Skip to main content
NIHPA Author Manuscripts logoLink to NIHPA Author Manuscripts
. Author manuscript; available in PMC: 2013 Apr 25.
Published in final edited form as: An Pediatr (Barc). 2008 Jun;68(6):589–595. [Article in French] doi: 10.1157/13123291

Tumores neonatales y malformaciones congénitas

NEONATAL TUMOURS AND CONGENITAL MALFORMATIONS

O Berbel Tornero a,b, JA Ortega García c, J Ferrís i Tortajada a,d, J García Castell e, J Donat i Colomer f, OP Soldin g, JL Fuster Soler h
PMCID: PMC3635533  NIHMSID: NIHMS459185  PMID: 18559198

Abstract

Introducción

La asociación entre tumores y malformaciones congénitas está bien establecida, pero no existen datos exclusivos en el período neonatal y se desconocen los mecanismos subyacentes que generan dicha relación.

Objetivos

Este trabajo tiene dos objetivos: primero, analizar la frecuencia de los tumores neonatales asociados a malformaciones congénitas, y segundo, comentar las posibles hipótesis etiopatogénicas de la relación entre ambas entidades.

Materiales y método

Estudio retrospectivo de las historias clínicas de los tumores neonatales, en el Hospital Universitario Materno- Infantil La Fe de Valencia, desde enero de 1990 hasta diciembre de 1999. Selección y descripción de las variedades histológicas asociadas a malformaciones congénitas. Éstas se han agrupado siguiendo los criterios de la Clasificación Internacional de Enfermedades CIE-9, códigos 740.0–759.9. Revisión sistemática bibliográfica de los últimos 25 años, obtenida del Medline, Cancerlit, Index Citation Science y Embase. El perfil de búsqueda utilizado fue la combinación de “neonatal/congenital-tumors/cancer/neoplasms” y “congenital malformations/birth defects”.

Resultados

Se identificaron 72 tumores neonatales (2,8 % del total de tumores pediátricos diagnosticados en dichos años) y 15 de ellos (20,8 %) asociados a malformaciones congénitas, enfermedades o síndromes congénitos. Las asociaciones entre tumores neonatales y malformaciones congénitas fueron las siguientes: a) angioma en 3 pacientes: con dos cardiopatías congénitas y una atresia de coanas-laringomalacia; b) neuroblastoma en 2 pacientes: uno con riñón en herradura y anomalías vertebrales, y otro con cardiopatía congénita; c) teratoma en 2 pacientes: uno con fisura palatina y anomalías vertebrales, y otro con metatarso varo; d) tumor del sistema nervioso central en un paciente con hernia de Bochdaleck; e) tumor cardíaco en 4 pacientes con esclerosis tuberosa; f) leucemia aguda en un paciente con síndrome de Down y cardiopatía congénita; g) tumor renal en un caso con hidrocefalia triventricular, y h) tumor adrenal en un caso con hemihipertrofia.

En la bibliografía específica, las publicaciones engloban tumores de diferentes épocas pediátricas y sin unanimidad de criterios para clasificar las malformaciones congénitas. Apenas existen datos en el período neonatal y la asociación entre ambas entidades se obtiene de registros de instituciones médicas. La prevalencia oscila entre el 15 y el 31,6 %. Las hipótesis etiopatogénicas que explican la asociación entre tumores neonatales y malformaciones congénitas están basadas en las exposiciones prenatales (preconcepcionales y transplacentarias) a factores de riesgo potencialmente mutagénicos y carcinogénicos.

Conclusiones

Probablemente, los tumores neonatales se asocian con mayor frecuencia a malformaciones congénitas que los tumores diagnosticados en épocas posteriores de la vida. Para conocer la prevalencia real de la asociación entre tumores neonatales y malformaciones congénitas, es necesario unificar los criterios de inclusión y definición de ambas entidades. La obtención de una minuciosa historia medioambiental en todos los tumores neonatales asociados a malformaciones congénitas, donde se detallen y registren todos los factores de riesgo constitucionales y ambientales, es fundamental para mejorar nuestros escasos conocimientos de los mecanismos prenatales subyacentes y avanzar en su prevención.

Palabras clave: Tumores neonatales, Malformaciones congénitas, Factores de riesgo, Cáncer pediátrico

Keywords: Neonatal tumours, Congenital abnormalities, Risk factors, Pediatric cancer

Introducción

La asociación entre las malformaciones congénitas y los tumores pediátricos es bien conocida. Diversos estudios poblacionales encuentran un mayor riesgo tumoral en niños con malformaciones congénitas (9,6–10,8 %) respecto a los que no las presentan (2,5–4,9 %)1,2. Hallazgos similares se encuentran en estudios poblacionales para los menores de 12 meses3,4. En el período neonatal apenas existen datos y la asociación entre ambas patologías se obtiene de registros de diferentes instituciones médicas, situándose entre el 15 y el 31,6%57. Otro problema adicional consiste en que los autores no siguen los mismos criterios para incluir los diversos tipos de malformaciones congénitas. La presente revisión tiene dos objetivos: primero, analizar la frecuencia de los tumores neonatales asociados a malformaciones congénitas, y segundo, comentar las probables hipótesis etiopatogénicas de la relación entre los tumores neonatales y las malformaciones congénitas.

Materiales y método

Estudio retrospectivo de las historias clínicas de los tumores neonatales (primeros 28 días de vida), atendidos en el Hospital Infantil Universitario La Fe de Valencia, desde enero de 1990 hasta diciembre de 1999. Descripción de las variedades histológicas y malformaciones congénitas asociadas. Las malformaciones congénitas se han agrupado siguiendo los criterios de la Clasificación Internacional de Enfermedades CIE-9, códigos 740.0–759.9 (http://icd9cm.chrisendres.com/2007/). Se excluyeron las siguientes entidades: hamartomas, hemangiomas cutáneos planos y cavernosos, nevus, lipomas, fibromas subcutáneos, linfangiomas y quistes epidérmicos. Las historias clínicas se obtuvieron a través del Servicio de Documentación y Archivo del Hospital Infantil Universitario La Fe, realizando una búsqueda según el diagnóstico del tumor y/o de sus diferentes tipos específicos.

Realizamos una revisión bibliográfica sistemática de los últimos 25 años obtenida de Medline, Cancerlit, Index Citation Science y Embase. El perfil de búsqueda utilizado fue la combinación de “neonatal/congenital-tumors/cancer/neoplasms” y “congenital malformations/birth defects”. Seleccionamos los trabajos más interesantes y, de sus referencias, recuperamos las más relevantes publicadas antes del período de la búsqueda.

Resultados

Se identificaron 72 tumores neonatales, que corresponden al 2,8 % de los tumores pediátricos diagnosticados en nuestro hospital durante dicha década. Las variedades histológicas más frecuentes son hemangioma, neuroblastoma, teratoma y tumor de partes blandas (tabla 1).

TABLA 1.

Variedades histológicas de los tumores neonatales

Angiomas
  • Lingual

  • Faríngeo

  • Subglótico (3)

  • Parotídeo

  • Intraorbitario

  • Hepático (5)

  • Múltiple (3)

15
Neuroblastomas 12
Teratomas 9
Tumores de partes blandas
  • Fibrosarcoma (4)

  • Rabdomiosarcoma

  • Miofibromatosis (2)

7
Tumores del sistema nervioso central
  • Tumor neuroectodérmico primitivo (3)

  • Teratoma

  • Ganglioglioma

  • Astrocitoma

6
Tumores cardíacos 6
Leucemias agudas
  • Mieloide (3)

  • Linfoide

4
Tumores renales (nefromas mesoblásticos) 4
Histiocitosis 4
Tumores adrenocorticales 3
Retinoblastoma 1
Hepatoblastoma 1

En 15 casos (20,8 %) existía alguna malformación congénita, enfermedad o síndrome asociado (tablas 2 y 3). Las asociaciones entre tumores neonatales y malformaciones congénitas fueron las siguientes: a) angioma en 3 pacientes: con dos cardiopatías congénitas y una atresia de coanas (laringomalacia); b) neuroblastoma en 2 pacientes: uno con riñón en herradura y anomalías vertebrales, y otro con cardiopatía congénita; c) teratoma en 2 pacientes: uno con fisura palatina y anomalías vertebrales, y otro con metatarso varo; d) tumor del sistema nervioso central en 1 paciente con hernia de Bochdaleck; e) tumor cardíaco en 4 pacientes con esclerosis tuberosa; f) leucemia aguda en 1 paciente con síndrome de Down y cardiopatía congénita; g) tumor renal en un caso con hidrocefalia triventricular, y h) tumor adrenal en un caso con hemihipertrofia. Entre ellas, como puede observarse, las cardiopatías congénitas y la esclerosis tuberosa fueron las más frecuentes.

TABLA 2.

Anomalías congénitas y variedad de tumor neonatal, según la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-9 códigos 740.0–759.9)

Anomalía Código CIE-9 N.º de casos Tipo de tumor
Anencefalia y anomalías similares 740.0–740.02 0
Espina bífida 741.0–741.9 0
Otras anomalías del sistema nervioso 742.0–742.9 1 Tumor renal (742.3: hidrocefalia congénita)
Anomalías oculares 743.0–743.9 0
Anomalías de oído, cara y cuello 744.0–744.9 0
Anomalías cardíacas 745.0–745.9 4 Hemangiomas (2), neuroblastoma, leucemia
Otras anomalías cardíacas 746.0–746.9 0
Otras anomalías del sistema circulatorio 747.0–747.9 0
Anomalías del aparato respiratorio 748.0–748.9 2 Hemangioma (748.3: laringomalacia; 748.0: estenosis de coana)
Hendidura del paladar o el labio 749.0–749.9 1 Teratoma
Otras anomalías del tracto digestivo superior 750.0–750.9 0
Otras anomalías del aparato digestivo 751.0–751.9 0
Anomalías de los órganos genitales 752.0–752.9 0
Anomalías del sistema urinario 753.0–753.9 1 Neuroblastoma (753.3: riñón en herradura)
Particulares deformidades musculoesqueléticas 754.0–754.9 1 Teratoma (754.53: metatarso varo)
Otras anomalías de miembros 755.0–755.9 0
Otras deformidades musculoesqueléticas 756.0–756.9 3 Neuroblastoma y teratoma (756.1: anomalías vertebrales), tumor del sistema nervioso central (756.6: hernia Bochdaleck)
Anomalías del tegumento 757.0–757.9 0
Anomalías cromosómicas 758.0–758.9 1 Leucemia (758.0: síndrome de Down)
Otras anomalías no específicas 759.0–759.9 5 Tumor cardíaco (4) (759.5: esclerosis tuberosa) y tumor adrenocortical (759.89: hemihipertrofia)
Total de anomalías 19 (4 casos con > 1 anomalía)
Total de casos 15

TABLA 3.

Anomalías congénitas agrupadas por variedades histológicas

Tumor (n.º de casos) Patologías subyacentes/concomitantes
Angiomas (3) Cardiopatía congénita + estenosis coana
Cardiopatía congénita
Laringomalacia
Neuroblastomas (2) Riñón en herradura + anomalías vertebrales
Cardiopatía congénita
Teratomas (2) Fisura palatina + anomalías vertebrales
Metatarso varo
Tumores del SNC (1) Hernia de Bochdaleck
Tumores cardíacos (4) Esclerosis tuberosa (4)
Leucemias agudas (1) Síndrome de Down + cardiopatía congénita
Tumores renales (1) Hidrocefalia triventricular
Tumores adrenocorticales (1) Hemihipertrofia corporal

SNC: sistema nervioso central.

Discusión

La primera descripción de una asociación entre malformación congénita y tumor pediátrico se realizó en un paciente con síndrome de Down y leucemia aguda8. Posteriormente, diversos trabajos han descrito la asociación entre diferentes malformaciones congénitas y tumores pediátricos benignos y malignos911, como causas o factores de riesgo relacionados con mayor o menor evidencia científica en su desarrollo (tabla 4).

TABLA 4.

Asociaciones entre malformaciones congénitas y tumores recogidos en el United States SEER Program 1975–19959 y otros estudios10,11

Tumor Factor de riesgo
Factores de riesgo conocidos
Leucemia linfoblástica aguda Síndromes genéticos (síndrome de Down, neurofibromatosis, síndrome de Shwachman, síndrome de Bloom, ataxia telangiectasia, síndrome de Klinefelter), pero en particular con el síndrome de Down con un riesgo 20 veces superior a la población normal
Leucemia mieloide aguda Síndromes genéticos (síndrome de Down, neurofibromatosis, síndrome de Shwachman, síndrome de Bloom, monosomía 7 familiar, neutropenia de Kostmann, anemia de Fanconi), pero en particular con el síndrome de Down con un riesgo 500 veces superior a la población normal
Tumores del sistema nervioso central Síndromes genéticos entre los que destacan la neurofibromatosis con un riesgo 50 veces superior y la esclerosis tuberosa. con un riesgo 70 veces superior a la población normal
Tumores renales (Wilms) Anomalías y síndromes genéticos entre los que destacan aniridia, anomalías genitourinarias, síndrome de WAGR, síndrome de Beckwith-Wiedemann, síndrome de Perlman, síndrome de Denys-Drash y síndrome de Simpson-Golabi-Behmel
Hepatoblastoma Hemihipertrofia y el síndrome de Beckwith-Wiedemann
Tumores de partes blandas En algunas series el 32 % de rabdomiosarcomas presentan al menos una anomalía congénita. También se ha asociado con síndrome de LI-Fraumeni y la neurofibromatosis
Tumores cardíacos Esclerosis tuberosa
Tumores adrenocorticales Hemihipertrofia y síndrome de Beckwith-Wiedemann
Retinoblastoma Historia familiar de retinoblastoma y síndrome 13q delección
Factores de riesgo con evidencia inconsistente o limitada
Neuroblastoma Anomalías cardiovasculares
Teratomas Anomalías cromosómicas

Entre los diversos estudios poblacionales que encuentran un mayor riesgo tumoral en pacientes con malformaciones congénitas, queremos destacar dos de ellos. El primero, realizado en el Reino Unido en 1993, objetivó que el 10,8 % de los niños con tumores presentaban malformaciones congénitas frente al 4,9 % del grupo control, siendo esta diferencia estadísticamente significativa (p < 0,001)2. El segundo, realizado en Australia en 19981, evidenció que 55 (9,6 %) de 570 niños con tumores tenían una malformación congénita asociada, comparada con el 2,5 % del grupo control, con una odds ratio (OR) de 4,5 (intervalo de confianza del 95 % [IC 95 %]: 3,1–6,7). El incremento de riesgo era directamente proporcional al número de malformaciones asociadas y los niños con defectos cromosómicos tenían el riesgo más alto para desarrollar tumores (OR: 16,7; IC 95 %: 6,1–45,3), y era el síndrome de Down el que presentaba un riesgo 27 veces mayor. Hallazgos similares se encuentran en estudios poblacionales para menores de 12 meses de edad3,4, y un trabajo reciente basado en el seguimiento de 90.400 niños encuentra que el riesgo de desarrollar un tumor durante el primer año de vida es seis veces mayor entre la población con malformación congénita, respecto al normal12. También evidenció que las anomalías más frecuentes eran las cromosómicas, seguidas de las del sistema nervioso central y genitourinarias. Las asociaciones más prevalentes fueron la leucemia aguda y anomalías cromosómicas (síndrome de Down, principalmente), tumores hepáticos y anomalías digestivas y malformaciones musculoesqueléticas con linfomas, tumores óseos y de células germinales.

En el período neonatal no existen datos concretos y la asociación entre ambas patologías se obtiene de registros de diferentes instituciones médicas, incluyendo tumoraciones de histología benigna y maligna, dado que su comportamiento biológico es diferente al del resto de la época pediátrica. Moore et al5, documentó en 2003 que el 15 % de los tumores neonatales se asocian a malformaciones congénitas, mientras que Agha et al6 en 2006, encuentran que entre 38 tumores neonatales, 12 pacientes (31,6 %) tenían malformaciones congénitas. En nuestro estudio, el 20,8 % (15 pacientes) de los tumores neonatales presentaban malformaciones congénitas, enfermedades o síndromes asociados, y las más frecuentes eran las cardiopatías congénitas y la esclerosis tuberosa. Nuestros resultados están basados en una exhaustiva selección de pacientes, basada en: a) el período neonatal estricto; b) la variedad histológica tumoral, y c) el tipo de malformación. Muchos trabajos, para aumentar casuísticas prolongan la inclusión de tumores hasta los 3, 6 o 12 meses de edad y algunos de ellos no registran las malformaciones congénitas menores (metatarso varo, atresia de coanas, etc.) registradas en nuestra revisión. Recomendamos a los futuros autores la importancia de seguir los criterios de las malformaciones congénitas según la Clasificación Internacional de Enfermedades CIE-9, códigos 740.0–759.9 (http://icd9cm.chrisendres.com/2007/). Por todo lo expuesto y aunque nuestra serie de tumores neonatales constituye una de las más amplias del mundo7,1315, no nos permite comparar con los tipos de malformaciones congénitas encontradas en estudios poblacionales no exclusivos del período neonatal. En referencia a la bibliografía (tabla 4), en nuestra serie existen tres asociaciones descritas con mayor frecuencia: a) asociación entre leucemia aguda y síndrome de Down; b) esclerosis tuberosa y tumores cardíacos, y c) tumores adrenocorticales e hemihipertrofia corporal. Las restantes asociaciones encontradas en nuestros neonatos también han sido descritas en casos únicos o pequeños grupos tumorales.

La importancia de incluir sólo los tumores neonatales radica en la exclusión de los hipotéticos factores de riesgo posnatales en su etiopatogenia. Las hipótesis que pueden explicar la asociación entre los tumores neonatales y las malformaciones congénitas están centradas en los conceptos de la tumorogénesis preconcepcional1618 y transplacentaria1822, y son las siguientes:

  1. Mutación espontánea o adquirida, por la acción de un carcinógeno sobre una célula germinal. Afecta a uno o varios genes cuya integridad es necesaria para la correcta morfogénesis y para el normal crecimiento y desarrollo celular17,23,24. Son los cánceres familiares o hereditarios con herencia autosómica dominante o recesiva con malformaciones congénitas asociadas, como la esclerosis tuberosa, la neurofibromatosis y el retinoblastoma familiar, todos ellos con un mayor riesgo para el desarrollo de tumores, no sólo en el período neonatal, sino también en la edad pediátrica o adulta.

  2. Mutación espontánea o adquirida, por la acción de un carcinógeno físico, químico o biológico sobre una célula somática. Pueden diferenciarse tres variedades dependiendo del período fetal o ventana de exposición25,26:
    • Blastogénesis (semanas 0–2 de vida fetal): existe una resistencia innata antitumoral y una baja susceptibilidad de anomalías morfológicas. Si los agentes tumorogénicos superan estas barreras, dan lugar a los síndromes cromosómicos entre los que destacan la trisomía 21 y las disgenesias gonadales. Estos síndromes presentan un riesgo elevado para el desarrollo de tumores, no sólo en el período neonatal, sino también en la edad pediátrica o adulta. Tal es el caso del desarrollo de una leucemia aguda en un paciente con síndrome de Down.
    • Organogénesis (semanas 3–8 de vida fetal): estudios en animales de experimentación y en autopsias fetales humanas sugieren que determinados factores potencialmente tóxicos, mutagénicos y cancerígenos transplacentarios producirán malformaciones entre las semanas 2 y 8, y tumores entre la sexta y la cuadragésima semana de gestación. Así se explican los casos coexistentes de malformaciones congénitas y tumores, en los que la actuación de un mismo agente entre la sexta a la octava semana de vida fetal desencadena el desarrollo asociado de una malformación y un tumor16,20. Ejemplos de ello serían los restantes tipos de malformaciones congénitas asociadas a diferentes tumores.
    • Histogénesis (semanas 8–40 de vida fetal): período de tumorogénesis en el que el desarrollo del tumor puede dar lugar, por compresión o infiltración, una malformación congénita3. Ejemplo de ello sería la hidrocefalia ocasionada por un tumor cerebral.

Según los mecanismos etiopatogénicos comentados en nuestra serie, los 4 pacientes que presentaban una tumoración cardíaca y esclerosis tuberosa y el tumor adrenocortical asociado a un síndrome de hipercrecimiento (hemihipertrofia corporal), serían causados por una mutación originada por un factor o agente tumorogénico en una célula germinal. Asimismo, uno de los pacientes de nuestra serie, hijo de una madre afectada de la misma patología, presentaba un retinoblastoma y, aunque no tenía una malformación congénita asociada, se trataría de un cáncer familiar perteneciente a este grupo etiopatogénico. Los restantes casos se producirían por una mutación en una célula somática en el período fetal de blastogénesis (el paciente con síndrome de Down y leucemia aguda) u organogénesis (los restantes casos), sin encontrarse, a nuestro juicio, ningún caso en la fase de la histogénesis (tabla 5).

TABLA 5.

Clasificación de malformaciones congénitas y tumores en función de los factores etiopatogénicos

Mutación Malformación Tumor
Sobre célula germinal Esclerosis tuberosa (4 casos) Tumoración cardíaca
Hipercrecimiento (hemihipertrofia corporal) Tumor adrenocortical
Sobre célula somática en período fetal de:
  Blastogénesis Trisomía 21 Leucemia aguda
  Organogénesis Cardiopatía congénita + estenosis coana Angiomas (3)
Cardiopatía congénita
Laringomalacia
Riñón en herradura + anomalías vertebrales Teratoma (2)
Cardiopatía congénita
Fisura palatina + anomalías vertebrales Neuroblastomas (2)
Metatarso varo
Hernia de Bochdaleck Tumores del sistema nervioso central (1)
Hidrocefalia triventricular Tumores renales (1)
  Histogénesis

Aunque el diseño metodológico de nuestra revisión permite generar hipótesis, no sirve para evaluarlas, y la presencia de esta asociación entre malformaciones congénitas y tumores neonatales una probable coincidencia. No obstante, los tumores neonatales nos brindan la oportunidad de estudiar los factores de riesgo ambientales preconcepcionales y gestacionales, que conjuntamente con los constitucionales, han contribuido a su genésis y desarrollo. Así, eliminamos la influencia de los factores de riesgo posnatales, que se suman a los anteriores en los restantes tumores diagnosticados en épocas posteriores de la vida. Además, estudiar su asociación con las malformaciones congénitas nos orienta hacia los factores de riesgo ambientales que han intervenido durante la ventana fetal de exposición entre las semanas 6 y 8 de vida fetal. Por todo ello, consideramos conveniente unificar criterios de inclusión, tanto para los tumores neonatales como para las malformaciones congénitas y estas últimas desglosarlas en los grupos etiopatogénicos descritos anteriormente.

Al mismo tiempo, la obtención de una detallada y exhaustiva historia medioambiental, en la que se consignen y detallen la ausencia o presencia de los factores de riesgo constitucionales y ambientales, potencialmente cancerígenos, es fundamental para avanzar en el conocimiento de su prevalencia real y de su prevención.

Bibliografía

  • 1.Altmann AE, Halliday JL, Giles GG. Associations between congenital malformations and childhood cancer. A register-based case-control study. Br J Cancer. 1998;78:1244–1249. doi: 10.1038/bjc.1998.662. [DOI] [PMC free article] [PubMed] [Google Scholar]
  • 2.Mann JR, Dodd HE, Draper GJ, Waterhouse JA, Birch JM, Cartwright RA, et al. Congenital abnormalities in children with cancer and their relatives: Results from a case-control study (IRESCC) Br J Cancer. 1993;68:357–363. doi: 10.1038/bjc.1993.340. [DOI] [PMC free article] [PubMed] [Google Scholar]
  • 3.Mili F, Khoury MJ, Flanders WD, Greenberg RS. Risk of childhood cancer for infants with birth defects. I. A record-linkage study, Atlanta, Georgia 1968–1988. Am J Epidemiol. 1993;137:629–638. doi: 10.1093/oxfordjournals.aje.a116720. [DOI] [PubMed] [Google Scholar]
  • 4.Mili F, Lynch CF, Khoury MJ, Flanders WD, Edmonds LD. Risk of childhood cancer for infants with birth defects. II. A record-linkage study, Iowa 1983–1989. Am J Epidemiol. 1993;137:639–644. doi: 10.1093/oxfordjournals.aje.a116721. [DOI] [PubMed] [Google Scholar]
  • 5.Moore SW, Satgé D, Sasco AJ, Zimmermann A, Plaschkes J. The epidemiology of neonatal tumours. Report of an international working group. Pediatr Surg Int. 2003;19:509–519. doi: 10.1007/s00383-003-1048-8. [DOI] [PubMed] [Google Scholar]
  • 6.Agha MM, Williams JI, Marrett L, To T, Zipursky A, Dodds L. Congenital abnormalities and childhood cancer. Cancer. 2006;106:1418–1419. doi: 10.1002/cncr.20985. author reply 1419. [DOI] [PubMed] [Google Scholar]
  • 7.Parkes SE, Muir KR, Southern L, Cameron AH, Path FRC, Darbyshire PJ, et al. Neonatal tumors: A thirty-year population-based study. Med Pediatr Oncol. 1994;22:309–317. doi: 10.1002/mpo.2950220503. [DOI] [PubMed] [Google Scholar]
  • 8.Brewster HF, Cannon HE. Acute lymphatic leukemia: Report of case in eleventh month mongolian idiot. New Orleans Med Surg J. 1930;82:872–873. [Google Scholar]
  • 9.Ries LAG, Smith MA, Gurney JG, Linet M, Tamra T, Young JL, et al. National Cancer Instituted SEER Program. Bethesda MD: 1999. Cancer incidence and survival among children and adolescentes: United States SEER Program 1975–1995. NIH Publ N.º 99-4649. [Google Scholar]
  • 10.Isaacs H., Jr . Tumors of the fetus and newborn. In: Livolsi VA, editor. Majors problems in pathology series. Vol. 35. Philadelphia: WB Saunders Company; 1997. [Google Scholar]
  • 11.Isaacs H., Jr . Tumors of the fetus and infant. An atlas. 1st ed. New York: Springer Verlag; 2002. [Google Scholar]
  • 12.Agha MM, Williams JI, Marrett L, To T, Zipursky A, Dodds L. Congenital abnormalities and childhood cancer. Cancer. 2005;103:1939–1948. doi: 10.1002/cncr.20985. [DOI] [PubMed] [Google Scholar]
  • 13.Campbell AN, Chan HSL, O’Brien A, Smith CR, Becker LE. Malignant tumours in the neonate. Arch Dis Child. 1987;62:19–23. doi: 10.1136/adc.62.1.19. [DOI] [PMC free article] [PubMed] [Google Scholar]
  • 14.Isaacs H., Jr Perinatal (congenital and neonatal) neoplasms: A report of 110 cases. Pediatr Pathol. 1985;3:165–216. doi: 10.3109/15513818509078782. [DOI] [PubMed] [Google Scholar]
  • 15.Rao S, Azmy A, Carachi R. Neonatal tumours: A single centre experience. Pediatr Surg Int. 2002;18:306–309. doi: 10.1007/s00383-002-0720-8. [DOI] [PubMed] [Google Scholar]
  • 16.Bolande RP. Prenatal carcinogenesis. An appraisal. Cancer. 1994;74:1674–1679. doi: 10.1002/1097-0142(19940915)74:6<1674::aid-cncr2820740606>3.0.co;2-7. [DOI] [PubMed] [Google Scholar]
  • 17.Preston-Martin S. Epidemiological studies of perinatal carcinogenesis. In: Napalkov NP, Rice JM, Tomatis L, Yamasaki H, editors. Perinatal and multigeneration carcinogenesis. Lyon: International Agency for Research on Cancer; 1989. pp. 289–314. (IARC Sci Publ n.º 96) [Google Scholar]
  • 18.Ross JA, Swensen AR. Prenatal epidemiology of pediatric tumors. Curr Oncol Reports. 2000;2:234–41. doi: 10.1007/s11912-000-0073-1. [DOI] [PubMed] [Google Scholar]
  • 19.Tomatis L. Prenatal carcinogenesis. In: Kakunag T, Sugimura T, Tomatis L, Yamasaki H, editors. Cell differentiation, genes and cancer. Lyon: International Agency for Research on Cancer; 1988. pp. 121–32. (IARC Sci Publ n.º 92) [Google Scholar]
  • 20.Napalkov NP. Prenatal and childhood exposure to carcinogenic factors. Cancer Detect Prev. 1986;9:1–7. [PubMed] [Google Scholar]
  • 21.Anderson LM, Jones AB, Rice JM. Perinatal carcinogenesis: Current directions. Br J Cancer. 1991;63:1025–1028. doi: 10.1038/bjc.1991.224. [DOI] [PMC free article] [PubMed] [Google Scholar]
  • 22.Alexandrov V, Aiello C, Rossi L. Modifiying factors in prenatal carcinogenesis. In Vivo. 1990;4:327–336. [PubMed] [Google Scholar]
  • 23.Melean G, Sestini R, Ammannati F, Papi L. Genetic insights into familial tumors of the nervous system. Am J Med Genet. 2004;129:74–84. doi: 10.1002/ajmg.c.30022. [DOI] [PubMed] [Google Scholar]
  • 24.Plon SE, Nathanson K. Inherited susceptibility for pediatric cancer. Cancer J. 2005;11:255–267. doi: 10.1097/00130404-200507000-00002. [DOI] [PubMed] [Google Scholar]
  • 25.The Danish Environmental Agency. Children and the unborn child. 2001 Environmental Project n.º 589. [Google Scholar]
  • 26.US Environmental Protection Agency: EPA. Critical periods in development. OCHP Paper Series on children’s Health and the Environment. Paper 2003-2. [Google Scholar]

RESOURCES