for older adults.

Exclusion criteria were: suffering from an acute or severe illness that prevent participation in the intervention sessions; severe sensory and physical limitations that prevent participation; severe disconnection from the environment and minimal attention span; presence of severe neuropsychiatric symptoms (e.g., hyperactivity, psychosis, severe depressive and anxiety symptoms), apathy, or uncontrolled delirium that prevent participation in the sessions; traumatic life history or marked by adverse events that discourage participation in RT sessions; history of adverse reactions during RT sessions or similar activities.

Participants who met the inclusion criteria were enrolled, baseline assessments were completed, and they were randomly allocated to either the control or experimental group. As a multicenter study, each institution had two groups: intervention group and one control group, with a 1:1 ratio. A non-stratified permuted block randomization process (with a variable block size) was carried out using the software DatInf© RandList by one of the study principal investigators blinded to baseline scores and demographics of the participants. Participants in each institution ranged from 4 to 20. Participants, therapists and institution staff were blinded to group placement until the intervention started. Evaluators remained blinded through the study. The researchers responsible for communicating with the institutions conducted enrollment.

The individual RT (iRT) CS protocol is detailed specifically in the intervention protocol [18]. Each session lasted 50 minutes; the first 7 minutes welcoming the patient and orienting to person, using an orientation board, the participant was asked to fill in the chart with the elements related to the temporal elements, place, and to time (e.g. day of the week, month, day of the month, year, season, time of year, weather); the next 40 minutes the main activity of RT based on the activities and goals established for each session, mainly using image cards and stories from the Book of the Past and the Present [22] and some complementary material (e.g., worksheets, audio files, digital presentations); the last 3 minutes included review of session challenges, interests, and benefits, and reminders of the next session. The activity book included activities and cards with images, divided into nine RT topics (e.g., means of transportation, appliances, housing, media, professions, clothing, actors and TV hosts, politics, regional and local references). The cards in the regional/local references were personalized according to the region where each institution was located by the institution therapist. Other materials included music, riddles, and theme worksheets [18]. There were no harmful nor unintended effects in either group.

All iRT sessions were held at each institution and conducted by 26 therapists (psychologists, occupational therapists, or gerontologists) who received a 6-hour training on the protocol and principles of the therapy by two of the principal investigators facilitate standardized administration. The intervention lasted 13 weeks, from September 2019 to December 2019.

Participants in the control group did not receive the iRT intervention but received their typical treatment and programming at the institution, which varied by institution but included social interaction activities, stimulation of personal skills, and any prescribed dementia-specific medication.

The protocol was administered to all participants (intervention and control groups) by trained evaluators blinded to participant allocation. Data were collected at baseline (T0) and 15 weeks post-baseline (endpoint assessment T1). The outcome measures included as follows.

The Minimental State Examination (MMSE; Cronbach’s alpha = 0.89) assessed global cognitive function. Scores range from 0 to 30, with higher scores indicating better cognitive functioning [23-25].

The Memory Alteration Test (MAT; Cronbach’s alpha = 0.93) assessed memory function. It is an easy and quick instrument that assesses five memory domains: temporal orientation, encoding, semantic memory, free recall, and cued recall. Total scores range from 0 to 50, with higher scores indicating better memory [26,27].

The Frontal Assessment Battery (FAB; Cronbach’s alpha = 0.83) evaluated executive function in several subtests: conceptualization, mental flexibility, motor programming, sensitivity to interference, inhibitory control, and environmental autonomy. Scores range from 0 to 18, with higher scores indicating better executive functioning [28,29].

The Geriatric Depression Scale-15 (GDS-15; Cronbach’s alpha = 0.83) measured mood. It is considered a reliable tool to screen depressive symptoms in older adults, in a dichotomous format (yes/no answers). Scores range from 0 to 15, with higher scores indicating more severe depressive symptoms [30-32].

The Quality of Life in Alzheimer’s Disease scale (QoL-AD; Cronbach’s alpha = 0.87) evaluated QoL. This 13-item scale assesses the QoL in people diagnosed with dementia, gathering information from the patient about: perceived health, mood, physical condition, interpersonal relationships, hobbies, decision-making skills, and life as a whole. Scores range from 13 to 52, with higher scores indicating better QoL [33,34].

Because a deterioration of three MMSE points per year can be expected in untreated dementia patients [35,36], we formed three groups that reflected different levels of MMSE change: responders (improvement or no deterioration in 3 months), expected deteriorators (deterioration ≤ 1 MMSE points in 3 months), and pronounced deteriorators (deterioration > 1 MMSE points in 3 months). Furthermore, five response criteria were assessed: a) cognition (MMSE score); b) executive function (FAB score); c) memory (MAT score); d) depressive symptoms (GDS-15); e) QoL (QoL-AD). For all five criteria, response was defined as improvement or no deterioration according to the NICE [37] guidelines.

Chi-square tests for categorical variables and t-tests for continuous variables were performed to determine whether the groups were homogenous prior to treatment. Group differences regarding the numbers of responders in the intervention group (IG) and in the control group (CG) were calculated using χ2/Fisher’s exact test. A net gain analysis was computed for the MMSE, defined as (% respondersIG – % respondersCG – [% deterioratorsIG – % deterioratorsCG]). The number needed to treat (NNT) for all response criteria was calculated according to the formula NNT=1/absolute risk reduction.

Due to the sample size per group, and according to the central limit theorem, parametric tests were used when necessary [38]. Differences between responders and non-responders in the IG were calculated using t-tests for continuous variables and chi2/Fisher’s exact test for categorical variables. Binary logistic regression analyses with the variables that differed significantly between responders and non-responders as predictors and response vs non-response as the outcome variable were performed for all response criteria. The Forward LR method was used to develop the logit model.

A p-value cut-off of 0.05 was used for hypothesis testing. Data analysis was performed through IBM SPSS Statistics for Windows, version 27.0 (Armonk, NY: IBM Corp). Written informed consent was obtained from all subjects or their legally authorised representatives prior to the intervention. The authors attest that all procedures in this study complied with the ethical standards of the relevant national and institutional committees on human experimentation and with the Declaration of Helsinki of 1975, as revised in 2008. The Health Sciences Research Unit: Nursing of Coimbra approved all procedures involving human subjects/patients, with the approval number 599/06-2019.

Results

No significant differences were found between the intervention and control groups regarding age, gender, educational level, marital status, and type of social care institution attended (Table I). Overall, the majority of the individuals were women, over 80 years old, and with education between 3-4 years. Probable AD was the clinical diagnosis most present in the sample, with the majority living in long-term care. There were no significant differences between the IG and CG at baseline regarding cognition, executive function, memory, depressive symptoms, and QoL.

Table I.

Baseline characteristics of the sample.

CG (n = 120) n (%) IG (n = 131) n (%) (χ2) p
Gender Male 36 (30) 33 (25.2) (0.727) 0.394

Female 84 (70) 98 (74.8)

Clinical Diagnosis Alzheimer’s disease 41 (34.2) 45 (34.4) (2.667) 0.615

Vascular dementia 33 (27.5) 29 (22.1)

Frontotemporal degeneration 12 (10) 20 (15.3)

Parkinson’ disease 13 (10.8) 11 (8.4)

Other or unspecified neurocognitive disorder 21 (17.5) 26 (19.8)

Educational level None/Illiterate 24 (20) 22 (16.8) (0.844) 0.974

1-2 years 12 (10) 11 (8.4)

3-4 years 61 (50.8) 73 (55.7)

5-6 years 9 (7.5) 10 (7.6)

7-11 years 7 (5.8) 7 (5.3)

> 11 years 7 (5.8) 8 (6.1)

Type of institution attended Long-term care 83 (69.2) 88 (67.2) (0.114) 0.735

Day care/Home support services 37 (30.8) 43 (32.8)

Mean (SD) Mean (SD) (t) p

Age 82.94 (7.19) 82.58 (7.18) (0.398) 0.362

MMSE 21.41 (3.51) 21.27 (3.73) (0.292) 0.771

FAB 8.42 (3.09) 8.11 (3.5) (0.722) 0.471

MAT 23.04 (9.18) 24.25 (9.72) (–1.012) 0.313

GDS-15 6.28 (3.41) 6.15 (3.41) (0.284) 0.777

QoL-AD 29.93 (5.9) 29.24 (6.3) (0.891) 0.374

CG: control group; FAB: Frontal Assessment Battery; GDS-15: Geriatric Depression Scale-15; IG: intervention group; MAT: Memory Alteration Test; MMSE: Minimmental State Examination; QoL-AD: Quality of Life in Alzheimer’s Disease scale.

Mean MMSE change from baseline for the IG was an improvement (+1.34 MMSE points), whereas for the CG the mean MMSE score slightly decreased (–0.08) (Table II). This difference was significant (t = –3.782, p < 0.001, d = –0.478). Comparison of the IG with the CG regarding the expected cognition change (Table III), evidences a percentage of responders significantly higher in the IG (p = 0.001; φ = 0.202), with the percentage of pronounced deteriorators being significantly lower in the same group (p = 0.003; φ = –0.191). Percentages of expected deteriorators were very similar between both groups (p = 0.311; φ = –0.064). Overall, the net gain analysis [(%-respondersIG – %-respondersCG) – (%–deterioratorsIG - %–deterioratorsCG)] evidenced an advantage of 32.9% for the IG.

Table II.

Mean change and differences between IG and CG for all response criteria.

CG (n = 120) Mean (SD) IG (n = 131) Mean (SD) (t) p d [C.I. 95%]
MMSE –0.08 (3.38) 1.34 (2.53) (–3.782) <0.001 –0.478 [–0.729;–0.226]

FAB –0.26 (2.79) 0.31 (2.28) (–1.762) 0.079 –0.223 [–0.471;0.026]

MAT 0.78 (6.59) 3.02 (6.28) (–2.751) 0.006 –0.348 [–0.598;–0.098]

GDS-15 0.08 (2.87) –0.26 (2.67) (0.981) 0.328 0.124 [–0.124;0.372]

QoL-AD –0.88 (4.46) 1.06 (4.87) (–3.287) 0.001 –0.415 [–0.665;–0.165]

CG: control group; FAB: Frontal Aassessment Bbattery; GDS-15: Geriatric Depression Scale-15; IG: intervention group; MAT: Memory Alteration Test; MMSE: Minimmental State Examination; QoL-AD: Quality of Life in Alzheimer’s Disease scale.

Table III.

Numbers of responders, expected deteriorators, and pronounced deteriorators regarding MMSE.

CG (n = 120) IG (n = 131) Delta of the percentage of responders p (χ2test, Fisher’s exact test) ϕ
Responders (improvement or no deterioration) 72 (60) 103 (78.6) 18.6 0.001 0.202

Expected deteriorators (deterioration ≤1 MMSE points) 19 (15.8) 15 (11.5) 4.3 0.311 –0.064

Pronounced deteriorators (deterioration >1 MMSE points) 29 (24.2) 13 (9.9) 14.3 0.003 –0.191

CG: control group; IG: intervention group; MMSE: Minimental State Examination.

The percentage of responders was higher in the IG for all the response criteria. However, apart from cognition (p = 0.001; φ = 0.202) and memory (p = 0.004; φ = 0.184), no other response criteria evidenced a significant difference (Table IV). Differences in the responders between the IG and CG ranged from 7.0 to 18.6% (depending on the criterion), with NNT ranging from 5 (cognition) to 14 (executive function and depressive symptoms).

Table IV.

Response to the iRT intervention.

CG (n = 120) GI (n = 131) Delta of the percentage of responders p (χ2 test, Fisher’s exact test) ϕ NNT
Cognition (MMSE) 72 (60) 103 (78.6) 18.6 0.001 0.202 5.4 (5)

Executive function (FAB) 74 (61.7) 90 (68.7) 7 0.242 0.074 14.3 (14)

Memory (MAT) 70 (58.3) 99 (75.6) 17.3 0.004 0.184 5.8 (6)

Depression (GDS-15) 47 (39.2) 61 (46.6) 7.4 0.237 0.075 13.5 (14)

Quality of life (QoL-AD) 55 (45.8) 73 (55.7) 9.9 0.117 0.099 10.1 (10)

CG: control group; FAB: Frontal Assessment Battery; GDS-15: Geriatric Depression Scale-15; IG: intervention group; MAT: Memory Alteration Test; MMSE: Minimmental State Examination; QoL-AD: Quality of Life in Alzheimer’s Disease scale.

With the exception of the memory criterion, all response criteria had at least one statistically significant difference between responders and non-responders in the IG (p < 0.05) (Table V). According to the cognition criterion, responders had higher QoL-AD scores (30.23 versus 25.57 points), and according to the executive function criterion, responders had more females than expected, and lower FAB scores at baseline (7.18 versus 10.17 points). On the basis of the depressive symptoms criterion, responders had higher GDS-15 scores at baseline (7.57 versus 4.91 points). In the context of QoL, responders had higher GDS-15 scores at baseline (6.81 versus 5.33 points), and lower QoL-AD scores at baseline (27.75 versus 31.10 points).

Table V.

Comparison of responders and non-responders in the IG for the response criteria ‘cognition’, ‘executive function’, ‘memory’, ‘depressive symptoms’ and ‘QoL’.

Variables at baseline p for group differences between responders and non-responders

Cognition (MMSE) Executive function (FAB) Memory (MAT) Depressive symptoms (GDS-15) Quality of life (QoL-AD)
Gendera 0.642 0.043 0.66 0.798 0.573

Ageb 0.631 0.318 0.454 0.338 0.375

Clinical Diagnosisa 0.529 0.2 0.177 0.792 0.993

Educational levela 0.095 0.067 0.927 0.239 0.884

Type of institution attendeda 0.713 0.559 0.129 0.993 0.138

Cognition (MMSE)b 0.851 0.071 0.379 0.536 0.159

Executive function (FAB)b 0.619 <0.001 0.59 0.921 0.867

Memory (MAT)b 0.585 0.118 0.678 0.807 0.274

Depressive symptoms (GDS-15)b 0.072 0.094 0.491 <0.001 0.013

Quality of life (QoL-AD)b <0.001 0.619 0.488 0.262 0.002
a

χ2, Fisher’s exact test;

b

Student’s t-test. FAB: Frontal Assessment Battery; GDS-15: Geriatric Depression Scale-15; IG: intervention group; MAT: Memory Alteration Test; MMSE: Minimental State Examination; QoL-AD: Quality of Life in Alzheimer’s Disease scale.

As no significant differences between responders and non-responders for the memory criterion were found, binary logistic regressions were only performed for the cognition, executive function, depressive symptoms, and QoL criteria. For each criterion, one variable fitted the logistic regression models. Goodness of fit was analyzed through the Hosmer-Lemeshow test, with all data fitting the binary logistic regression models tested (p > 0.05). According to the cognition criterion, only the QoL-AD score at baseline entered the model, explaining 9.8% of the variance, with a rate of correct classification of 77.9%. An increase of one point in the QoL-AD score at baseline represented an increase of 15.5% chance of belonging to the responder group. Based on the executive function criterion, only the FAB score at baseline entered the model, explaining 15.3% of the variance, with a rate of correct classification of 69.5%. An increase of one point on the FAB score at baseline represented an increase of 31.92% chance of belonging to the non-responder group. In consideration of the depressive symptoms criterion, only the GDS-15 at baseline entered the model, explaining 14.9% of the variance, with a rate of correct classification of 67.2%. An increase of one point in the GDS-15 score at baseline represented an increase of 29.7% chance of belonging to the responder group. Finally, for the QoL criterion, only the QoL-AD at baseline entered the model, explaining 7.0% of the variance, with a rate of correct classification of 65.6%. An increase of one point in the QoL-AD score at baseline represented an increase of 9.5% chance of belonging to the non-responder group.

Discussion

Results of our responder analysis of a recent randomized clinical trial on iRT for NCD patients shows more responders in the IG compared with the CG on all five response criteria (cognition, executive function, memory, depressive symptoms and QoL), with significant differences for cognition and memory. Regarding the comparison between responders and non-responders, on cognition, responders had higher baseline QoL-AD scores; responders for the executive function, depressive symptoms, and QoL criteria had worse baseline outcome scores. Responders for the QoL criterion had worse baseline GDS-15 scores. Logistic regression analyses predicting the response for the iRT intervention were significant for most of these variables; however its potential to make valid predictions is low because the correct classification rate was under 70% in all cases except for cognition.

Consistent with earlier findings [19,20] our RT intervention group performance was superior to the control group (treatment as usual), as the percentage of responders was higher in the IG in all the response criteria, consistent with other positive RT studies [15,16]. The percentage of responders differed significantly only for MMSE and MAT, consistent with results from the same intervention in older adults with dementia [20] and psychotic disorders [39].

Regarding global cognition, the IG shown a significantly higher percentage of responders and lower percentage of pronounced deteriorators. Thus, the iRT intervention may improve global cognition and delay deterioration in NCD patients. The authors believe that the potential of this iRT is due to its design, inspired by evidence-based programs, with the benefit of the individual format being associated with better outcomes [19,20,40,41]. The response rate of 78.6% for the cognition criteria found in this study is higher than the response rate of 58% reported by other trials of non-pharmacological therapies [21] or cholinesterase-inhibitor treatment [42]. Thus, the iRT seems to be more effective than other therapies. However, when interpreting the effect of the intervention, the control group included 60% responders, which could be indicative of factors such as learning effects for the endpoint assessment or the effects of the treatment as usual.

The percentage of responders for memory also favored the IG. Both groups improving may be due to learning effects, though the IG showed a higher response to the intervention. Previous studies suggest that the significant effect for MAT was due to improvements in temporal orientation and semantic memory [20], which is expected since the iRT sessions included the discussion of temporal and spatial orientation and used reminiscence materials that may have stimulated semantic memory.

For cognition, no variable differed between responders and non-responders except for QoL-AD, with higher baseline scores for responders. Regarding executive function, responders were most probable women and those with lower baseline FAB scores. For depressive symptoms, responders had worse GDS-15 scores at baseline. Lastly, for QoL, responders had worse QoL-AD and GDS-15 scores at baseline.

Binary logistic regression revealed that for executive function, depressive symptoms, and QoL, those with worse scores at baseline benefitted the most from the iRT intervention. These results could reflect ceiling effects, which together with the low correct classification rates, limits its potential to make predictions. Previous responder analyses for a non-pharmacological therapy [21] yielded similar results. Those with higher QoL had the greatest improvement in cognition. This result is challenging to interpret, since QoL self-reports of people with NCD are usually not related to cognitive function [43], though may at least partially reflect personal means and enthusiasm to generalize upon the intervention.

For all criteria there were not differences between responders and non-responders in the IG regarding educational level and baseline MMSE score, which suggests that the iRT intervention was suitable for all levels of education and cognitive impairment. Given the relatively low educational level of Portuguese older adults (illiteracy rate was 19.5% in Statistics National Institute) [44], the evidence for positive effects of the iRT for people with low educational levels is especially relevant. Additionally, the iRT seems suitable for all NCD included in our sample, with clinical diagnosis showing no differences between responders and non-responders.

A recent review pointed to better results of RT for QoL in institutionalized patients [10] but in our study, institution does not differ between responders and non-responders for the QoL criteria (or any other), with the categories (Day care centre/home support vs long term care) representing patients living in the community and institutionalized. However, lower QoL at baseline, as is usually the case of institutionalized people with NCD [45], was associated with an improvement in QoL. Depressive symptoms seem to be an important factor, with more depressive symptoms at baseline for responders, according to both the depressive symptoms and QoL criteria. Given the high prevalence of depressive symptoms among people with NCD and the contribution of depressive symptoms to self-ratings of QoL [43], these results highlight the importance of treating depressive symptoms to improve the wellbeing and QoL of persons with NCD.

Limitations of the current study include that the responder analysis presented was not included in the pre-registered trial protocol (clinicaltrials.gov ID: NCT04047238). Additionally, we were limited in access to certain predictors of the response, such as measures of severity (e.g. Clinical Dementia Rating) or functional impairment, medications, and other treatments received. The diagnostic heterogeneity of the sample and the lack of biomarker confirmation also limits the interpretation of the results. Lastly, the limited time of the intervention and the lack of follow-up may have reduced the capacity to detect the effects of the intervention or the predictors associated.

Conclusions

Overall, the iRT intervention showed high response rates for cognition and memory, comparable with other pharmacological and non-pharmacological treatments. People with better QoL improved on cognitive functioning. People with worse executive function, low QoL, and more depressive symptoms, seem to benefit the most from the intervention for those respective outcomes. The iRT intervention seems suitable for all the NCD, educational, and cognitive impairment levels included in this study. Understanding the factors that contribute to responses to cognitive interventions can help practitioners focus treatments to these areas in order to better prepare patients to undergo the interventions and avoid unnecessary frustration and challenges to those who may be less likely to respond to treatment. Adding to the options among effective non-pharmacologic therapies has clinical benefits such as being more economical, can be easily trained and implemented, and does not cause undesired side effects.

Acknowledgements:

The research sites, the evaluators and therapists involved were: Aparsin (Marta Abreu, Natália Carralo); Assoc. Alzheimer Portugal (Bárbara Coutinho, Filipa Gomes, Joana Florêncio); Assoc. de Solidariedade Social de S. Tiago de Rebordões (Ana Rita Fernandes, Maria João Azevedo); Cediara (Ana Elisa Castro, Ana Rita Teixeira); Centro Social de Tolosa (Ana Salomé Jesus, Paulo Parracho); Centro Social Paroquial de Dornelas (Ana Cristina Santos, Cindy Santos); Centro Social Paroquial de Recarei (Ana Isa Sousa, Ana Soraia Mendes); Centro Social Vale do Homem (Alberta Duarte, Sandra Cerqueira); Centro Zulmira Pereira Simões (Angelina Senra, Débora Fernandes); Delicate Age (Ana Luísa Vicente, Rita Marranita); Irmãs Hospitaleiras (Cátia Gameiro, Marta Dábrio, Sofia Rosado); Lar D. Pedro V (Carmen Gonçalves, Salomé Vasconcelos); Pesqueiramiga (Elsa Matias, Sara Pires); Primavida (Inês Rebelo, Sónia Carvalho); Replicar Socialform (Joana Ribeiro, Rui Maia); Misericórdia de Alcobaça (Ivone António, Tânia Miguel); Misericórdia de Almada (Ana Cristina Coelho, Sónia Andrade); Misericórdia de Castelo Branco (Sofia Fernandes, Vítor Reis); Misericórdia de Coruche (Ana Ferreira, Rita Filipe); Misericórdia de Melgaço (Alexandrina Rodrigues, Diana Domingues); Misericórdia de Ovar (Daniela Martins, Márcia Barbosa); Misericórdia de Vila Velha de Ródão (Marta Pinto, Patrícia Cesário); Misericórdia de Vila Verde (Branca Pimentel, Patrícia Ferreira); Misericórdia de Vouzela (Daniela Tojal, Rui Dionísio); Misericórdia do Alvorge (Maria Solange Santos, Sílvia Lopes). Technical and scientific support: Alzheimer Portugal, CREA - Centro de Referencia Estatal de Atención a Personas con Enfermedad de Alzheimer y otras Demencias del Imserso en Salamanca. Ethics committee: Unidade Investigação em Ciências da Saúde: Enfermagem (UICISA: E) da Escola Superior de Enfermagem de Coimbra.

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