Resumen
Este artículo compara los resultados económicos entre los inmigrantes latinoamericanos en España y Estados Unidos. Detectamos un efecto de selección por el que la mayoría de los inmigrantes latinoamericanos en España proceden de Sudamérica de un entorno de clases medias, mientras la mayoría de los inmigrantes que van a los Estados Unidos son centroamericanos de clase baja. Este efecto de selección explica las diferencias transnacionales en la probabilidad de empleo, logro ocupacional y salarios obtenidos. A pesar de las diferencias en los orígenes y las características de los latinoamericanos en ambos países, los factores demográficos, humanos y de capital social parecen operar de forma similar en ambos países; y cuando los modelos se estiman separadamente por estatus legal, descubrimos que los efectos se acentúan más entre los inmigrantes irregulares cuando se los compara con los regulares, especialmente en Estados Unidos.
Introducción
Durante la mayor parte del siglo XX, la emigración de Latinoamérica se ha dirigido fundamentalmente hacia los Estados Unidos. La emigración desde México a los Estados Unidos empezó a principios del siglo XX y, con la excepción de una interrupción breve en la Gran Depresión, ha seguido produciéndose desde entonces. Los puertorriqueños se unieron al flujo hacia el norte en las décadas de los 40 y 50, seguidos de los cubanos y los dominicanos en las décadas de 1960 y 1970 y de los centroamericanos y sudamericanos en las décadas de los 80 y 90 (Durand y Massey 2010). Hasta finales de los años setenta España ha sido fundamentalmente una nación de emigrantes que enviaba trabajadores al norte de Europa y Latinoamérica (Massey 2008). Sin embargo, cuando en 1986 España entró en la Unión Europea cambió rápidamente y el país pasó de exportar a importar mano de obra para convertirse en los años noventa en una importante sociedad receptora de inmigrantes, admitiendo en su seno a muchos inmigrantes de las antiguas colonias así como del norte de África (Massey et al. 1998).
Aunque tanto España como Estados Unidos ofrecen a los inmigrantes latinoamericanos muchas oportunidades de empleo con salarios aceptables, estos países difieren en varios aspectos clave. Debido a su situación en el hemisferio occidental, Estados Unidos ofrece proximidad geográfica y menores costes de movimiento. A pesar de su proximidad geográfica, sin embargo, Estados Unidos está socialmente más distante que España, un país que, debido a su historia de colonización en las Américas, ofrece a los inmigrantes latinos proximidad cultural y menores costes de integración. Cuando se ven en la tesitura de decidir entre emigrar a España o a Estados Unidos, los inmigrantes tienen que sopesar entre la distancia física y la social.
En consecuencia, los inmigrantes latinos procedentes de regiones que están cerca de Estados Unidos —México, Centroamérica y la zona del Caribe— responden de forma típica a los menores costes de movimiento y se encaminan hacia el norte, mientras los que están en regiones más distantes —los países de Sudamérica—, responden a los menores costes sociales que implica ir a España y cruzan el Atlántico. Por consiguiente, nuestra expectativa es que España reciba más inmigrantes de Sudamérica en comparación con Estados Unidos, por lo que, dados los elevados costes de la emigración hacia ambos destinos desde Sudamérica, esperamos que los inmigrantes procedentes de Sudamérica estén en general positivamente más seleccionados sobre la base del estatus socioeconómico.
Por tanto, cuando a los ciudadanos de Estados Unidos y España se les menciona a los “inmigrantes latinos”, este término denota dos grupos de personas muy diferentes. Para los estadounidenses un inmigrante latino es una persona de clase trabajadora procedente de México, la zona del Caribe o Centroamérica, mientras que para los españoles un “inmigrante latino” suele ser una persona de clase media procedente de Sudamérica. Además de las diferencias de nacionalidad y origen de clase, los dos países exhiben también diferencias significativas concernientes a los requisitos legales para la emigración. Aunque la inmensa mayoría de emigrantes latinos que se han trasladado a los dos países en los últimos años entraron o permanecieron en el país sin autorización, en España los sucesivos programas de legalización han conferido a esas personas el estatus de regulares, mientras en Estados Unidos la ausencia de una regularización desde 1986 deja a la inmensa mayoría con el estatus de irregulares.
Las diferencias relativas al estatus legal, los orígenes nacionales y los orígenes de clase presagian posibles diferencias concernientes a los procesos de asimilación en las dos culturas. Sin embargo, hasta la fecha ningún estudio ha comparado de forma sistemática los dos flujos migratorios. Hasta hace poco tiempo esta comparación era imposible debido a la falta de datos, pero en este artículo nos servimos de dos nuevas bases de datos para comparar las características y experiencias de los emigrantes latinoamericanos en España y Estados Unidos. Como la gran mayoría de los inmigrantes de ambas naciones se han trasladado por razones económicas, nos centramos en el proceso de la inserción en el mercado laboral como indicador de integración. Concretamente, nos basamos en datos procedentes de la Encuesta Nacional de Inmigrantes de España y en la New Immigrant Survey de Estados Unidos para estudiar cómo varían las características de los inmigrantes latinoamericanos según el país de destino. Luego intentamos determinar cómo esas diferencias afectan al empleo, al logro ocupacional y a la determinación del salario en cada país.
Fuentes de datos
Nuestros datos proceden de dos encuestas de inmigrantes representativas a nivel nacional realizadas en 2003 (en Estados Unidos) y en 2007 (en España). Aunque ambas encuestas son muestras probabilísticas representativas, las poblaciones en las que se hicieron difieren bastante. La Encuesta Nacional de Inmigrantes (ENI) la llevó a cabo el Instituto Nacional de Estadística español y se diseñó de manera que representara a todas las personas nacidas en el extranjero de 16 años o más que vivían en hogares familiares entre noviembre de 2006 y febrero de 2007. Los encuestados tenían que llevar por lo menos un año en España y tener la intención de quedarse en ese país por lo menos un año más. El marco de la muestra fue el padrón municipal de habitantes, un sistema de registro nacional que incluye todas las viviendas no institucionales del país y registra a todas las personas que habitan esas viviendas con fines relativos a la provisión de los servicios básicos. Como el registro es necesario, está vinculado a la provisión de servicios y no se ha utilizado hasta ahora para hacer cumplir las leyes migratorias, se considera que la muestra de la ENI ofrece en general una cobertura relativamente completa de la población de inmigrantes, tanto de irregulares como de regulares. Al final, la encuesta incluyó entrevistas personales a 15.465 personas, de las que aproximadamente 4.735 procedían de Latinoamérica.
A diferencia de la ENI, la New Immigrant Survey (NIS) la realizó un equipo de investigadores de tres universidades privadas (Princeton, Yale y New York University) y la corporación RAND. El proyecto lo financió un consorcio de agencias federales estadounidenses (entre ellas el National Institute of Child Health and Human Development, el National Institute of Aging, la National Science Foundation, el Immigration and Naturalization Service, el Bureau of Citizen and Immigrant Services y el Department of Health and Human Services) junto a las organizaciones Pew Charitable Trusts. La NIS es una muestra probabilística estratificada de la cohorte de inmigrantes que obtuvieron sus papeles de residencia permanente entre mayo y noviembre de 2003 (Jasso, Massey, Rosenzweig y Smith en prensa). Fueron seleccionados aleatoriamente de las listas mensuales de inmigrantes que acababan de recibir el visado de residencia del Bureau of Citizen and Immigrant Services. Se realizaron encuestas por teléfono o cara a cara en el transcurso de los seis meses que duró la emisión del visado, produciendo una muestra de 8.573 hogares encuestados con una tasa de respuesta de 68%, de los cuales 2.490 eran latinoamericanos. Los encuestados fueron entrevistados en el idioma que ellos eligieron, español o inglés.
Así, mientras la ENI es una muestra nacional de toda la población inmigrante que residía en España mientras se realizó la encuesta, la NIS es una muestra nacional de una sola cohorte de inmigrantes que se convirtieron en legales mientras se realizó el estudio. Dado que la NIS incluye inmigrantes legales recién regularizados y la ENI, en cambio, incluye a todos los residentes en el momento de la encuesta, uno podría esperar que la muestra estadounidense esté sesgada con inmigrantes menos experimentados en comparación con la muestra española, pero, como veremos, las diferencias reales no son tan grandes debido a que la mayoría de los “nuevos” inmigrantes legales de Estados Unidos han pasado algún tiempo en el país con uno u otro estatus. Un estatus previo común es el de inmigrante no autorizado. Aunque por definición la NIS incluye exclusivamente a inmigrantes legales, también incluye a muchos individuos que han pasado por el estatus de irregulares.
De acuerdo con las estimaciones de Jasso et al. (2008), cerca de un tercio de los inmigrantes legales nuevos en Estados Unidos han tenido experiencia como inmigrantes no autorizados. Sin embargo, esta cifra es bastante superior en el caso de los latinoamericanos, con un 43% entre los inmigrantes de la República Dominicana, un 65% entre los de El Salvador y un 74% de los de México. Estos porcentajes corresponden a estimaciones de la proporción de inmigrantes irregulares en la población nacida en el extranjero de Estados Unidos, que oscila desde el 33% entre todos los inmigrantes hasta el 50% entre los de El Salvador y el 60% de los de México (Massey 2009).
Así, las dos muestras son bastante diferentes, pero también son semejantes en muchos aspectos. Aunque la ENI encuesta a toda la población inmigrante de España en 2007 y la NIS encuesta a la cohorte de inmigrantes legales de Estados Unidos en 2003, ambas ofrecen representaciones precisas de sus poblaciones objeto basadas en diseños de muestreo robustos. Cada encuesta tiene múltiples cohortes en el sentido de que algunos encuestados llevan viviendo muchos años en el país de destino, mientras otros acaban de llegar. El tamaño de la muestra es suficientemente grande en ambos casos como para permitirnos una estimación estadística detallada, y ambas encuestas incluyen inmigrantes tanto regulares como irregulares. En los siguientes análisis clasificamos explícitamente a los inmigrantes por estatus legal e investigamos ese papel como factor de la inserción laboral, pero los lectores no deben olvidar que entre los inmigrantes de España la designación se refiere al estatus legal del momento, mientras entre los de Estados Unidos se refiere al estatus legal previo.1
Los cuestionarios utilizados en ambas encuestas se organizaron en una serie de módulos temáticos. La más amplia de las dos encuestas es la NIS, cuyo cuestionario principal contiene 12 módulos distintos sobre demografía, experiencias anteriores a la inmigración, empleo, salud, seguros sociales, utilización de los servicios sanitarios, renta, activos, transferencias (incluidas las remesas), factores sociales, historial de inmigración y características de los padres, además de la valoración del entrevistador sobre el hogar, el entrevistado y el cónyuge y entrevistas especiales a los hijos del hogar que incluían pruebas estandarizadas de capacidad verbal y matemática. A diferencia de esta encuesta, la ENI solo incluye seis módulos de preguntas sobre las características socio-demográficas, la experiencia migratoria, las condiciones en el lugar de origen, las condiciones en el lugar de destino, la historia laboral y la residencial.
Orígenes geográficos de los latinoamericanos
En la tabla 1 presentamos la distribución de latinoamericanos en España y Estados Unidos por país de nacimiento. Como puede apreciarse, la proporción de inmigrantes latinos procedentes de la región del Caribe es similar en ambos países, siendo un 10% en España y un 12% en los Estados Unidos; pero las proporciones procedentes de Sudamérica y Centroamérica son radicalmente diferentes. Como esperábamos dadas nuestras observaciones anteriores, los inmigrantes en España son mayoritariamente de Sudamérica, mientras los de Estados Unidos son mayoritariamente de Centroamérica.2 Así, mientras el 86% de los inmigrantes latinos de España procede de Sudamérica y sólo el 4% procede de Centroamérica, en Estados Unidos el 72% de inmigrantes latinos son de Norteamérica o Centroamérica y sólo el 16% son de Sudamérica.
Tabla 1.
Origen de los inmigrantes latinoamericanos en Estados Unidos y España por estatus legal
País y región | Todos los inmigrantes
|
Inmigrantes regulares
|
Inmigrantes irregulares
|
|||
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España | EEUU | España | EEUU | España | EEUU | |
Sudamérica | ||||||
Argentina | 13,88 | 0,84 | 12,89 | 1,32 | 8,40 | 0,24 |
Bolivia | 8,04 | 0,64 | 4,71 | 0,97 | 26,47 | 0,40 |
Chile | 2,86 | 0,44 | 2,46 | 0,88 | 4,06 | 0,08 |
Colombia | 18,33 | 5,02 | 19,48 | 9,04 | 16,67 | 0,87 |
Ecuador | 25,02 | 2,93 | 26,99 | 4,83 | 21,71 | 1,11 |
Paraguay | 1,48 | 0,08 | 0,71 | 0,18 | 5,74 | 0,00 |
Perú | 6,77 | 4,30 | 7,83 | 8,08 | 2,38 | 0,87 |
Uruguay | 4,51 | 0,24 | 4,42 | 0,18 | 3,64 | 0,16 |
Venezuela | 5,42 | 1,45 | 5,82 | 3,07 | 2,66 | 0,08 |
Total | 86,31 | 15,94 | 85,31 | 28,55 | 91,73 | 3,81 |
Centroamérica | ||||||
Costa Rica | 0,06 | 0,20 | 0,03 | 0,26 | 0,28 | 0,08 |
El Salvador | 0,25 | 18,80 | 0,21 | 4,92 | 0,42 | 31,64 |
Guatemala | 0,17 | 6,99 | 0,11 | 2,46 | 0,42 | 11,29 |
Honduras | 0,32 | 1,53 | 0,19 | 1,67 | 0,98 | 1,51 |
México | 2,33 | 42,69 | 2,51 | 40,30 | 1,40 | 45,31 |
Nicaragua | 0,32 | 1,85 | 0,21 | 1,49 | 0,98 | 2,15 |
Panamá | 0,21 | 0,28 | 0,24 | 0,61 | 0,14 | 0,00 |
Total | 3,66 | 72,34 | 3,50 | 51,71 | 4,62 | 91,98 |
Caribe | ||||||
Cuba | 5,35 | 5,70 | 6,06 | 7,64 | 1,54 | 3,58 |
República | ||||||
Dominicana | 4,68 | 5,98 | 5,13 | 12,03 | 2,10 | 0,64 |
Total | 10,03 | 11,68 | 11,19 | 19,67 | 3,64 | 4,22 |
Total | 100 | 100 | 100 | 100 | 100 | 100 |
N | 4.725 | 2.490 | 3.779 | 1.139 | 714 | 1.258 |
Fuentes: New Immigrant Survey (NIS) 2004; Encuesta Nacional de Inmigrantes (ENI) 2007
El grueso de esta discrepancia abismal nace del predominio de los mexicanos entre los inmigrantes en Estados Unidos y de su práctica ausencia en España. Mientras el 43% de todos los inmigrantes latinos de Estados Unidos proceden de México, este porcentaje se reduce al 2% de los que van a España. En general, la distribución de los inmigrantes latinos por nacionalidad es más uniforme en España que en Estados Unidos. La fuente principal de inmigrantes latinos en España es Ecuador, con el 25% del total, seguido de Colombia con el 18%, Argentina con el 14%, Bolivia con el 8% y Perú con el 7%. En contraste con estos porcentajes, en Estados Unidos, el país que sigue a México, con un 43%, es El Salvador con el 19%, seguido de Guatemala con el 7% y la República Dominicana y Cuba con el 6% cada uno. Así, la distribución de inmigrantes latinoamericanos por origen nacional está más sesgada en Estados Unidos que en España.
El predominio relativo de Sudamérica en España y Centroamérica en Estados Unidos es incluso más pronunciado entre los inmigrantes irregulares (es decir, los irregulares en la ENI en el momento de la encuesta y los encuestados de la NIS que informaron haber sido irregulares en el pasado). Cerca del 92% de todos los inmigrantes irregulares de España proceden de Sudamérica. En la ENI, cerca del 15% de los encuestados que estaban presentes carecían de autorización, mientras en la NIS el 50% informó de que había pasado por la condición de irregular.
Entre los que estaban presentes en España sin autorización, las nacionalidades que destacan son los bolivianos (26%), seguidos de los ecuatorianos (22%), los colombianos (17%), los argentinos (8%) y los paraguayos (6%), porcentajes que difieren un tanto de los porcentajes de inmigrantes regulares, encabezados por los ecuatorianos (27%), seguidos de los colombianos (19%), los argentinos (13%) los peruanos (8%) y los venezolanos (6%). Así, los bolivianos y los paraguayos de España son grupos formados de forma desproporcionada por inmigrantes irregulares en comparación con otros grupos. De hecho, las cifras de la tabla implican que el 51% de los bolivianos y el 60% de los paraguayos que están presentes en España carecen de autorización.
Con respecto a Estados Unidos, México supera a otros países tanto en inmigrantes regulares (40%) como irregulares (45%), pero los otros cinco primeros países difieren mucho en lo que se refiere al estatus legal. Mientras entre los inmigrantes irregulares los salvadoreños aparecen después de los mexicanos con un 32%, seguidos de los guatemaltecos con un 11% y de los nicaragüenses con un 2%, entre los inmigrantes regulares, después de los mexicanos están los dominicanos con un 12%, los colombianos con un 9%, los peruanos con un 8% y los salvadoreños con un 5%. Así, los sudamericanos están más ampliamente representados en las filas de los inmigrantes latinoamericanos regulares de los Estados Unidos y su distribución es parecida a la de España, aunque en ambos casos la distribución de orígenes nacionales está dominada por los mexicanos.
Orígenes sociales de los inmigrantes latinos
Hemos señalado en la introducción que los costes sociales de la migración a España son menores comparados con los de Estados Unidos, mientras los costes financieros de la migración son mayores. En Latinoamérica, sin embargo, los costes financieros son más bajos en unos países que en otros. Los costes directos de la migración, por ejemplo, son señaladamente menores en el caso de México, que linda con Estados Unidos. Además, en México los costes sociales de la migración están mitigados por la existencia de redes migratorias robustas que conectan las comunidades mexicanas de origen con los destinos en Estados Unidos (Massey y Espinosa 1997; Massey y Phillips 1999). Los costes financieros son también relativamente bajos para los aspirantes a emigrar de la zona del Caribe (que están separados del territorio estadounidense por estrechos marítimos de pocos kilómetros) y Centroamérica (que llegan a la frontera cruzando México). Aunque las redes que conectan estas regiones con Estados Unidos están menos desarrolladas que las que nacen en México, no obstante existen y son importantes porque reducen los costes de la migración (Massey y Aysa 2005).
Sin embargo, entre los aspirantes de Sudamérica a emigrar, los costes financieros de la emigración, tanto a España como a Estados Unidos, son muy altos, mientras los costes sociales de su emigración son mucho menores a España (Pellegrino 2004). Por consiguiente, España suele ser el destino de elección entre los sudamericanos con recursos financieros a la hora de pedir un visado y comprar un billete de avión, debido especialmente a las dislocaciones económicas que afectan a las clases medias y profesionales por toda Sudamérica (Pellegrino 2004; Massey y Capoferro 2006). No esperamos encontrar, en cambio, mucha selectividad de clase entre los emigrantes a Estados Unidos procedentes de Centroamérica, el Caribe y, especialmente, México (Massey y Aysa 2005). Dado el predominio de los sudamericanos entre los inmigrantes latinos en España y de los centroamericanos y caribeños entre los que se van a Estados Unidos, formulamos aquí la hipótesis de que los inmigrantes latinos que se dirigen a España estarán generalmente más seleccionados por clase que sus homólogos a los Estados Unidos. Esta hipótesis se explora en la tabla 2, que presenta una serie de características sociales y económicas de los latinoamericanos encuestados por la ENI y la NIS. Una manera alternativa de valorar la selección por clase de los movimientos migratorios de los latinoamericanos a España sería comparar los últimos empleos en el lugar de origen, pero en este artículo hemos optado por analizar la ocupación en los países de destino.
Tabla 2.
Principales características de los inmigrantes latinos a Españ6a y los Estados Unidos
Todos los inmigrantes | Inmigrantes regulares | Inmigrantes irregulares | |||||
---|---|---|---|---|---|---|---|
| |||||||
Variable | Descripción | España | EEUU | España | EEUU | España | EEUU |
Resultados laborales | |||||||
| |||||||
Ocupado | Ocupado actualmente | 0,81 | 0,75* | 0,81 | 0,68* | 0,83 | 0,81 |
Salario en dólares PPA | Salario medio actual por hora en el trabajo principal (PPA2007) | 5,65 | 10,37* | 6,16 | 10,86* | 4,76 | 10,70* |
| |||||||
Estatus ocupacional | |||||||
| |||||||
Peón | Incluye pesca, minería, construcción e industria | 0,49 | 0,42* | 0,47 | 0,35* | 0,63 | 0,46* |
Servicios no cualificados | Incluye restaurantes, ventas y servicios médicos de poca cualificación | 0,23 | 0,37* | 0,35 | 0,23* | 0,25 | 0,39* |
Servicios cualificados | Incluye docentes, científicos, artistas, sector público | 0,28 | 0,21* | 0,30 | 0,30* | 0,12 | 0,15 |
| |||||||
Información demográfica | |||||||
| |||||||
Edad | Edad en el momento de la entrevista | 37,03 | 39,44* | 37,65 | 41,95* | 32,70 | 37,30* |
Sexo | Mujer | 0,57 | 0,56 | 0,57 | 0,62* | 0.60 | 0,51* |
Casado | Casado o viviendo en pareja | 0,47 | 0,69* | 0,49 | 0,66* | 0,36 | 0,72* |
Hijos | Número de hijos menores convivientes | 0,66 | 1,00* | 0,69 | 0,74 | 0,54 | 1,25* |
| |||||||
Capital humano y social | |||||||
| |||||||
Educación secundaria | Secundaria completa (ENI) o doce años (NIS) | 0,66 | 0,44* | 0,66 | 0,55* | 0,62 | 0,33* |
Años de experiencia | Número total de años en el país de destino | 9,56 | 8,71* | 10,49 | 4,71* | 3,80 | 12,82* |
Padres | Madre o padre en el país de destino en el momento de la entrevista | 0,14 | 0,18* | 0,15 | 0,15 | 0,06 | 0,21* |
Cónyuge | Cónyuge en el país de destino en el momento de la entrevista | 0,42 | 0,59* | 0,44 | 0,57* | 0,29 | 0,61* |
| |||||||
N | 4.725 | 2.490 | 3.779 | 1.139 | 714 | 1.258 |
Fuentes: New Immigrant Survey (NIS) 2004; Encuesta Nacional de Inmigrantes (ENI) 2007.
Los dos paises son estadísticamente diferentes p<0,05.
Una investigación futura comparará las características de los inmigrantes previas a la migración. En general, los datos apoyan nuestra hipótesis. Aunque el perfil demográfico de los inmigrantes latinos en ambos países era similar, el perfil de clase era muy diferente. El típico inmigrante latinoamericano tenía 37 años en España y 39 años en Estados Unidos y prácticamente la misma proporción eran mujeres (57% en el primer caso y 56% en el segundo). En términos de educación, sin embargo, el 66% de los latinos en España había terminado la educación secundaria en comparación con sólo el 44% en los Estados Unidos. Asimismo, el 81% de los inmigrantes latinoamericanos en España estaba ocupado en comparación con el 75% en Estados Unidos, y el 25% trabajaba en servicios cualificados en comparación con sólo el 21% de Estados Unidos.3
Las principales diferencias demográficas entre los dos grupos son que los inmigrantes de Estados Unidos tendían más a estar casados (69% frente a 47%) y tenían más hijos menores en casa (1,0 frente a 0,7). Y no es sorprendente que, como la ENI encuesta a una población residente y la NIS encuesta a una sola cohorte, los años totales de experiencia en el país anfitrión sean más entre los inmigrantes latinos en España que entre los de Estados Unidos. Sin embargo, la diferencia no es tan grande como cabía esperar debido a la diferencia de diseño de las muestras. Mientras el entrevistado medio de la ENI informa que tiene 9,6 años de experiencia en España en el momento de la encuesta, el entrevistado medio de la NIS dice tener 8,7 años de experiencia en los Estados Unidos. Al fin y al cabo, las dos muestras son más o menos comparables, porque la NIS incluye a muchos residentes de larga duración en EEUU que no habían llegado por primera vez sino que simplemente estaban ajustando su condición a partir de un visado de no residente (como estudiante o trabajador temporal) o convirtiendo su estatus de irregular en regular. De acuerdo con Massey y Malone (2003), dos tercios de la totalidad de inmigrantes “nuevos” en Estados Unidos ya habían estado en el país en algún momento o habían vivido allí en el momento en que les concedieron la residencia permanente.
Si bien los inmigrantes latinos en Estados Unidos pueden ser “más pobres” que los de España cuando se trata de capital humano, son “más ricos” en términos de capital social, algo esperable dada su historia más larga de inmigración. El capital social se deriva de las conexiones interpersonales que vinculan a los que aspiran a emigrar con personas que tienen experiencia o viven en ese momento en el país de destino, unos lazos que pueden movilizarse para reducir los costes y los riesgos del traslado internacional (Massey 1990; Massey y Espinosa 1997). Mientras el 14% de los entrevistados de la ENI dice tener un progenitor con ellos en España, en la NIS este porcentaje es el 18%; y sólo el 42% de los entrevistados de la ENI decía estar con su cónyuge frente al 59% entre los de la NIS.
Esta pauta de un capital social relativamente abundante y escaso capital humano entre los latinos de Estados Unidos en comparación con los de España se acentúa cuando se consideran los inmigrantes irregulares. Mientras el 66% de los inmigrantes irregulares de España había terminado los estudios de educación secundaria, sólo el 33% de los de Estados Unidos lo había hecho; pero mientras el 21% de los inmigrantes irregulares en Estados Unidos tenían con ellos un progenitor y el 61% a su cónyuge, los porcentajes respectivos para España eran sólo del 6% y el 29%.
Si bien los inmigrantes irregulares de Estados Unidos exhiben un déficit de capital humano general (educación), tienen abundante capital humano específico de la emigración (experiencia en el país anfitrión), lo que es, una vez más, coherente con su historia de inmigración más larga. Mientras el latino irregular medio de Estados Unidos dice tener 12,8 años de experiencia en EEUU, el típico latinoamericano irregular de España dice tener sólo 3,8 años de experiencia española. El mayor acceso que tienen los inmigrantes irregulares en los Estados Unidos al capital social y humano específico de la inmigración parece contrarrestar su falta de acceso a la educación, porque el porcentaje que trabaja en empleos de clase baja es mucho mayor entre los inmigrantes irregulares en España (63%) que entre los de Estados Unidos (46%), mientras la proporción que trabaja en servicios cualificados (12%) es ligeramente menor que en Estados Unidos (15%).
Los salarios son también más altos entre los inmigrantes irregulares de Estados Unidos que entre los que carecen de autorización en España. Cada una de las dos encuestas midió los sueldos de acuerdo con la unidad preferida del encuestado (es decir, por horas, semanas, meses o años). Dividimos el salario total por las horas totales para cada unidad de pago a fin de estimar el salario por hora, y el salario por hora de la ENI se convirtió a dólares sobre la base del tipo de cambio del 2 de enero de 2007 y luego se convirtió al índice de Paridad de Poder Adquisitivo sobre el PIB (PPA ).4 Como se indica en la tabla 2, mientras el latinoamericano irregular medio en España ganaba 5,55 dólares la hora, el típico latino en Estados Unidos ganaba 10,37 dólares la hora. Sin embargo éstas diferencias no apuntan a una distancia abismal en el nivel de vida porque los inmigrantes en España pueden acceder en general a más beneficios sociales que en Estados Unidos, en particular a la sanidad pública. Además, estas estimaciones no tienen en cuenta la variación subnacional a escala local.
Entre los inmigrantes regulares, las diferencias en el acceso al capital humano y social se reducen, y los inmigrantes latinos de los dos países son considerablemente más similares en términos de orígenes de clase y salarios. Mientras el 66% de los inmigrantes legales de España había terminado la educación secundaria, ese porcentaje en Estados Unidos era un considerable 55% entre los inmigrantes legales. El porcentaje que trabaja en servicios cualificados era el 30% en los dos países. Del mismo modo, el 15% de los inmigrantes legales en ambas naciones tiene un progenitor con ellos, y Unidos (57%), también es considerable entre los de España (44%). En términos de capital humano específico de la inmigración, la ventaja de los inmigrantes españoles, sin embargo, es decisiva, pues el inmigrante legal medio en España dice llevar 10,5 años en el país en comparación con los sólo 4,7 años entre los de Estados Unidos. En general, la diferencia salarial entre España y Estados Unidos es menor entre los inmigrantes regulares que entre los irregulares, siendo 4,70 en dólares PPA de 2007 para los primeros y 5,94 para los segundo.
Determinantes del empleo Los párrafos anteriores revelan la existencia de claras diferencias en términos de selectividad geográfica y social entre los inmigrantes latinoamericanos de España y Estados Unidos. Los inmigrantes latinoamericanos de España proceden fundamentalmente de Sudamérica, la mayoría ha terminado la educación secundaria, trabaja en el sector servicios y tiene o consigue enseguida el estatus legal. A diferencia de ellos, los inmigrantes latinos de los Estados Unidos proceden principalmente de México, Centroamérica y el Caribe, la mayoría no ha terminado la educación secundaria, tiene ocupaciones manuales y no cualificadas del sector servicios y está de forma desproporcionada en situación irregular. Estas diferencias transnacionales en la selectividad tienen un potencial significativo para generar diferencias en el proceso de inserción en el mercado de trabajo.
Obviamente, para poder comparar los resultados en el mercado laboral es necesario tener en cuenta las cuestiones lingüísticas, porque la falta de competencia en la lengua del país anfitrión constituye inevitablemente un obstáculo para el éxito económico. La lengua no es un problema para los inmigrantes latinos de España, por supuesto, porque la mayoría son hispanohablantes de nacimiento (aunque hay algunos que hablan dialectos indígenas). En cambio, en Estados Unidos los inmigrantes latinos son angloparlantes no nativos en una economía de habla inglesa, lo que les pone en clara desventaja. En España, los inmigrantes latinos no sólo experimentan un proceso más fácil de inserción en el mercado de trabajo debido a su competencia lingüística; también les es más fácil convertir la formación y educación recibidas en su país en logros en la economía del país anfitrión, dado que la lengua de instrucción y aprendizaje es la misma en ambas naciones. El estatus de irregular está mucho más estigmatizado en Estados Unidos que en España, dada la reciente legislación estadounidense que ha incrementado las penalizaciones por violar la ley de inmigración (Massey, Durand y Pren 2009; Massey 2012).
La oposición a promulgar cualquier legalización o regularización es también mayor en Estados Unidos que en España. Mientras la última regularización en Estados Unidos tuvo lugar en 1986, España ha ofrecido sucesivas rondas de regularización a sus inmigrantes irregulares, siendo la última entre febrero y mayo de 2005 (Lopez-Pabón 2007). En general, pues, esperamos que los inmigrantes irregulares estén sujetos en Estados Unidos a niveles mayores de exclusión y discriminación. Aunque todos los inmigrantes de la NIS eran regulares en el momento de la encuesta, los que habían sido irregulares antes de la encuesta habían tenido la mayor parte de su experiencia en el mercado siendo ilegales y acababan de legalizar su situación para poder disfrutar de derechos laborales plenos en Estados Unidos.
Con el fin de considerar las diferencias de participación en el mercado de trabajo, hacemos regresiones logísticas para predecir la probabilidad de empleo en España y Estados Unidos dadas las variables demográficas y de capital humano indicadas en la tabla 2 y los controles por región de origen (los tamaños de la muestra son insuficientes para incluir controles por países). El empleo lo definen los entrevistados cuando se les pregunta por su estatus laboral.5 Para explicar el posible agrupamiento de respuestas debido a la heterogeneidad no observada en el nivel regional, usamos el comando de cluster de STATA en el nivel estatal en Estados Unidos y en el nivel provincial en España.6 Cada análisis en ambas bases de datos es replicado para todos los inmigrantes, tanto para los regulares como para los irregulares. Los coeficientes en negrita denotan diferencias estadísticamente distintas (t-test ponderado) entre las estimaciones estadísticamente significativas en las bases de datos.7
Las columnas de la izquierda de la tabla 3 muestran los modelos de empleo estimados para todos los inmigrantes latinos en España y Estados Unidos. Ceteris paribus, los centroamericanos en ambos países tienden menos a estar ocupados que los sudamericanos, pero el efecto negativo es mayor y más significativo en Estados Unidos que en España. En cambio, los inmigrantes caribeños tienden también menos a estar ocupados que los sudamericanos en España y Estados Unidos. Por lo que concierne a las características demográficas, las probabilidades de trabajar son significativamente menores para las mujeres en ambos países, pero el efecto negativo de ser mujer es mayor en Estados Unidos que en España, una pauta que se revela diferente, sin embargo, cuando los inmigrantes irregulares de España se valoran por separado. Aquí, las mujeres tienen más ventaja para obtener empleo en comparación con los hombres irregulares. La edad tiene el efecto curvilíneo esperado en ambos países y para los dos estatus legales, como indica el efecto positivo de la edad y el efecto negativo de su cuadrado. Como es bien sabido, las probabilidades de empleo aumentan en las primeras edades de trabajar, alcanzan una cima y luego se reducen en las edades maduras.
Tabla 3.
Efecto de las variables seleccionadas en la probabilidad de empleo
TODOS LOS INMIGRANTES | INMIGRANTES REGULARES | INMIGRANTES IRREGULARES | ||||
---|---|---|---|---|---|---|
| ||||||
España | EEUU | España | EEUU | España | EEUU | |
Región (REF= Sudamérica ) | ||||||
| ||||||
América Central | −0,046 (0,367) | −0,433 (0,131)** | 0,583 (0,445) | −0,325 (0,209) | −0,733 (0,367)* | −1,121 (0,587) |
Caribe | −0,490 (0,196)* | −0,487 (0,199)* | −0,328 (0,187) | −0,537 (0,209)* | −2,270 (0,529)*** | −0,835 (0,645) |
| ||||||
Información demográfica | ||||||
| ||||||
Edad | 0,153 (0,031)*** | 0,100 (0,030)*** | 0,161 (0,037)*** | 0,131 (0,055)* | 0,134 (0,080)*** | 0,077 (0,033)*** |
Edad al cuadrado | −0,002 (0,000)*** | −0,002 (0,000)*** | −0,002 (0,000)*** | −0,002 (0,001)** | −0,002 (0,001)*** | −0,001 (0,000)** |
Mujer | −0,480 (0,091)*** | −0,672 (0,123)*** | −0,744 (0,112)*** | −0,711 (0,196)*** | 0,520 (0,225)* | −0,692 (0,167) |
Casado | 0,836 (0,278)** | 0,074 (0,191) | 0,869 (0,333)* | −0,210 (0,367) | 1,000 (0,556) | 0,336 (0,272) |
Hijos | −0,081 (0,069) | −0,040 (0,055) | −0,056 (0,080) | −0,063 (0,086) | −0,194 (0,150) | 0,008 (0,063) |
| ||||||
Capital humano y social | ||||||
| ||||||
Educación secundaria | 0,027 (0,010) | 0,131 (0,118) | 0,016 (0,104) | 0,100 (0,196) | 0,184 (0,205) | 0,015 (0,148) |
Años de experiencia | 0.033 (0,009)*** | 0,053 (0,017)** | 0,029 (0,008)** | 0,100 (0,029)** | 0,144 (0,056)* | 0,034 (0,031) |
Padres | 0,138 (0,169) | −0,064 (0,164) | 0,095 (0,187) | 0,095 (0,168) | 0,560 (0,357) | −0,161 (0,185) |
Cónyuge | −0,857 (0,282)* | 0,199 (0,223) | −0,958 (0,340)* | 0,401 (0,385) | −0,623 (0,514) | 0,007 (0,331) |
Irregular | −0,207 (0,150) | 0,388 (0,118)* | ||||
Intercept | −0,985 (0,592) | 0,176 (0,475) | −0,943 (0,645) | −0,216 (0,910) | −1,914 (1,415) | 1,513 (0,603) |
Pseudo-R2 | 0,04 | 0,10 | 0,04 | 0,13 | 0,08 | 0,04 |
| ||||||
N | 3.451 | 1.765 | 2.890 | 764 | 561 | 1001 |
p<.05
p<.01
p<.001, dos colas
Errores típicos entre paréntesis
Las cifras en negrita indican que la diferencia en los coeficientes entre España y los EEUU es significativa p<0,05
Fuentes: New Immigrant Survey (NIS) 2004; Encuesta Nacional de Inmigrantes (ENI) 2007
En términos de capital humano, esperamos por lo general que una mayor experiencia en el país anfitrión incremente las probabilidades de empleo al aumentar las compensaciones potenciales del trabajo. Estas expectativas se confirman ampliamente entre los inmigrantes latinos de los Estados Unidos y España, entre quienes cada año de experiencia incrementa las probabilidades un 3% en España [exp(0,033)=1,03] y un 5% en Estados Unidos [exp(0,053)=1,05]. En términos de capital social, esperamos que el efecto de tener un lazo social con otro inmigrante sea positivo en la medida en que éste puede ayudar a encontrar trabajo y en la medida en que es un complemento más que un sustituto del propio empleo del inmigrante. De acuerdo con este razonamiento, tener un progenitor inmigrante ni incrementa ni reduce las probabilidades de empleo entre los inmigrantes latinos en España o Estados Unidos, mientras tener un cónyuge inmigrante reduce la probabilidad de trabajar en España.
Volviendo al efecto de la regularización en sí, observamos que el estatus de irregular incrementa las probabilidades de empleo entre los inmigrantes de Estados Unidos, pero carece de efecto en España. De acuerdo con nuestras estimaciones, los inmigrantes irregulares en los Estados Unidos tienen un 47% más de probabilidades de estar empleados [exp(0,388)=1,47] que aquellos que carecen de experiencia anterior como irregulares. Una manera de lograr el estatus legal en Estados Unidos es, por supuesto, mediante el patrocinio del empresario, posiblemente seleccionando inmigrantes ocupados de forma desproporcionada entre la población de aquellos elegibles para ser incluidos en la NIS. Sin embargo, muchos latinoamericanos logran entrar legalmente recurriendo a su familia más que a sus lazos ocupacionales y, lo que quizás es más importante, el hecho de que los inmigrantes irregulares de los Estados Unidos carecen prácticamente de acceso a los servicios sociales o a una ayuda material si carecen de trabajo es lo que obliga a los irregulares a trabajar o a marcharse del país.
Las columnas de la derecha y de en medio muestran modelos estimados por separado para los inmigrantes regulares e irregulares en cada país. De acuerdo con las características demográficas y de capital social/humano, esta diferencia no genera ningún cambio notable en comparación con la ecuación general, pero los efectos de la región son muy diferentes. La verdadera historia de los orígenes regionales entre España y Estados Unidos se puede observar con claridad una vez que se consideran los inmigrantes irregulares por separado. Entre los irregulares no encontramos diferencias estadísticamente significativas por región en los Estados Unidos, mientras en España los centroamericanos tienen una probabilidad sustancialmente menor de empleo [1-exp(−0,733)=52%] en comparación con los sudamericanos, y los inmigrantes caribeños muestran una desventaja laboral aún mayor, con menos de un 90% de probabilidades de trabajar (1-exp(−2,270)). Estas diferencias reflejan más bien el fuerte aumento de la inmigración irregular en ocupaciones manuales y no cualificadas y el hecho de que los centroamericanos y los caribeños no puedan acceder tan fácilmente a las redes sudamericanas.
El logro ocupacional en España y Estados Unidos
En relación con el empleo, nos ocupamos ahora del logro ocupacional calculando un modelo logit multinomial para predecir la probabilidad de ocupar un puesto de trabajo no cualificado y la de ocupar uno cualificado en el sector servicios frente a la de tener un trabajo manual. El panel superior de la tabla 4 indica las ecuaciones estimadas para predecir la probabilidad de tener un trabajo no cualificado en los servicios frente a un puesto de trabajo manual, mientras el panel inferior muestra la ecuación estimada para predecir la ocupación de un puesto de trabajo cualificado en los servicios frente a un puesto de trabajo manual. De nuevo, estimamos modelos separados para los inmigrantes latinos en España y Estados Unidos y para regulares e irregulares en cada país.
Tabla 4.
Efecto de las variables seleccionadas en la probabilidad de estar empleado en una ocupación cualificada o no cualificada
TODOS LOS INMIGRANTES | INMIGRANTES REGULARES | INMIGRANTES IRREGULARES | ||||
---|---|---|---|---|---|---|
| ||||||
España | EEUU | España | EEUU | España | EEUU | |
Servicios no cualificados frente a manuales | ||||||
| ||||||
Región (REF= Sudamérica ) | ||||||
| ||||||
América Central | 0,748 (0.254)** | −0,636 (0.213)** | 0,824 (0.363)* | −0,362 (0.352) | 0,489 (0.512) | −1,119 (0.321)*** |
Caribe | 0,331 (0.142)* | −0,834 (0.222)*** | 0,357 (0.145)* | −0,679 (0.302)* | −0,088 (0.614) | −0,881 (0.630) |
| ||||||
Información demográfica | ||||||
| ||||||
Edad | −0,062 (0.031)* | −0,049 (0.024)* | −0,077 (0.043) | −0,090 (0.081) | 0,026 (0.075) | −0,017 (0.026) |
Edad al cuadrado | 0,001 (0.000) | 0,001 (0.000) | 0,001 (0.001) | 0,001 (0.001) | 0,000 (0.001) | 0,000 (0.000) |
Mujer | 1,226 (0.135)*** | 1,601 (0.214)*** | 1,265 (0.133)*** | 1,592 (0.326)*** | 1,060 (0.228)*** | 1,616 (0.197) |
Casado | −0,353 (0.312) | −0,080 (0.372) | −0,281 (0.338) | 0,448 (0.570) | −0,701 (0.480) | −0,344 (0.449) |
Hijos | −0,164 (0.060)** | −0,051 (0.046) | −0,154 (0.067)* | −0,217 (0.103)* | −0,215 (0.129) | 0,017 (0.050) |
| ||||||
Capital humano y social | ||||||
| ||||||
Educación secundaria | 0,419 (0.109)*** | 0,083 (0.130) | 0,415 (0.106)*** | 0,163 (0.215) | 0,458 (0.325) | −0,015 (0.149) |
Años de experiencia | 0,015 (0.007)* | 0,027 (0.011)* | 0,018 (0.007)** | 0,028 (0.015) | −0,061 (0.044) | 0,027 (0.010)** |
Padres | 0,091 (0.137) | −0,494 (0.226)* | 0,053 (0.165) | −0,522 (0.346) | 0,414 (0.350) | −0,456 (0.178)* |
Cónyuge | 0,507 (0.333) | −0,221 (0.350) | 0,452 (0.363) | −0,450 (0.427) | 0,753 (0.552) | −0,185 (0.440) |
Irregular | −0,227 (0.142) | −0,086 (0.114) | ||||
Intercept | −0,527 (0.569) | 0,836 (0.650) | −0,297 (0.795) | 1,280 (1.659) | −1,945 (1.249) | 0,788 (0.560) |
| ||||||
Cualificados/ profesionales frente a manuales | ||||||
| ||||||
Región (REF= Sudamérica ) | ||||||
| ||||||
América Central | 1,858 (0.248)** | −0,388 (0.250) | 1,962 (0.304)*** | −0,140 (0.033) | 1,639 (0.569)** | −1,190 (0.532) |
| ||||||
Caribe | 0,100 (0.203) | −0,660 (0.429) | 0,140 (0.200) | −0,813 (0.347)* | −33,583 (0.512)*** | 0,395 (0.590) |
| ||||||
Información demográfica | ||||||
| ||||||
Edad | 0,021 (0.031) | −0,112 (0.027)*** | 0,020 (0.031) | −0,093 (0.093) | 0,026 (0.150) | −0,101 (0.029)*** |
Edad al cuadrado | 0,000 (0.000) | 0,001 (0.000)*** | 0,000 (0.000) | 0,001 (0.001) | −0,001 (0.002) | 0,001 (0.000)** |
Mujer | −0,163 (0.094) | 1,252 (0.153)*** | −0,102 (0.103) | 1,214 (0.215)* | −0,673 (0.325) | 1,331 (0.228)*** |
Casado | −0,686 (0.210)** | 0,136 (0.320) | −0,757 (0.238)** | 0,483 (0.627) | −0,041 (0.392) | −0,459 (0.503) |
Hijos | −0,088 (0.057) | −0,121 (0.063) | −0,097 (0.063) | −0.359 (0.124)** | 0,024 (0.130) | 0,063 (0.080) |
| ||||||
Capital humano y social | ||||||
| ||||||
Educación secundaria | 1,222 (0.138)*** | 1,750 (0.230)*** | 1,284 (0.146)*** | 2,261 (0.407)*** | 0,703 (0.365) | 1,350 (0.168) *** |
Años de experiencia | 0,076 (0.006)*** | 0,050 (0.014)*** | 0,076 (0.007)*** | 0,041 (0.014)** | 0,094 (0.074) | 0,073 (0.020)*** |
Padres | 0,138 (0.153) | −0,055 (0.135) | 0,170 (0.159) | −0,092 (0.219) | −0,642 (0.622) | 0,047 (0.160) |
Cónyuge | 1,023 (0.200)*** | −0,044 (0.228) | 1,060 (0.226)*** | 0,378 (0.600) | 0,776 (0.454) | −0,386 (0.300) |
Irregular | −0,727 (0.250)** | −0,708 (0.293)* | ||||
| ||||||
Intercept | −2,285 (0.532)*** | 0,370 (0.701) | −2,354 (0,586)*** | −0,904 (1.695) | −2,306 (2.681) | 0,452 (0.941) |
Pseudo-R2 | 0,12 | 0,13 | 0,12 | 0,15 | 0,08 | 0,120 |
N | 2981 | 1457 | 2520 | 581 | 461 | 876 |
p<.05
p<.01
p<.001, dos colas
Errores típicos entre paréntesis
Las cifras en negrita indican que la diferencia en los coeficientes entre España y los EEUU es significativa p<0,05
Fuentes: New Immigrant Survey (NIS) 2004; Encuesta Nacional de Inmigrantes (ENI) 2007
Examinamos primero nuestros controles demográficos y observamos que las mujeres tienen en general más probabilidades de trabajar en los servicios que en trabajos manuales, y que el efecto de ser mujer es mayor en Estados Unidos que en España. De igual modo, a mayor edad menor es la probabilidad de trabajar en puestos de trabajo no cualificados en los servicios tanto en España como en Estados Unidos y se reducen las probabilidades de trabajar en puestos de trabajo cualificados en el sector servicios en Estados Unidos. Mientras estar casado y tener hijos no afecta al logro ocupacional en Estados Unidos, los hijos en España reducen las probabilidades de tener un puesto de trabajo no cualificado en los servicios, y estar casado reduce las probabilidades de tener un puesto de trabajo profesional/cualificado.
Con respecto a los orígenes regionales, en España los inmigrantes procedentes de Centroamérica y el Caribe tienden más que los sudamericanos a trabajar en los servicios no cualificados, y los centroamericanos tienden más a trabajar en los servicios profesionales o cualificados también. De acuerdo con nuestras estimaciones, los centroamericanos en España son aproximadamente dos veces más tendentes a ocupar un puesto de trabajo no cualificado en el sector servicios que un trabajo manual en comparación con los inmigrantes sudamericanos [exp(0,75)=2,11] y el factor aumenta a seis [exp(1,86)=6,42] en el caso de ocupar puestos de trabajo cualificados en el sector servicios. En cambio, los efectos del origen centroamericano y caribeño son negativos en Estados Unidos para predecir el trabajo en puestos en el sector servicios tanto cualificados como no cualificados, aunque sólo el primer efecto es estadísticamente significativo.
En general, esta pauta de efectos es coherente con el escenario de selección que hemos bosquejado anteriormente, donde los inmigrantes centroamericanos y caribeños relativamente poco cualificados van a Estados Unidos, mientras los que tienen formación y educación van a España. En efecto, la educación está fuerte y positivamente relacionada con el logro ocupacional en España, donde la educación secundaria aumenta un 53% [exp(0,42)=1,52] las probabilidades de tener un puesto de trabajo no cualificado en el sector servicios y eleva en un factor de 3,4 [exp(1,22)=3,39] las probabilidades de tener un puesto de trabajo cualificado en el sector servicios. Aunque la educación secundaria también incrementa considerablemente las probabilidades de tener un puesto de trabajo cualificado en el sector servicios en Estados Unidos [exp(1,75)=5,75], carece de efecto en las probabilidades de tener un puesto de trabajo no cualificado en los servicios.
En ambos países, una experiencia mayor en el país anfitrión aumenta la probabilidad de trasladarse desde las ocupaciones manuales hasta los trabajos cualificados y no cualificados. Así, cada año adicional de experiencia incrementa las probabilidades de trabajar en servicios no cualificados un 2% en España [exp (0,02)=1,02] y un 3% en Estados Unidos [exp (0,03)=1,03], e incrementa las probabilidades de trabajar en servicios cualificados un 8% en España [exp(0,08)=1,08] y un 5% en Estados Unidos [exp (0,05)=1,05]. En ningún caso, las diferencias entre España y Estados Unidos son estadísticamente significativas.
En términos de capital social, tener al cónyuge consigo en España aumenta las probabilidades de tener una ocupación cualificada en servicios un factor de 2,8 [exp (1,02)=2,77], dependiendo del hecho de estar casado (que en sí reduce las probabilidades de trabajar en servicios cualificados). Tener al cónyuge consigo carece de efecto en el logro ocupacional en Estados Unidos, pero tener consigo a un progenitor parece reducir la probabilidad de trabajar en servicios no cualificados, aunque carece de efecto en las probabilidades de trabajar en servicios cualificados.
Por último, el estatus de irregular no influye en la probabilidad relativa de trabajar en los servicios no cualificados ni en España ni en Estados Unidos, pero tiene una influencia negativa igualmente fuerte en la probabilidad de tener un puesto de trabajo cualificado en los servicios en ambos países, reduciendo las probabilidades cerca de un 50% en ambos casos [exp (−0,71)=0,49]. A pesar del importante efecto negativo en el estatus legal, ni los efectos de las diferentes variables ni las diferencias entre los países cambian mucho cuando se calculan las ecuaciones separadamente por estatus legal. El único cambio pequeño es que el efecto negativo del origen centroamericano se acentúa entre los inmigrantes irregulares en Estados Unidos y el efecto positivo de la educación secundaria disminuye.
Determinación del salario desde una perspectiva binacional
En la última fase de nuestro análisis consideramos en qué medida los salarios se ven afectados por el origen regional, las características demográficas, el capital humano y el capital social manteniendo constante el efecto del logro ocupacional; y lo hacemos usando OLS (mínimos cuadrados ordinarios) para hacer una regresión de los logaritmos de los salarios (expresados en dólares constantes PPA de 2007) sobre esas variables relativas al empleo. Los resultados del ejercicio se presentan en la tabla 5. Las columnas de la izquierda muestran las regresiones salariales estimadas para España y Estados Unidos. Como estamos trabajando con logaritmos de salarios, los coeficientes pueden interpretarse como cambios porcentuales en las tasas salariales atribuibles a un cambio de unidad en la variable que se está considerando.
Tabla 5.
Efecto de las variables seleccionadas en el promedio del logaritmo del salario por hora de los ocupados
TODOS LOS INMIGRANTES | INMIGRANTES REGULARES | INMIGRANTES IRREGULARES | ||||
---|---|---|---|---|---|---|
| ||||||
España | EEUU | España | EEUU | España | EEUU | |
Región (REF= Sudamérica ) | ||||||
| ||||||
América Central | 0,113 (0.056)* | −0,002 (0.071) | 0,163 (0.051)** | −0,032 (0.048) | −0,110 (0,121) | 0,057 (0.128) |
Caribe | 0,035 (0.035) | −0,110 (0.051)* | 0,038 (0.038) | −0,113 (0.031)** | −0,170 (0.091) | 0,062 (0.091) |
| ||||||
Información demográfica | ||||||
| ||||||
Edad | 0,003 (0.005) | 0,022 (0.010)* | 0,001 (0.006) | 0,017 (0.009) | 0,023 (0.016) | 0,027 (0.011)* |
Edad al cuadrado | 0,000 (0.000) | 0,000 (0.000)* | 0,000 (0.000) | 0,000 (0.000) | 0,000 (0.000) | 0,000 (0.000) |
Mujer | −0,202 (0.020)*** | −0,239 (0.022)*** | −0,207 (0.021)*** | −0,211 (0.044)*** | −0,169 (0.042)*** | −0,258 (0.021)*** |
Casado | −0,013 (0.036) | 0,011 (0.039) | −0,008 (0.047) | −0,063 (0.121) | −0,022 (0.049) | −0,003 (0.034) |
Hijos | 0,006 (0.008) | 0,023 (0.010)* | 0,002 (0.009) | 0,056 (0.017)** | 0,026 (0.024) | 0,017 (0.010) |
| ||||||
Estatus ocupacional (REF= Peones) | ||||||
| ||||||
Servicios no cualificados | −0,097 (0.029)** | −0,093 (0.023)*** | −0,088 (0.030)** | −0,053 (0.044) | −0,134 (0.051)* | −0,110 (0.025)*** |
Servicios cualificados | 0,137 (0.031)*** | 0,161 (0.045)** | 0,144 (0.033)*** | 0,287 (0.055)*** | 0,079 (0.070) | 0,020 (0.046) |
| ||||||
Capital humano y social | ||||||
| ||||||
Educación secundaria | 0,094 (0.021)*** | 0,160 (0.040)*** | 0,095 (0.021)*** | 0,169 (0.040)*** | 0,096 (0.047)* | 0,131 (0.060)* |
Años de experiencia | 0,094 (0.002)*** | 0,012 (0.002)*** | 0,012 (0.002)*** | 0,019 (0.003)*** | 0,036 (0.009)*** | 0,008 (0.002)*** |
Padres | −0,014 (0.025) | −0,060 (0.021)** | −0,013 (0.025) | −0,109 (0.050)* | 0,012 (0.089) | −0,012 (0.027) |
Cónyuge | 0,061 (0.046) | 0,031 (0.034) | 0,049 (0.057) | 0,133 (0.123) | 0,109 (0.056) | −0,006 (0.028) |
Irregular | −0,120 (0.018)*** | −0,003 (0.024) | ||||
| ||||||
Intercept | 1,545 (0.109)*** | 1,813 (0.219)*** | 1,584 (0.108)*** | 1,707 (0.204)*** | 1,012 (0.277) | 1,842 (0.310)*** |
| ||||||
Pseudo-R2 | 0,44 | 0,41 | 0,44 | 0,45 | 0,44 | 0,37 |
| ||||||
N | 2.900 | 1.228 | 2.452 | 492 | 448 | 736 |
p<.05
p<.01
p<.001, dos colas.
Errores típicos entre paréntesis
Las cifras en negrita indican que la diferencia en los coeficientes entre España y los EEUU es significativa p<0,05
Fuentes: New Immigrant Survey (NIS) 2004; Encuesta Nacional de Inmigrantes (ENI) 2007
En ambos países las mujeres inmigrantes ganan menos que los varones inmigrantes, cerca de un 20% menos en España y un 24% menos en Estados Unidos, una diferencia significativa que posiblemente indica que hay más discriminación de género en Estados Unidos que en España. Se observa la clásica pauta curvilínea de los salarios en relación con la edad entre los inmigrantes latinos en Estados Unidos, pero no en España, donde la edad no afecta a los salarios. Mientras los salarios obtenidos en Estados Unidos aumentan un 2% con cada hijo presente, el efecto de los hijos no es significativo en España (aunque la estimación de punto del 1% no es estadísticamente diferente de los Estados Unidos). Tener un progenitor consigo reduce el salario en Estados Unidos un 6%, mientras en España el efecto es negativo pero no significativo (aunque, una vez más, los dos países no son estadísticamente diferentes). En cuanto a la región, proceder de Centroamérica aumenta los salarios un 11% en España en comparación con los sudamericanos, mientras en Estados Unidos el origen centroamericano carece de efecto, pero el origen caribeño sí reduce el salario un 11%.
Ceteris paribus, los logros ocupacionales proporcionan virtualmente la misma compensación salarial en ambos países, donde las ocupaciones no cualificadas en servicios reducen los salarios un 9%–10% frente a los trabajos manuales y las ocupaciones cualificadas en los servicios, que los aumentan un 14%–16%. Aunque la educación secundaria se asocia con mayores salarios en ambas naciones, la diferencia salarial es significativamente mayor en Estados Unidos que en España, lo que es curioso dada la expectativa de una mayor convertibilidad en España de los estudios cursados en Latinoamérica. En Estados Unidos, la educación secundaria se asocia con un aumento salarial del 16%, mientras en España este aumento es sólo del 9%. En cuanto a la experiencia en el país anfitrión, descubrimos la pauta contraria. Aunque los salarios aumentan con la experiencia en ambos países, el incremento es mayor en España, donde los salarios aumentan el 9% con cada año de experiencia, que en Estados Unidos, con un aumento de sólo el 1%. Después de tener en cuenta las variables del modelo, los intercepts no son significativamente diferentes, lo que implica que la diferencia salarial España-Estados Unidos observada en la tabla 2 es totalmente atribuible a las diferencias en las características de los inmigrantes más que a las diferencias en el modo en que se retribuyen esas características.
El principal efecto del estatus legal es significativamente negativo en España, pero no en Estados Unidos. Mientras estar ilegalmente en España reduce los salarios un 12%, haber sido irregular en Estados Unidos carece de efecto en los salarios que ganan los inmigrantes latinos, una diferencia transnacional que es estadísticamente muy significativa. Esta diferencia puede reflejar simplemente las distintas definiciones de estatus legal utilizadas para cada país —ser irregular frente a haberlo sido— pero las ecuaciones que aparecen en la parte derecha y en medio de la tabla revelan algunas diferencias interesantes por estatus legal.
Por ejemplo, la pauta regional que se ha observado antes sólo se da entre los inmigrantes legales, y mientras el efecto negativo de ser mujer se aprecia en todas las categorías legales del país, la penalización es significativamente mayor en Estados Unidos para las mujeres que son irregulares en comparación con las que son regulares. También hallamos una acentuación de los efectos negativos en relación con el estatus ocupacional. En ambos países la influencia negativa de trabajar en los servicios no cualificados se acentúa entre los inmigrantes irregulares. En cambio, las recompensas positivas de una ocupación cualificada sólo se aprecian entre los inmigrantes regulares y el efecto es mucho mayor en Estados Unidos, donde la diferencia salarial es del 29%, que en España, donde es el 14% (una diferencia significativa). De igual modo, si bien la educación secundaria se ve recompensada en todas las categorías legales y nacionales, en Estados Unidos las recompensas parecen ser mayores entre los inmigrantes regulares (17% frente al 13%) mientras son las mismas para ambos grupos de estatus en España (10%). En general, la condición de irregular parece exacerbar los efectos negativos y mitigar los efectos positivos en el modelo.
Hasta ahora sólo hemos señalado que el idioma representa necesariamente un papel diferente a la hora de condicionar la inserción de los latinoamericanos en el mercado de trabajo en España y Estados Unidos, pero no hemos hecho nada para controlarlo directamente con el fin de mantener las ecuaciones estimadas idénticas en los dos países. Es importante comprender, no obstante, el papel que representa el idioma en la asimilación, por lo que hemos estimado también ecuaciones de empleo, ocupacionales y salariales para los latinos en Estados Unidos que incluyen un indicador ordinal de competencia en inglés que va de 1 (ninguna) a 4 (muy buena). Por razones de brevedad, no presentamos estos resultados alternativos para las ecuaciones que predicen el empleo o el logro ocupacional.
En general, la inclusión de la capacidad lingüística en inglés ha generado cambios muy pequeños en los efectos de otras variables que predicen el empleo, y sólo cambios modestos en los efectos en el modelo del logro ocupacional. Aquí nos centramos en los efectos que tiene controlar por la capacidad en inglés en el proceso de la determinación del salario. La tabla 6 repite el análisis de la tabla 5, pero incluye nuestro indicador de capacidad lingüística en inglés en las ecuaciones para Estados Unidos. Como era de esperar, las nuevas ecuaciones revelan un efecto positivo fuerte de la capacidad lingüística en inglés: cuanta más competencia en inglés, mayor es el salario obtenido en Estados Unidos. El efecto principal de controlar por la capacidad en inglés en los modelos para Estados Unidos es reducir el efecto manifiesto de la educación en los salarios, generando compensaciones que son ahora comparables a las observadas entre los inmigrantes latinos en España. En otras palabras, no controlar por la capacidad lingüística conduce a una sobreestimación del efecto de la educación en los salarios en Estados Unidos, porque la capacidad en inglés está obviamente relacionada con la educación. Una vez que se mantiene constante la capacidad en inglés, el coeficiente asociado con la educación secundaria cae de 0,160 a 0,096 en la ecuación general (en comparación con un valor de 0,094 para los latinos en España). De modo similar, entre los inmigrantes regulares, controlar por la capacidad lingüística reduce el coeficiente de la ecuación desde 0,169 hasta 0,108 (en comparación con 0,096 en España), mientras entre los inmigrantes irregulares la disminución es de 0,131 a 0,087 (en comparación con 0,095 en España). Dicho de otro modo, una vez que se mantienen constantes las diferencias lingüísticas, las recompensas de la educación son las mismas en ambos lugares para los inmigrantes regulares e irregulares.
Tabla 6.
Efecto de las variables seleccionadas en el logaritmo del salario medio por hora controlando por la competencia en inglés en los EEUU
TODOS LOS INMIGRANTES | INMIGRANTES REGULARES | INMIGRANTES IRREGULARES | ||||
---|---|---|---|---|---|---|
| ||||||
España | EEUU | España | EEUU | España | EEUU | |
Región (REF= Sudamérica) | ||||||
| ||||||
América Central | 0,113 (0.056)* | −0,002 (0.071) | 0,163 (0.051)** | −0,028 (0.046) | −0,110 (0.121) | 0,063 (0.131) |
Caribe | 0,035 (0.035) | −0,065 (0.052) | 0,038 (0.038) | −0,072 (0.032)* | −0,170 (0.091) | 0,111 (0.095) |
| ||||||
Información demográfica | ||||||
| ||||||
Edad | 0,003 (0.005) | 0,027 (0.011)* | 0,001 (0.006) | 0,025 (0.010)* | 0,023 (0.016) | 0,029 (0.012)* |
Edad al cuadrado | 0,000 (0.000) | 0,000 (0.000)* | 0,000 (0.000) | 0,000 (0.000)* | 0,000 (0.000) | 0,000 (0.000)** |
Mujer | −0,202 (0.020)*** | −0,220 (0.018)*** | −0,207 (0.021)*** | −0,195 (0.034)*** | −0,169 (0.042)*** | −0,243 (0.021)*** |
Casado | −0,013 (0.036) | 0,006 (0.040) | −0,008 (0.047) | −0,080 (0.112) | −0,022 (0.049) | −0,003 (0.034) |
Hijos | 0,006 (0.008) | 0,024 (0.010)* | 0,002 (0.009) | 0,058 (0.017) | 0,026 (0.024) | 0,017 (0.010) |
| ||||||
Estatus ocupacional (REF= Peones) | ||||||
| ||||||
Servicios no cualificados | −0,097 (0.029)** | −0,112 (0.024)*** | −0,088 (0.030)** | −0,074 (0.037) | −0,134 (0.051)* | −0,123 (0.025)*** |
Servicios cualificados | 0,137 (0.031)*** | 0,105 (0.048)* | 0,144 (0.033)*** | 0,207 (0.051)*** | 0,079 (0.070) | −0,011 (0.049) |
| ||||||
Capital humano y social | ||||||
| ||||||
Inglés | 0,097 (0.022)*** | 0,121 (0.043)** | 0,063 (0.020)** | |||
Educación secundaria | 0,094 (0.021)*** | 0,096 (0.041)* | 0,095 (0.021)*** | 0,108 (0.048)* | 0,096 (0.047)* | 0,087 (0.054) |
Años de experiencia | 0,094 (0.002)*** | 0,009 (0.001)*** | 0,012 (0.002)*** | 0,012 (0.002)*** | 0,036 (0.009)*** | 0,007 (0.002)** |
Padres | −0,014 (0.025) | −0,071 (0.022)** | −0,013 (0.025) | −0,120 (0.049)* | 0,012 (0.089) | −0,019 (0.027) |
Cónyuge | 0,061 (0.046) | 0,037 (0.032) | 0,049 (0.057) | 0,138 (0.115) | 0,109 (0.056) | 0,000 (0.028) |
Irregular | −0,120 (0.018)*** | 0,007 (0.024) | ||||
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Intercept | 1,545 (0.109)*** | 1,509 (0.246)*** | 1,584 (0.108)*** | 1,326 (0.264)*** | 1,012 (0.277)*** | 1,650 (0.336)*** |
Pseudo-R2 | 0,44 | 0,40 | 0,44 | 0,44 | 0,44 | 0,37 |
N | 2900 | 1228 | 2452 | 492 | 448 | 736 |
p<.05
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p<.001, dos colas.
Errores típicos entre paréntesis
Las cifras en negrita indican que la diferencia en los coeficientes entre España y los EEUU es significativa p<0,05
Fuentes: New Immigrant Survey (NIS) 2004; Encuesta Nacional de Inmigrantes (ENI) 2007
Conclusiones
Aunque Latinoamérica tiene una larga historia de emigración a Estados Unidos, la migración internacional desde Latinoamérica a España es más reciente. En efecto, en la década de los 70 España seguía enviando inmigrantes a Latinoamérica más que al contrario. Esta pauta se invirtió cuando España entró en la Unión Europea en 1986, preludiando una expansión económica que creó una demanda sostenida de mano de obra que se satisfizo cada vez más con la inmigración, incluyendo los nuevos movimientos procedentes de las antiguas colonias españolas en las Américas. En España, la inmigración procedente de toda Latinoamérica empezó casi al mismo tiempo, mientras en Estados Unidos fue México el primer país que envió inmigrantes, seguido de Cuba y la República Dominicana y luego de otros países de Centroamérica y Sudamérica.
Argüimos que debido a las realidades históricas y geográficas, para los latinoamericanos la elección de emigrar a España frente a Estados Unidos implica una opción entre la proximidad geográfica y la social. Las naciones de Centroamérica y el Caribe están geográficamente cerca pero socialmente distantes, mientras las de Sudamérica están geográficamente distantes de ambas naciones, pero socialmente mucho más próximas a España. Entre todos los países de Latinoamérica, la situación de México es única debido a su frontera de 3.000 kilómetros con Estados Unidos y una historia de cien años de emigración que ha dado lugar a redes muy desarrolladas que conectan las comunidades emisoras y receptoras a los dos lados de la frontera.
Las circunstancias han establecido diferentes pautas de selectividad migratoria desde los diferentes países de Latinoamérica. La migración desde México a Estados Unidos es menos selectiva dados los bajos costes financieros (debido a la proximidad geográfica) y los bajos costes sociales (debido a las redes establecidas) implicados en el viaje. La migración desde otros países de Centroamérica y el Caribe es más selectiva, pero estas naciones siguen estando lo suficientemente cerca como para que los costes del viaje sean bajos y haya redes de inmigrantes que, aunque no son tan grandes como las de los mexicanos, existen desde hace algunas décadas. La migración desde Sudamérica hacia ambas naciones se espera que sea más selectiva en términos de su origen de clase, dados los recursos financieros necesarios para poder conseguir un visado y comprar un billete de avión, pero socialmente los costes son mucho menores para España frente a Estados Unidos, porque en España no existe la barrera del idioma y las barreras culturales son menores.
En consecuencia, sostenemos, la migración latinoamericana a España debería ser predominantemente sudamericana y de clase media, mientras la migración a Estados Unidos debería ser predominantemente centroamericana y caribeña y de clase trabajadora y media-baja. Hemos confirmado esta línea de razonamiento emprendiendo el primer análisis comparado que se ha hecho hasta la fecha, al menos que nosotros sepamos, de la emigración latinoamericana a España y Estados Unidos, basándonos en dos nuevas fuentes de datos representativos. Nuestro estudio se ha basado en la Encuesta Nacional de Inmigrantes, una encuesta representativa de extranjeros residentes en España en 2007 y la New Immigrant Survey, una encuesta representativa de inmigrantes regulares que recibieron el estatus de residencia permanente en Estados Unidos en el año 2003.
No parece que una muestra extraída de una cohorte de inmigrantes latinos llegados a Estados Unidos y otra de la población de residentes latinos en España tengan mucho en común, pero en la práctica son más comparables de lo que cabría esperar. Ambas son encuestas transversales realizadas cuidadosamente que producen datos representativos de una muestra grande de inmigrantes latinoamericanos, y ambas fuentes incluyen tanto inmigrantes regulares como irregulares. En la ENI los inmigrantes irregulares son personas que vivían en España en el momento de la encuesta con un estatus ilegal y en la NIS son personas con experiencia de inmigrantes irregulares.
Nuestra comparación sistemática de las características de las dos muestras ha revelado claras diferencias en la selectividad geográfica y social entre los inmigrantes latinoamericanos en España y Estados Unidos. Como esperábamos, los inmigrantes latinoamericanos en España proceden principalmente de Sudamérica, han terminado la educación secundaria, trabajan en el sector servicios y tienen o están a punto de tener un estatus legal, mientras los inmigrantes latinos en los Estados Unidos proceden principalmente de México, Centroamérica y el Caribe y no han terminado los estudios secundarios. Son trabajadores manuales y trabajadores no cualificados del sector servicios y tienen predominantemente el estatus de irregulares.
Estas diferencias de selección socioeconómica y geográfica, combinadas con contextos muy distintos de recepción, plantean la posibilidad de diferencias significativas en las pautas y los procesos de asimilación que estudiamos centrándonos en el proceso de inserción en el mercado de trabajo. Aunque los inmigrantes caribeños tendían menos a estar ocupados en ambos países, tendían mucho menos a trabajar en España como inmigrantes irregulares que los inmigrantes irregulares similares en Estados Unidos. De modo similar, las mujeres tendían menos a trabajar que los varones en ambos países, pero la desventaja de ser mujer es mucho mayor en Estados Unidos que en España. De hecho, en España ser mujer se asocia en realidad a una mayor probabilidad de empleo. Es más, mientras las probabilidades de empleo variaban de forma curvilínea con la edad en cada país, el ascenso y descenso del empleo con la edad era más pronunciado en España que en Estados Unidos. Por último, mientras la experiencia de residencia en el país anfitrión incrementa las probabilidades de empleo en Estados Unidos, aumenta considerablemente más las probabilidades de trabajar en Estados Unidos.
Después de examinar los determinantes del empleo, examinamos la pauta del logro ocupacional en cada país entre los inmigrantes ocupados. En coherencia con el escenario de selección diferencial por región, hemos descubierto que los orígenes centroamericano y caribeño están positivamente asociados con la salida de las ocupaciones manuales en España, pero negativamente con este resultado en Estados Unidos. En ambas naciones, la educación y la experiencia en el país anfitrión guardan relación con tener puestos de trabajo en los servicios más que manuales, pero el efecto de la educación y la experiencia eran mayores a la hora de determinar el empleo cualificado que el empleo no cualificado en los servicios. Además, el efecto de la educación en las probabilidades de tener un puesto de trabajo cualificado en los servicios es mayor en los inmigrantes regulares que en los irregulares en ambos países, lo que apunta a las barreras a la movilidad ocupacional que impone la condición de ilegal.
El efecto del estatus legal es también apreciable en el proceso de determinación del salario. Entre los inmigrantes latinos en España, el estatus de irregular reduce los salarios aproximadamente un 12%. Si bien el principal efecto del estatus legal no es significativo entre los inmigrantes latinos en Estados Unidos, sí hemos descubierto que los efectos negativos de ciertas variables se acentúan y que los efectos positivos se reducen entre los inmigrantes irregulares. Aunque los inmigrantes latinos parecen inicialmente más capaces de traducir la educación en ventajas salariales en Estados Unidos, esta aparente ventaja desaparece una vez que se controla por la competencia en inglés. Los salarios en Estados Unidos aumentan considerablemente con la capacidad en inglés y, como los inmigrantes instruidos hablan mejor inglés, parte de ese efecto es captado por el coeficiente de educación cuando no se controla por el idioma.
Así, aunque nuestros análisis revelan procesos harto diferentes de selección social y geográfica entre los inmigrantes latinoamericanos en España y Estados Unidos, las pautas de inserción en el mercado de trabajo, el logro ocupacional y la determinación salarial son básicamente similares. Aun cuando existen diferencias en lo concerniente al tamaño de los efectos individuales, la pauta general de resultados es bastante parecida y las diferencias salariales que se observan en los datos descriptivos desaparecen una vez que se controla por las características de fondo. En ambas naciones se observan ventajas asociadas a variables como la experiencia y la educación y desventajas asociadas a ser mujer e irregular, y, en general, los factores que operan en beneficio de los inmigrantes no favorecen tanto a los que tienen un estatus ilegal.
En suma, aunque la realidad geográfica e histórica se combinan para conformar unas poblaciones de inmigrantes latinoamericanos con características muy diferentes en España y Estados Unidos, la manera en que son tratadas esas características en los mercados de trabajo español y estadounidense no difieren tanto y, controlando por esas características, los inmigrantes latinos en ambos países pueden esperar obtener los mismos resultados. Naturalmente, nuestro análisis tiene defectos importantes. La adaptación económica y la movilidad social son procesos de larga duración que transcurren en el tiempo, y aquí nos vemos obligados a confiar en muestras transversales y en cohortes sintéticas basadas en el tiempo vivido en el país anfitrión. Además, aunque nuestros descubrimientos apuntan a barreras similares asociadas al estatus legal, el estatus regular está medido de forma muy diferente en las dos muestras: en España es el estatus actual, mientras en Estados Unidos es el estatus previo. Si en la muestra de EE UU el estatus legal se definiera en función del status actual en lugar del previo, se podrían descubrir diferenciales mayores.
Por último está la cuestión de la apariencia física y la discriminación. La evidencia sí parece sugerir que los inmigrantes que son racialmente diferentes experimentan desventajas económicas tanto en España (Solé y Parella 2003) como en Estados Unidos (Hirsch 2008). Aunque la NIS incluye una medida independiente del tono de la piel, la ENI no lo hace, haciendo imposible investigar este factor comparativamente. Dado que los inmigrantes de países como Argentina, Chile y Uruguay tienden a tener apariencia europea, los inmigrantes de México y Centroamérica tienden a ser de apariencia mestiza y los inmigrantes del Caribe suelen ser de origen africano, la diferente selección geográfica entre España y Estados Unidos también implica una diferente selección racial, de forma que algunas de las desventajas observadas de ser de Centroamérica o del Caribe podrían reflejar diferencias de trato basadas en el color de la piel o la apariencia física, y no en el origen regional en sí.
Por lo tanto, el presente análisis debe considerarse un primer paso en el estudio comparado de la inmigración latina en dos sociedades receptoras distintivas y muy diferentes. A pesar de las insuficiencias que se han mencionado, esperamos, no obstante, que este estudio proporcione la base para otros estudios comparados, no sólo sobre los salarios sino sobre otros resultados importantes. La integración económica es sólo una dimensión de lo que constituye un proceso muy amplio de asimilación que incorpora las dimensiones social, cultural y política, además de la económica.
Footnotes
Los inmigrantes de Estados Unidos expresan su experiencia ilegal indicando que habían cruzado la frontera al menos una vez sin la documentación necesaria, mientras en España incluye a los que en el momento de la entrevista carecían de documentos, los habían solicitado recientemente o tenían un estatus residencial temporal, pero cambiaron su estatus entre febrero y mayo de 2005, cuando se ofreció una amplia regularización a los inmigrantes ilegales.
Aunque México pertenece geográficamente a Norteamérica, para propósitos clasificatorios aquí lo agrupamos junto a los demás países hispanohablantes de Centroamérica.
En la NIS, las ocupaciones manuales incluyen la agricultura, la pesca, la silvicultura, la construcción, la manufactura, el montaje, la preparación de comida, el transporte y los transportistas de material. Los servicios no cualificados incluyen la preparación de comida como servicio relacionado, la limpieza y los servicios de construcción, los asistentes de ocio, cuidadores y sirvientes y los empleados de ventas. Los servicios cualificados/trabajos cualificados incluyen directivos, administrativos y puestos gerenciales, científicos, ingenieros, consejeros, trabajadores religiosos, maestros, personal legal, animadores, trabajadores de los medios y asistentes sanitarios. En la ENI, los trabajadores manuales engloban tanto a trabajadores cualificados como no cualificados en la manufactura, la construcción, la minería, la operación de máquinas y a la categoría básica de trabajadores no cualificados. Los servicios no cualificados incluyen el personal de restauración, y los servicios personales, de protección y comerciales. Las ocupaciones profesionales/cualificadas incluyen la administración pública, los técnicos, los científicos, los profesionales de apoyo, los trabajadores cualificados en agricultura y pesca. Reconocemos que esta clasificación no es ideal dadas las categorías ocupacionales en cada base de datos; no obstante, otras agregaciones alternativas de las categorías originales en la base de datos dentro de este esquema clasificatorio agrupado da como resultado hallazgos similares.
El 2 de enero de 2007, 1,33 dólares USA equivalían a un euro. Según la OCDE, la PPP para España en 2007 era 0,741231. Para Estados Unidos es 1. Con el fin de evitar logaritmos negativos para los salarios por hora, todos los salarios por hora inferirores a 1 se igualaron a 1. Si embargo, la dirección o la significación estadística de los descubrimientos de este artículo no se alteran cuando se hace este cambio de datos.
Los que indicaron que estaban empleados se codificaron con uno, y todos los demás con cero. La ecuación de la tabla 3 se refiere a los entrevistados que indicaron que formaban parte de la fuerza de trabajo. En este caso, los codificados con cero se definen como los que buscan trabajo. Algunos casos adicionales se añadieron a los que estaban empleados si indicaban que no estaban empleados pero más tarde afirmaban que trabajaban una media de 35 horas a la semana o más.
La dirección y la significación de los resultados son similares sin estos errores estándar robustos.
Para las diferencias entre las bases de datos sólo se comprueban coeficientes estadísticamente significativos para ambas bases de datos dentro de una categoría dada (todos los inmigrantes o legales o ilegales).
Contributor Information
Phillip Connor, Email: pconnor@pewforum.org, Princeton University, EEUU.
Douglas Massey, Email: dmassey@Princeton.EDU, Princeton University, EEUU.
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