Sr Director:
La Organización Mundial de la Salud (OMS)1 estima que aproximadamente el 62% de los accidentes cerebrovasculares y el 49% de la enfermedad isquémica cardiaca es atribuible a la hipertensión arterial (HTA). Existe evidencia de que el consumo elevado de sal se asocia a un mayor riesgo de padecer HTA, por lo que la OMS recomienda en adultos sanos un consumo diario de sodio inferior a 2 g (equivalentes a 5 g de sal común)2.
Es importante señalar que la mayor parte de los ensayos clínicos que relacionan reducción de sodio en la dieta y enfermedad cardiovascular están diseñados con variables subrogadas (reducción de la tensión arterial), y que los estudios publicados con variables duras (morbilidad y mortalidad cardiovascular) son casi en su totalidad observacionales3, 4. Por esta razón, hay autores que recomiendan prudencia en la interpretación de los resultados, e incluso algunos defienden una curva “J” en la relación “ingesta diaria de sodio-enfermedad cardiovascular”3.
Algunos medicamentos, especialmente los efervescentes, contienen importantes cantidades de sodio que contribuyen a incrementar su ingesta, incluso hasta superar la dosis diaria recomendada5. La figura 1 representa, a modo de ejemplo, el aporte de sodio diario de las distintas marcas comerciales de paracetamol efervescente en España, en función de la posología. Considerando 4 g la dosis máxima diaria de paracetamol (de acuerdo con las fichas técnicas y/o prospectos autorizados), el 50% de las marcas supera los 2 g de sodio diarios recomendados como techo para población sana y más del 70% de las marcas supera el aporte de 1,5 g de sodio considerado por expertos como dosis máxima diaria en población con HTA. Al hacer el cálculo para una dosis diaria de paracetamol de 3 g (equivalente a su Dosis Diaria Definida [DDD] de acuerdo con la OMS6 y, seguramente, la dosis más habitual en la práctica clínica), sólo una marca comercial aporta más de 2 g de sodio diarios, pero en el 45% de las marcas se superan los 1,5 g de sodio.
Figura 1.
Aporte de sodio diario de las diferentes marcas comerciales de paracetamol efervescente (M1-M22) de acuerdo con su posología diaria (4 g ó 3 g diarios). Se consideran como puntos de corte la ingesta de sodio diaria recomendada como máximo en población sana (2.000 mg) y población con hipertensión (1.500 mg).
En más del 80% de las marcas, y para cualquier posología habitual de paracetamol (3 ó 4 g diarios), el aporte diario de sodio es superior a 500 mg (equivalente al 50% de la ingesta diaria de sodio permitida en una dieta hiposódica estricta).En pacientes con restricción de sodio, las formas farmacéuticas orales sólidas más seguras son las no efervescentes (comprimidos, cápsulas, sobres con polvo o granulado), puesto que no suelen llevar sodio en grandes cantidades. Cabe señalar, que en algunos medicamentos efervescentes, y de forma excepcional (actualmente, sólo dos marcas comercializadas en España), la reacción de efervescencia implica a carbonatos o bicarbonatos de metales diferentes al sodio (como el potasio o el calcio) y, en consecuencia, su aporte de sodio es prácticamente inexistente5.
En resumen, los medicamentos efervescentes contienen, en su mayoría, cantidades significativas de sodio, y sólo con su ingesta, se puede llegar a superar los límites diarios recomendados, resultando contradictorio seguir una dieta hiposódica y, a la vez, incorporar el sodio innecesariamente con los medicamentos. Desde nuestro punto de vista, restringir el consumo de medicamentos efervescentes en la población con HTA contribuiría, además, a un uso racional de los medicamentos antihipertensivos, incrementando su efectividad y eficiencia.
Agradecimientos
Agradecemos al Dr. Jesús Combarro su apoyo constante y contribución a la redacción de este trabajo, así como a los Dres. Carmen Murias, Consuelo Naya, María Terceiro, Margarita Tovar y Juan Carlos Álvarez por sus valiosos comentarios a versiones anteriores de este texto.
Bibliografía
- 1.Informe sobre la Salud en el Mundo 2002. Ginebra: Organización Mundial de la Salud; 2002.
- 2.Reducing salt intake in populations: report of a WHO forum and technical meeting, 5-7 October 2006, Paris, France. Geneva, Switzerland: World Health Organization; 2007.
- 3.Alderman M.H. Reducing dietary sodium: the case for caution. JAMA. 2010;303:448–449. doi: 10.1001/jama.2010.69. [DOI] [PubMed] [Google Scholar]
- 4.Appel L.J., Anderson C.A.M. Compelling Evidence for Public Health Action to Reduce Salt Intake. N Engl J Med. 2010 doi: 10.1056/NEJMe0910352. [DOI] [PubMed] [Google Scholar]
- 5.Sastre Gervás I., Fernández-Llimós F., Castro Couto F. Sal, riesgo cardiovascular y medicamentos desaconsejados en dietas hiposódicas. Farmacéuticos de Atención Primaria. 2009;7:75–83. [Google Scholar]
- 6.Norwegian Institute of Public Health. WHO Collaborating Centre for Drug Statistics Methodology. [acceso 3 de mayo de 2010]. Disponible en: http://www.whocc.no/atc_ddd_index/