Resumen
Objetivo
Analizar la experiencia de mujeres que sufren violencia de género desde su propio punto de vista. Identificar los factores relacionados con el mantenimiento o la ruptura de la situación.
Diseño
Investigación cualitativa interpretativa. Perspectiva fenomenológica.
Emplazamiento
Estudio multicéntrico en 6 centros de salud urbanos de Málaga.
Participantes
Mujeres que sufren violencia de género. Estos casos se detectaron en atención primaria y las mujeres reconocieron su situación (maltrato percibido).
Métodos
Técnica de relato biográfico mediante entrevista entre la mujer informante y la trabajadora social, de forma audiograbada y transcrita. Asimismo, se utilizó la teoría fundamentada de Glasser y Strauss, la codificación abierta y axial, y el programa ATLAS-TI 5.2.
Resultados
Se analizaron 35 relatos. La vivencia del maltrato fue descrita mediante la metáfora del «torbellino» (ceguera, aislamiento, indefensión, sufrimiento, destino, dependencia, fantasías y círculos viciosos). Ésta se relacionó con el término «aguantar»: valores inculcados, ideal de familia, incertidumbre, anulación, fracaso personal, amor, falta de apoyos, imagen de sí misma y pública, protección a los hijos, miedos múltiples y aspectos materiales. Las mujeres identifican 2 tipos de «salidas» con distintas repercusiones según la participación en la toma de decisiones: una activa y otra pasiva. El término «salir» se relacionó con: situaciones límite, hartazgo, intervención de los hijos, ruptura del ideal de familia y pérdida del miedo. Salir es un proceso de cambio o un «camino». No siempre se da el apoyo institucional y se valora más el apoyo emocional que el legal.
Conclusiones
Las mujeres definen «aguantar» y «salir» como estados cualitativamente distintos, con intervención de múltiples factores personales y culturales, y definen un «camino» o proceso entre ambos, que puede ser distinto según el grado de protagonismo de la mujer en la toma de decisiones.
Palabras clave: Violencia de género, Relatos biográficos, Atención primaria
Abstract
Objectives
To analyse the experience from the point of view of women who have suffered domestic violence. To identify factors related to continuing or resolving the problem.
Design
Qualitative interpretative research from a phenomenological perspective.
Population sample
Women, detected in primary care, who have suffered domestic violence and have recognised the problem, and who accepted to participate in this research.
Multicentre Study
Six health centres in the city of Malaga.
Methods and techniques
The technique used is the biographical narration using individual open interviews between social workers and women. This narration was tape-recorded and verbatim transcribed to written text. Grounded theory. Qualitative analysis was made with ATLAS-TI 5.2.
Outcomes
A total of 35 narrations were analysed. The abuse situation was described as “whirl-wind” metaphor (blindness-isolation-helplessness-suffering-destiny-dependence-fantasies -about love, protection, happiness, change- and vicious circles). Enduring experience is reported to be related to several factors: inculcated gender values, family-ideal, uncertainty, annulment, personal failure sensation, love, support defects, self-image, children protection, multiple fears and material aspects. They identified two types of “exit”: passive and active with different mechanisms and repercussions. Exit experience is related to: limit situations, children intervention, family ideal attempts, and fear-loss. Leaving is a transitional process or “pathway”. Institutional support is not always guaranteed and emotional support is better evaluated than a legal one.
Conclusions
Enduring and coming out are reported as two qualitatively different states, which involve many cultural and personal factors. There is a gap between these two states with a process that varies depending on the involvement of the women in decision-making.
Keywords: Gender violence, Biographical narrations, Primary health care
Introducción
La «violencia de género» debe considerarse un problema de salud de primer orden1, 2, 3, 4, 5 sobre el que se conocen aspectos epidemiológicos y sanitarios, como la elevada prevalencia poblacional (del 10 al 50%)6, 7, 8, 9, 10, 11, algunos factores de mayor vulnerabilidad12, los tipos de presentación en servicios sanitarios (mujeres jóvenes con lesiones agudas en servicios de urgencias con mayor capacidad de percibirse como maltratadas y mujeres de más edad con malos tratos de larga evolución, con gran dificultad de reconocerlos2, con importantes repercusiones y con una complicada relación con sus médicos de familia); también se conocen las consecuencias9, 10, 13, 14, 15 físicas, funcionales, psíquicas y sociales, incluida la mayor mortalidad. Aunque no hay suficientes pruebas para aconsejar el cribado sistemático en la población general16, la infradetección15 contribuye al mantenimiento del problema, por lo que se recomienda al profesional: estar alerta a los síntomas e indicios, con preguntas específicas en el curso de la entrevista clínica17, estar atento a las peticiones de ayuda no expresa18, e incluir el maltrato en el diagnóstico diferencial19. La complejidad del problema lleva a la necesidad de abordarlo desde perspectivas que incluyan la subjetividad y el contexto20, 21, 22. El objetivo de este estudio es analizar la experiencia de mujeres que sufren o han sufrido violencia por parte de sus parejas o exparejas desde su propio punto de vista y, en concreto, identificar los factores relacionados con el mantenimiento o ruptura de la situación de maltrato.
Participantes y métodos
Diseño
Investigación cualitativa interpretativa y perspectiva fenomenológica.
Muestra y participantes
El estudio es multicéntrico, se realizó en 6 centros de salud urbanos de Málaga. A partir de investigaciones previas, se conocían los perfiles y los problemas de salud de las mujeres que sufren maltrato detectadas en atención primaria23, 24. Se incluyen mujeres que reconocen sufrir o haber sufrido malos tratos de cualquier tipo infringidos por su pareja o expareja, según muestreo intencional hasta saturación, para el que se utilizó como criterio de saturación la redundancia de códigos (uso predominante de los «códigos por lista» o preexistentes). El acceso a los casos se efectuó mediante captación de las trabajadoras sociales en el marco de la atención integral protocolizada4 que se prestaba a estas mujeres; se usaron como criterios de segmentación: edad joven-media (hasta los 64 años) y edad avanzada (mayores de 65 años) y ruptura o no ruptura de la relación con el agresor.
Métodos
Se utilizó la técnica del relato biográfico25 mediante entrevista que realizaba la trabajadora social a la que correspondía prestar asistencia a cada mujer. Las entrevistas se audiograbaron y se transcribieron para su posterior análisis. No se utilizó guión prefijado, es decir, se invitó a la mujer a contar su experiencia. Estrategia de análisis: se procedió a la lectura de los relatos completos para la identificación de temas emergentes y la posterior codificación y análisis simultáneo, en el marco de la teoría fundamentada de Glasser y Strauss20 sobre la base de los siguientes pasos:
1) La codificación abierta, microanálisis: asignación de códigos a segmentos de narración (labeling o etiquetado). Se emplean los procedimientos: «muñecas rusas» (codificación sucesiva), «hacer preguntas a los datos», detección de patrones y dimensiones bipolares y registro de «memos» (reflexiones subjetivas). Posteriormente, se hace una corrección de errores en la codificación y la fusión de categorías redundantes o similares.
2) La codificación axial: agrupación de categorías en familias como unidades relacionales significativas, con vuelta continuada a los relatos para su verificación. Se recurrió a las comparaciones teóricas para ayudar a la conceptualización («salirse» del dato en el contexto dado para buscar propiedades y dimensiones en otros contextos).
3) La identificación de categorías nucleares que ayudasen a integrar la comprensión global de la vivencia por parte de las mujeres entrevistadas y su relación con el mayor número de categorías. Se utilizó el programa informático Atlas-Ti 5.2 en la codificación abierta y en la interrelación de códigos en la codificación axial. Se utilizaron los siguientes métodos para garantizar la validez22:
-
•
Sesión previa al inicio del estudio para explicitar la visión de las investigadoras sobre el problema del maltrato con coordinación externa.
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•
Devolver a informantes clave los resultados del estudio para su validación e inclusión de sus correcciones.
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•
Realización del microanálisis por 2 investigadoras y de la codificación axial por todo el equipo de investigación.
-
•
Recogida de datos contextuales mediante informe de encuadre de cada caso.
Resultados
Se realizaron 35 relatos entre septiembre de 2005 y abril de 2007. Las características de las mujeres participantes se recogen en la tabla 1. Se obtuvieron 3.800 códigos que se agruparon en 64 familias. Las mujeres describieron la situación de maltrato como un estado específico («estar dentro») mediante la metáfora del «torbellino», caracterizado por (tabla 2): ceguera: no se ve lo que ocurre alrededor, falta de conciencia; aislamiento: dentro del torbellino se está totalmente aislada, con un sentimiento profundo de soledad e incluso de prisión; indefensión: percepción de total incapacidad para salir de la situación por sí mismas, desconcierto, desamparo, inexplicabilidad y falta de control sobre lo que les ocurre (como una catástrofe de la naturaleza); sufrimiento: amargura, desesperación, dolor profundo que atraviesa todas las facetas y perdura durante toda la vida, incluso en el futuro; destino: su situación es fruto de mala suerte o del sino, manifestando un pensamiento mágico que externaliza la responsabilidad, reduce la reflexión crítica y dificulta la salida; dependencia: estar en el centro del torbellino, aislada y anulada, lleva a una gran dependencia afectiva, a centrarse en lo que se tiene (falta de confrontación); fantasías de amor, protección y cambio: desean e interpretan que él las quiere y las protege; expectativa de que el torbellino es transitorio y pasará; anulación: sobreviven en el interior intentando adaptarse, con apreciación de que eso es su vida aunque reconocen la anulación y la despersonalización que estas cesiones paulatinas producen; círculos viciosos: como en los torbellinos, el giro aumenta la fuerza de las situaciones adversas y alimenta su persistencia (figura 1).
Tabla 1.
Edad |
(Rango de 30 a 74 años) |
Menos de 40 años: 6 mujeres |
40 a 59 años: 18 mujeres |
60 o más años: 11 mujeres |
Número de hijos |
(Rango de 0 a 8) |
Sin hijos: 2 mujeres |
1 hijo: 7 mujeres |
2 a 4 hijos: 20 mujeres |
5 o más hijos: 6 mujeres |
Estudios |
Analfabeta o lee y escribe: 12 mujeres |
Estudios primaries: 11 mujeres |
Estudios medios: 6 mujeres |
Estudios universitarios: 6 mujeres |
Estado de relación con la pareja |
Mantienen convivencia: 5 mujeres |
En trámites de separación: 5 mujeres |
Separadas: 25 mujeres (9 con denuncia del agresor) |
Tabla 2.
Torbellino | |
«Porque antes estás… o yo por lo menos me veía o me veo ahora que estaba como en un torbellino metida y entonces yo giraba en torno a ese torbellino, pero no veía lo que me estaba pasando. Estaba. Es que no sé cómo decirte. Ya te digo, yo le digo remolino, era tal remolino que yo no veía más allá de… de… de las paredes del remolino, y yo estaba en el centro, y eso era mi vida, yo no veía más allá de lo que estaba viendo… porque yo no se lo notaba, o igual estaba tan absorta en mantener en… en… en mantener el tipo como pudiera, que no me daba cuenta, la verdad». | |
Ceguera | «Pero no me daba cuenta, yo estaba como… como si tuviera una venda en los ojos», «Dios mío, ¿cómo yo estaba tan ciega?…pero es que tú no ves más allá, no lo ves». |
Aislamiento | «Es que estás tan metida, tan metida, tan metida, que no te das cuenta de que hay un mundo alrededor tuyo que es totalmente distinto a lo… al mundo que tú llevas» «Van a hacer 5 años que estoy aquí, estoy peor que presa, porque no tengo amigas, no tengo parientes». |
Anulación | «Si yo hubiese reaccionado antes, si hubiese sido fuerte, pero en aquellos momentos no era yo, era otra persona, una persona anulada por completo en todos los aspectos de la vida, como madre, como mujer, como esposa y, sobre todo, como persona adulta que era», «A veces por decir “bueno, pues si tú eres feliz con esto, yo también”, vas cediendo, vas cediendo y te das cuenta al final de que te anulas totalmente, que te dejas machacada, que te dejas». |
Sufrimiento imborrable | «Ha sido un calvario» «Me he intentado matar muchas veces» «Pero me ha dolido mucho y eso se me ha quedado grabado para toda la vida, para toda la vida se me va a quedar…». |
Destino | «La vida es… la vida es así, y estaría de Dios que fuera para mí».«Esta persona pues la conocí, pues eso, porque tenía que llegar a mi vida» «Yo no me explico por qué, no sé si es que yo tendré un sello en la frente». |
Dependencia | «Para mí era una droga, no podía (recalcando las sílabas), no podía… no podía ni respirar sin él. Se convirtió en el centro de mi vida… es que yo no podía respirar sin pensar en él». |
Fantasía de amor y protección | «Sí, me sentía mal con mi marido, pero mi marido era que lo quería y yo no veía las faltas que él tenía ni el por qué me hacía todas esas cosas, yo creía que era porque me quería» «Así, tú ves que se preocupa por ti, que está pendiente de ti» «Tú lo único que quieres es querer a esa persona y tú sabes que esa persona te quiere y que esa persona te protege de esa forma». |
Fantasía de cambio | «Y se aguanta muchas veces, pienso, porque piensas que va a cambiar, que va a cambiar todo, que vas a cerrar los ojos y que al día siguiente a lo mejor va a ser distinto, o que tú lo vas a ver de otra manera». |
Círculos viciosos | Mayor sumisión, mayor dominio: «Me dejaba de hablar, se iba al bar, no comía, me tiraba 2 o 3 días sin hablarme, yo le hablaba, me echaba hasta que, a fuerza de mucho, de mucho trabaj… trabaj… trabajármelo, hacíamos las paces». |
Aguante para evitar sufrimiento, mayor sufrimiento: «…. de 31 años que llevo, son varias cosas las que he pasado, y aguantando siempre, aguantando, y ¡siempre callando!, siempre callando, siempre callando, porque callando parece ser que se venía un poco más eso y se… se le pasaba, y mira “para que no me vaya a meter mano”, porque se viene para mí», “Ay, para que no me vaya a mí ahora a hacer esto, ay me vaya lo otro”, y aguantando, aguantando, aguantando, y esto no hay quien lo soporte». «Lo que más lamento es mi error de que no pasaran hambre, han sufrido horrores, han sufrido mucho, eso yo creo que podía haberlo evitado ¿no? pensando que no iban a pasar hambre». | |
A mayor esfuerzo en la relación mayor sensación de fracaso si se rompe:«¿Por qué se aguanta muchas veces esta situación? Pues yo pienso que se aguanta, primero, porque has apostado mucho. Yo, por lo menos, lo hice. Yo aposté muchísimo por la relación, y creo, hombre, tendré mis fallos, por supuesto, eso está clarísimo, pero que… que colaboré creo, más en que fuera bien, que fuera bien… Se aguanta porque has apostado mucho, yo aposté mucho por esa relación». |
Aguantar
Las mujeres son conscientes del aguante. Éstas reconocen la importancia de los valores inculcados (tabla 3) que justifican las discriminaciones basadas en la dominación masculina como realidad que no precisa explicación. En la justificación del aguante (tabla 4) hay un fuerte peso del ideal de familia, que obstaculiza su decisión de acabar con la situación ya que significa romper su propio proyecto de vida que está por encima de la propia vida. Estas mujeres identifican como factores que se relacionan con aguantar: incertidumbre de no saber qué hacer, y sobre todo de no saber adónde ir; falta de decisión; sensación de fracaso personal, no querer perder todo lo que se ha puesto para mantener la relación; amor, que en algunos casos se reconoce como superior al de los hijos; falta de apoyos; cargas y responsabilidades (salir compromete y arriesga la estabilidad, la seguridad y rutinas de sus hijos); imagen de sí misma y pública, valoración de sí mismas como diferentes a sus parejas, con un elevado concepto de la fidelidad y de la lealtad; protección de los hijos para evitar carencias; miedo a la violencia que él pueda ejercer pero también a la soledad; aspectos materiales, sobre todo en relación con la vivienda como hogar.
Tabla 3.
Valores inculcados | |
---|---|
Superioridad y privilegios de los hombres sobre las mujeres | «Los varones son los que tienen que comer porque son los que trabajan». |
La finalidad de la mujer es casarse | «En realidad, para lo que te preparaban era para casarte». |
El matrimonio es para toda la vida | «Porque ellos pensaban que un matrimonio era para toda la vida y entonces, claro, yo estaba… yo estaba… esos eran los valores que a mí me habían inculcado, jamás llegué a pensar que me podía separar». |
El valor de la virginidad y la entrega al hombre a través de las relaciones sexuales | «Tuvimos relaciones, tuvimos relaciones y yo cogí el miedo ese de “¡cuando se entere mi madre!, cuando se entere de esto…”. Total, que ya estaba condicionada, como si hubiera sido su prisionera vaya, yo me encerré de que tenía que estar con ese hombre toda mi vida y ya está». |
Resignación | «Me enseñaron a callar», «Se lo conté y me dijo que… que con la cuchara que había escogido tenía que comer, que esas son cosas del… del matrimonio y que “después se pasa”, y que si ella se metía, después la que perdía era ella». |
El marido trae el dinero a la casa, la mujer no debe trabajar | «En aquellos tiempos, que la mujer trabajara estaba muy mal visto porque entonces lo hacía de menos a él» |
La mujer no se vale por sí misma | «No quería separarme de ninguna de las formas. Decía ella que una mujer sola con los niños era un disparate, que por mucho que hubieran cambiado los tiempos estaba mal visto, que una mujer sola era una mujer sola y que no me lo aconsejaba». |
Ideal de familia | «Tener una familia siempre, cosa que, por el camino que voy… veo que no lo voy a poder tener...» «Yo quiero para mantener una familia que esté unida, y me echa la culpa, que la familia la destruí yo» «Sí, vale, tu le has quitado a tu hija» «Porque yo tenía temor… de que le había quitado a mi hija, de que, de que no viviera con su padre. Yo tenía el ideal de familia con su padre, con su madre… Y eso era para mí…, con la idea de familia tradicional que yo tenía». |
Tabla 4.
Incertidumbre | «Una lágrima me caía, y otra me secaba, y otra me caía, y otra me… y un guarda que había allí me miraba, porque claro, eran tantas horas, pero ¿qué hago?, ¿adónde voy?, no tengo hermanas, no tengo hermanos, no tengo a nadie, ¿adónde voy?» «Porque yo a la calle no me voy a ir, no tengo adónde irme». |
Falta de decisión | «Y yo he pedido muchas veces ayuda, pero tampoco he tenido decisión para dejarlo». |
Sensación de fracaso personal | «Se aguanta porque has apostado mucho, yo aposté mucho por esa relación». |
Amor | «Y, ¿por qué lo has aguantado tanto? Pues sí, lo aguanté once años, porque lo quería tanto y quería cambiarlo tanto…» «Yo lo quería con locura, yo lo quería mucho, muchísimo, yo decía que lo quería hasta más que a mi hija». |
Falta de apoyos | «Y esto si me lo quitaran de mi lado, pero ¿adónde voy?, ¿a pedir la separación?, ¿a vender el piso?, ¿a volverme loca?, ¿adónde? Y si contara con una hermana, con un hermano o con algo, que me pudieran echar un… una manita, pero si es que no tengo a nadie, yo es que no tengo a nadie… ¿y yo adónde me meto con mis niños?» «Quería separarme de él, pero luego pensaba ¿y adónde voy? ¡con cuatro!». |
Imagen propia y pública | «Y yo no tenía corazón para echarlo a la calle, era invierno y me daba pena echarlo a la calle, y porque no le fallé un segundo de mi vida, como madre, mujer y persona» «Que fuera un escándalo». |
Protección de los hijos | «Yo tenía que aguantar porque mi hija quería estudiar». |
Miedos múltiples | «Yo estoy asustada porque yo sé que cuando él se vea fuera de su casa es que me corta a mí la cabeza, porque es violentísimo, es violentísimo, y yo no voy a vivir tranquila», «Me da mucho miedo estar sola», «Él no me acompañaba, que tampoco me acompañaba, pero no sé, es como “está ahí”, es como cuando estás sola en casa y enciendes la tele, te sientes acompañada,.lo que pasa, eso, que hay mucho… mucho miedo a la soledad ¿no? a estar sola un día y otro y otro». |
Aspectos materiales | «Yo he aguantado no por él… por no salir de mi casa, que es muy duro, salir de la casa de una…», «y que él se quedaba allí en la casa y yo tenía que salir de allí, ¿por qué no yo, mis hijos, que tenían todas sus cositas y todo? ¡todo! No había derecho, no había derecho porque él estaba tan pancho en la casa y nosotros teníamos que huir». |
Salir
Salir de la situación lleva a otro estado que se cataloga espacialmente como «afuera» y que se produce de 2 formas: una forma activa, con determinación de la mujer, y otra forma pasiva, por decisión ajena o circunstancias externas. La forma activa supone una decisión que tiene que ver con la percepción de sentirse capaz de tomarla y es un proceso temporal de irse «dando cuenta» progresivamente. Esta forma se ha descrito como una dinámica de fases: culpable, víctima (reconocimiento), superviviente (recuperación de la identidad dañada) y liberación (integración del trauma en la vida cotidiana)26. Las mujeres valoran a los profesionales de la atención primaria porque su ayuda es importante para el proceso de salir. La decisión de salir se produce frecuentemente en relación con las situaciones que rompen expectativas del ideal de familia: infidelidades de él, mentiras y, en especial, la acusación de infidelidad de ella, también por hartazgo extremo, agotamiento y saturación. El miedo tiene un papel paralizante, de forma que se considera necesario perder el miedo para salir. Es importante disponer de recursos propios, así como el papel de los hijos, tanto para tomar la decisión como por intervención directa de éstos. Después de la salida activa las mujeres se sienten aliviadas y libres, pero con dificultad para borrar el sufrimiento que experimentaron. Por otro lado, la forma pasiva implica no tomar una decisión por sí mismas; frecuentemente supone un fin de la convivencia con el agresor porque él se va y suele asociarse a la persistencia del sufrimiento tras la ruptura y, en último término, a una «falsa» salida, con la posibilidad de recurrencia de la situación. Las mujeres tienen conciencia del problema social de los malos tratos y presentan alternativas. Estas mujeres valoran las instituciones, sobre todo, en el apoyo emocional y la ayuda psicológica más que en la aplicación de leyes. Además, reconocen el apoyo en el «camino» hacia la salida activa, y en ocasiones se sienten apremiadas a tomar decisiones que no tienen claras27, por lo que algunas entrevistadas no perciben protección legal y judicial e incluso hay casos de desprotección en situaciones de alto riesgo. Esta percepción puede considerarse como una forma de violencia estructural que se ejerce en las interacciones con los sistemas profesionales, con doble victimización de las mujeres que acuden a dispositivos precisamente concebidos para servirles de ayuda. La vivencia de las casas de acogida es negativa.
Discusión
El trastorno por estrés postraumático, como la categoría diagnóstica que mejor caracteriza las consecuencias psicológicas del maltrato28, 29 aparece en estos relatos mediante referencias a la desorganización completa del patrón de vida, descrito como un «torbellino» (metáfora que representa además una catástrofe natural), causa frecuente del trastorno mencionado. Los relatos describen estar dentro o fuera del maltrato como dos estados cualitativamente distintos, entre los que hay un proceso de construcción de una nueva vida y muestran una perspectiva que se aproxima al modelo de las adicciones. En este sentido, el modelo de estados de cambio se ha aplicado al análisis de la violencia doméstica30, 31, 32, 33, 34 si bien se discute si el proceso de cambio no podría considerarse como un proceso continuo35 sino que existe, como ponen de relieve algunos relatos, una gran variabilidad, cambios no lineales, «saltos» y puntos críticos o momentos cruciales36. Desde una perspectiva sociocultural, los factores fundamentales que influyen en el cambio o en el mantenimiento de la situación son relativos a los valores inculcados, y ponen de relieve la importancia de las variables cognitivas (esquemas) y su bidireccionalidad («transformación de significado»)37, 38. Al comparar este estudio con otros, hay coincidencias en el rechazo a abandonar el hogar, la necesidad de recursos y trabajo propio y la falta de apoyo39; importancia de los hijos, grado de amenaza percibida y miedo al maltratador y al daño; el grado de unión a la pareja e incluso protección del maltratador; «ceguera», baja autoestima, culpa y miedo a las pérdidas34, 40.
En cuanto a la aplicación práctica, habría que considerar si las intervenciones deben orientarse más a una nueva construcción del proyecto vital que a decisiones puntuales: más importantes que la denuncia o la separación parece ser «entender lo que ha pasado»27 y no respetar la autonomía de la mujer «prescribiendo» actuaciones concretas puede reproducir por parte de los profesionales la desvalorización de su capacidad de tomar decisiones41, 42, 43, 44.
Las limitaciones fundamentales de este estudio son los criterios de inclusión selectivos a mujeres que reconocen la situación de maltrato, la falta de consideración de la comunicación no verbal debido al formato audiograbado y la ingente cantidad de información aportada por los relatos que abarca muchos aspectos no inicialmente incluidos en los objetivos de este estudio, pero que deben ser analizados en posteriores investigaciones para determinar la línea de los factores explicativos del fenómeno, cara a abordar la intervención y, muy especialmente, la prevención.
Lo conocido sobre el tema:
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La violencia contra las mujeres es un problema de salud de alta prevalencia e importantes repercusiones físicas, psicológicas y sociales.
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Las formas de presentación en las consultas de atención primaria son diversas, poco explícitas y difíciles de detectar y de abordar.
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La mayoría de las mujeres tiene gran dificultad para reconocer el maltrato, aguanta la situación durante muchos años, les es muy difícil tomar por sí mismas la decisión de romper y si lo hacen, es muy frecuente que se arrepientan.
Qué aporta este estudio:
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La vivencia del maltrato por parte de las mujeres es una experiencia compleja globalizadora que encierra fenómenos que la autoalimentan: ceguera, aislamiento, anulación.
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Se definen estados cualitativamente distintos («dentro» y «fuera») en la experiencia del maltrato. Hay datos concordantes con modelos psicopatológicos, socioculturales y de adicciones.
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Desde una perspectiva sociocultural, aguantar se relaciona de forma muy importante con los valores inculcados.
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Salir activamente de la situación es un proceso progresivo que requiere darse cuenta y llegar a la toma de decisiones por sí misma.
Financiación
Proyecto financiado con ayuda convocatoria en junio de 2005, Consejería de Salud Junta de Andalucía.
La presentación de los resultados parciales del estudio ha obtenido premios: accésit a mejor comunicación póster XXVII Congreso semFYC, Valladolid, 2007 y mejor comunicación póster en WPA WONCA Thematic Conference Depresión and other Common Mental Disorder in Primary Care, Granada, 2008.
-Carrasco Rodríguez A, Ortegra Fraile I, Río Ruiz J, Villalobos Bravo M, Martín Carretero ML, Burgos Varo ML. Relatos biográficos de mujeres víctimas de Violencia de Género. Comunicación XXVII Congreso senFYC. Valladolid 2007.
-Río Ruiz J, Villalobos Bravo M, Muñoz Cobos F, Burgos Varo ML, Carrasco Rodríguez A, Ortega Fraile I, Martín Carretero ML. Biographical narrations by domestic violence victims women. The meaning of “endure”. Comunicación WONCA Thematic Conference Depression and other Common mental disorders in Primary Care. Granada, 2008.
Agradecimientos
A José Miguel Morales Asensio, por su asesoramiento y apoyo durante toda la realización de la investigación, por su aportación gráfica y, sobre todo, por su disponibilidad y entusiasmo.
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